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Parana » Analisis Litoral
Fecha: 19/08/2025 10:03
La Boleta Única pone a prueba la representatividad real de los candidatos y expone las tensiones internas que atraviesan tanto a la alianza oficialista como al peronismo dividido Las listas de candidatos entrerrianos para el Congreso Nacional han quedado formalmente definidas de cara a las elecciones legislativas de octubre. Sin embargo, lejos de representar un cierre de etapas, el proceso de conformación ha expuesto heridas abiertas y una fuerte dosis de malestar interno en casi todos los frentes políticos. El debut de la Boleta Única de Papel (BUP) en la provincia aparece como un cambio que, en lugar de beneficiar a las estructuras partidarias, fortalece o debilita según el conocimiento y la reputación de los candidatos a título personal. Y ahí, muchos aparecen mal parados. La Alianza La Libertad Avanza: tensiones, dedazos y bronca radical La coalición ALLA (Alianza La Libertad Avanza), compuesta por el mileísmo, el PRO y sectores de la UCR, no logró armonizar sus diferencias internas y la definición de las candidaturas dejó más heridos que entusiastas. La elección de Joaquín Benegas Lynch como candidato al Senado es un caso emblemático del descontento: sin residencia en Entre Ríos, sin trayectoria política en la provincia y con una breve fama por tocar la guitarra en el acto de Milei en el Luna Park, su postulación es vista como una imposición inconsulta. Dentro del radicalismo, el enojo es palpable: se sienten relegados a un rol decorativo. Y aunque el PRO tampoco logró ubicar figuras propias de peso, han preferido callar, tragando “sapos sin hacer arcadas”. El consenso en los pasillos es que se optó por nombres funcionales al presidente, pero desconectados del territorio y de la base militante. El primer candidato a Diputado Nacional es Andrés Laumann, un libertario que perdió ampliamente la intendencia de Paraná. Apodado con sorna “el Baticandidato” por su afición a disfrazarse, su desempeño electoral ha sido flojo. A eso se le suma un detalle no menor: su esposa es diputada provincial y su cuñada concejal. Con esa estructura familiar ocupando cargos clave, hay quienes consideran que Laumann representa lo opuesto al “anticastismo” que predica el espacio. En resumen, la Alianza llega a la contienda con figuras débiles y cuestionadas, y con un gobernador Frigerio que deberá ir a las urnas a mitad de mandato, arriesgando que el resultado sea leído como un plebiscito a su gestión. El PRO, sin figuras propias, intenta indemnizar errores con cargos Otro punto sensible dentro de la alianza es la inclusión de Alicia Fregonese como candidata a diputada nacional. Ex ministra de Educación, su paso por el gabinete provincial dejó sabor amargo, especialmente entre los gremios docentes, que reclamaron reiteradamente su salida. Su inclusión en la lista ha sido interpretada como un “premio consuelo”, una forma de trasladarla del gabinete al Congreso sin mucho ruido. No es radical, no es libertaria, y su inclusión tampoco fue pedida por el PRO: es otro nombre que no representa una base política sólida, sino el resultado de acuerdos entre cúpulas. Fuerza Entre Ríos: unidad ficticia, peronismo dividido En la vereda peronista, el frente Fuerza Entre Ríos, integrado por el PJ y el Frente Entrerriano Federal (FEF), vive una situación igual o más convulsionada. La decisión de no habilitar internas y definir las candidaturas a dedo—con Adán Bahl al Senado y Guillermo Michel a Diputados—generó resistencia en amplios sectores del peronismo. Lo que se vendió como una fórmula de “unidad” es percibido por muchos como una imposición, una jugada de espaldas a la militancia. La figura de Bahl, ex vicegobernador e intendente de Paraná, carga con una condena social importante por su rol (o falta de control) en la causa de los “contratos truchos” en el Senado, cuando él lo presidía. Aunque la Justicia no lo procesó, muchos militantes no le creen su inocencia. Además, fue él mismo quien había dicho que no competiría por cargos legislativos. Mintió, o cambió de opinión. En ambos casos, la confianza quedó dañada. Los nombres excluidos del armado oficialista—como Gustavo Guzmán, Héctor Maya o Carolina Gaillard ( quien lleva el estigma de Urribarri) —aparecen hoy como opciones que pueden capitalizar el enojo. Guzmán, al frente de “Entrerrianos Unidos”, crece en la capital provincial, donde Bahl solía sentirse fuerte. La interna que se negó en las PASO podría terminar dándose, fragmentada, en las urnas de octubre. Y eso debilita al peronismo frente a rivales mejor organizados. ETER: los peronistas que jugaron con Frigerio ahora vuelven por afuera En el medio, aparece el espacio ETER (Entre Todos Entre Ríos), compuesto por históricos dirigentes peronistas como Mario Moine, Luis Leissa, Julio Alassino y Aníbal Vergara, que apoyaron a Frigerio en 2023 y obtuvieron cargos en su gobierno. Hoy, toman distancia, pero la duda que flota es: ¿a quién le sacarán votos? ¿Al peronismo del que surgieron, o al oficialismo al que contribuyeron? Su impacto electoral aún es incierto, pero su sola existencia muestra cómo la fidelidad partidaria se volvió un recurso escaso. Boleta Única de Papel: sin arrastre, sin sello que salve El cambio del sistema electoral con la incorporación de la Boleta Única de Papel plantea un nuevo paradigma. El votante elegirá por nombre, no por boleta partidaria completa. En este escenario, los partidos sin figuras conocidas o con candidaturas impuestas por acuerdos entre cúpulas tienen todo para perder. Fuerza Entre Ríos enfrenta el desafío de convencer a un electorado peronista desencantado. ALLA, por su parte, deberá lograr que los votantes de Milei —que no estará en la boleta— opten por candidatos que, en su mayoría, les resultan desconocidos o antipáticos. Y Frigerio, gobernador a mitad de mandato, deberá sortear una elección riesgosa, que puede interpretarse como un referéndum sobre su gobierno, sin estar él mismo en la boleta. Conclusión: actores secundarios, elecciones decisivas Lo que asoma en Entre Ríos no es solo una elección más: es un test de legitimidad para todas las fuerzas políticas. Con listas impuestas, nombres sin peso territorial y estructuras fragmentadas, la gran incógnita no es solo quién ganará, sino cuánta gente se molestará en ir a votar. La apatía puede ser el voto más contundente. Sin figuras de alto perfil, con un electorado cansado de “los mismos de siempre”, esta elección parece una película sin protagonistas, solo actores de reparto. Y como toda película sin estrellas, el resultado puede ser una taquilla vacía. Para la política entrerriana, el costo de esta indiferencia podría ser muy grande.
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