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Parana » El Once Digital
Fecha: 03/10/2025 16:30
El sacerdote entrerriano murió a los 93 años, tras 65 de vida pastoral. Fue párroco en Villaguay, Nogoyá y Paraná, rector del Seminario y formador de generaciones. Dejó una huella imborrable en la parroquia y la escuela Santa Teresita, instituciones que ayudó a fundar y consolidar. La comunidad católica de Paraná despidió con profundo pesar al sacerdote Agustín Kaul, quien falleció a los 93 años tras dedicar 65 años de su vida al ministerio pastoral. Su figura quedó marcada en la historia de la capital entrerriana como creador y motor del crecimiento de la Parroquia y la Escuela Santa Teresita, donde dejó una impronta indeleble. “Nos toca celebrar como comunidad, la Pascua de nuestro querido padre Agustín Kaul. Agradecemos a Dios por regalarnos este incansable padre y pastor”, expresaron desde la parroquia al dar a conocer la noticia de su fallecimiento. También desearon que “la Virgen y Santa Teresita lo reciban en la casa del Padre y, como ella, siga desde el cielo haciendo mucho bien en la tierra”. Sus orígenes y vocación Agustín Kaul fue hijo de Pedro Kaul, de origen alemán naturalizado argentino, y de Ana Margarita Werner, oriunda de Crespo. Nació en una familia numerosa de ocho hermanos, de los cuales cinco consagraron su vida a Dios. Su ordenación sacerdotal tuvo lugar el 22 de diciembre de 1956, en la Catedral de Paraná, bajo la imposición de manos de monseñor Zenobio Lorenzo Guilland, primer arzobispo de la arquidiócesis. Su primera misa solemne la celebró pocos días después, el 28 de diciembre de 1956 en Aldea Santa María. Trayectoria pastoral En sus inicios, Kaul fue destinado a la comunidad Santa Rosa de Lima en Villaguay (1957-1959). Luego, ejerció como párroco de la Basílica Nuestra Señora del Carmen en Nogoyá entre 1960 y 1966. En 1967 llegó a la Parroquia Santa Teresita de Paraná, donde permaneció hasta mediados de 1985. Allí desplegó una obra pastoral y edilicia que sería recordada como una de las más trascendentes en la ciudad. Posteriormente, fue nombrado rector del Seminario Arquidiocesano y en 1986 asumió como párroco de la Catedral Metropolitana de Paraná, cargo que desempeñó hasta el año 2000. También ejerció la docencia en el Seminario y en la Universidad/Instituto Teresa de Ávila. En 2000, volvió a Santa Teresita, donde permaneció vinculado a la comunidad hasta sus últimos días, dedicado a la oración y el acompañamiento espiritual. El legado de Santa Teresita El padre Kaul recordó en vida cómo fueron los inicios de la parroquia y de la escuela. “Al empezar, por pura providencia de Dios, encontré un ingeniero y un arquitecto que harían maravillas. Surge el templo con planos y cálculos caídos del cielo”, contó en una de sus últimas reflexiones. Relató también el nacimiento de la escuela en 1968, un hecho que calificó como “un milagro inexplicable”. “El banco me hizo un préstamo importante que permitió colocar el techo del templo y avanzar con la escuela. Al mismo tiempo se levantaron casas alrededor, el pensionado para jóvenes y la casa parroquial”, recordó. En ese tiempo, la comunidad vivió lo que él denominó una verdadera “lluvia de rosas”. “Cinco obras en marcha al mismo tiempo y una comunidad que siempre acompañó colaborando. ¿Cómo se explica todo esto sin ayuda externa? Mi respuesta es la lluvia de gracias y bendiciones de Santa Teresita”, sostuvo. Una huella imborrable El sacerdote fue recordado no solo por su obra edilicia y pastoral, sino también por su testimonio de fe y humildad. En su vida sacerdotal se destacó por el acompañamiento cercano a los fieles, la formación de vocaciones religiosas y la promoción de la educación católica. La comunidad parroquial lo despidió con palabras de gratitud: “Padre Agustín, gracias por tanto bien. Tu legado permanecerá vivo en Santa Teresita y en cada corazón que acompañaste”. Con su partida, la Iglesia de Paraná pierde a uno de sus pastores más entrañables, cuya vida y obra seguirán iluminando a generaciones.
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