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» Rafaela Noticias
Fecha: 06/11/2025 14:07
Los oficios en Rafaela: una vocación que resiste entre generaciones y pantallas En tiempos en que la tecnología avanza a pasos agigantados y las pantallas captan la atención de las nuevas generaciones, los oficios tradicionales siguen siendo un pilar en la vida laboral de muchos rafaelinos. Sin embargo, la falta de jóvenes interesados en aprenderlos se vuelve una preocupación compartida entre quienes los ejercen hace años. En diálogo con Rafaela Noticias, José, quien se desempeña realizando mantenimiento de hogar, y Germán, zapatero, contaron su experiencia y cómo ven el presente de los oficios en la ciudad. Ambos coinciden en que la demanda de trabajo existe, pero escasea la mano de obra joven dispuesta a aprender. José trabaja de manera independiente desde hace seis años. “Rafaela es muy demandante de este tipo de trabajos. En todo este tiempo nunca estuve sin trabajo”, afirmó. Su ocupación abarca plomería, electricidad, gas, pintura y revestimiento. “Tuve que perfeccionarme y estudiar —agregó—. En muchas ocasiones falta gente preparada para el trabajo que tiene que realizar. No alcanza con saber, hay que formarse”. Oficios - José Reyes Por su parte, Germán, zapatero desde hace casi diez años, aprendió el oficio de un maestro local y luego se capacitó en el Centro de Formación Profesional. “Es un oficio muy artesanal. No se necesitan grandes tecnologías: está en la cabeza y en las manos”, dijo. Si bien reconoció que el trabajo no ha cambiado demasiado, adviertió que cuesta encontrar jóvenes que se interesen: “No vino casi nadie joven a querer aprender. Tal vez atrae más a personas de 35 años para arriba. La juventud hoy está para otra cosa”. José coincide en esa observación: “Hay muy pocos jóvenes que quieran aprender el oficio. Me cuesta encontrar chicos que quieran empezar de abajo, aprendiendo. Tal vez sea un cambio generacional. Hoy ser influencer puede resultar más atractivo que aprender a reparar una instalación eléctrica o una pérdida de gas”. Ambos creen que las nuevas tecnologías influyen en ese cambio de mentalidad. “La inteligencia artificial soluciona un montón de cosas, pero este tipo de trabajos todavía no los puede reemplazar —dijo José—. Sí hubo un cambio de costumbres: se busca lo más fácil, y estos oficios requieren tiempo y dedicación”. Germán agregó: “Una persona acostumbrada a estar frente a una pantalla quizás no sienta atracción por las manualidades. Esto requiere paciencia y gusto por el arte”. Zapatero - Germán Tessio Aun así, ambos remarcan que en Rafaela el trabajo manual sigue teniendo valor. “Me sorprende cómo la gente de todos los niveles económicos recurre al zapatero —contó Germán—. Algunos por necesidad, otros porque aman un calzado que no quieren tirar. Mi maestro, con más de 50 años en el oficio, me decía que siempre tuvo trabajo, en crisis o no”. José también destaca el aspecto humano y la satisfacción personal: “A mí me da mucha felicidad poder llevarle una solución a alguien. Es una actividad que puede dar sustento a una familia y además genera satisfacción”. Otro aspecto que celebran es la participación creciente de mujeres y adultos mayores en el mundo de los oficios. “Tengo colegas gasistas y electricistas mujeres, y son excelentes —destacó José—. Son más detallistas que los hombres. Ojalá se sigan sumando”. Germán coincidió: “Conozco una profesora de zapatería que da clases en el Centro de Formación y, por lo que sé, hoy hay más mujeres que hombres aprendiendo. Eso está buenísimo”. Respecto al futuro económico, ambos mantienen una mirada realista. “No es fácil al principio —adviertió Germán—. Muchos se largan y dejan porque no se gana mucho al comienzo. Pero puede ser una buena alternativa para complementar otros ingresos. Es un rubro que resiste incluso en tiempos de crisis”. José, en tanto, amotivó a quienes buscan un oficio a animarse: “Yo empecé de grande, después de haber trabajado años en relación de dependencia. No me quejo, me gusta lo que hago. Es rentable y te permite vivir con dignidad”. En tiempos donde las pantallas parecen dominar la atención de los más jóvenes, las voces de José y Germán coinciden en una certeza: los oficios aún tienen futuro, pero necesitan manos nuevas. En Rafaela, el trabajo manual no ha desaparecido; sigue esperando a quienes estén dispuestos a aprenderlo.
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