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  • Once años después, absuelven a padre e hijo acusados del crimen de un joven en Villa Gobernador Gálvez

    » La Capital

    Fecha: 23/06/2025 04:17

    Antonio Acosta y su hijo Franco fueron desligados del crimen de Alejandro Coronel, baleado en una pelea en 2014. No quedó claro qué bando realizó los disparos La pelea que desembocó en el crimen de Alejandro Coronel ocurrió en 2014 en Corrientes y La Ribera, en un barrio de pescadores de Villa Gobernador Gálvez. Once años después del crimen de un joven de 28 años baleado durante una pelea en la zona ribereña de Villa Gobernador Gálvez, dos vecinos acusados por el caso fueron absueltos por el beneficio de la duda en un juicio oral. Los implicados, padre e hijo, habían llegado en libertad al debate que se realizó en el Centro de Justicia Penal e imputados por el delito de homicidio en riña, que prevé una pena menor. El juez a cargo del tribunal consideró que las pruebas no bastaron para acreditar su responsabilidad y fueron desligados del caso. No quedó claro de qué bando partieron los disparos letales. El juez Rafael Coria absolvió a Antonio Acosta y a su hijo Franco por el crimen de Alejandro Santiago Coronel, ocurrido en julio de 2014. Por el caso también había sido detenido el padre de Antonio y abuelo de Franco, Juan Antonio Coronel, entonces de 68 años, quien falleció antes del juicio. Los otros acusados esperaron en libertad la llegada del demorado juicio por el caso, que estaba previsto para 2019 pero se suspendió dos veces hasta que finalmente se concretó en los últimos días. El crimen ocurrió durante una pelea que se desató el sábado 5 de julio de 2014 en Corrientes y La Ribera de Villa Gobernador Gálvez, el barrio que se levanta en una barranca frente al río junto al frigorífico Swift. Según la investigación, alrededor de las 19 algunos miembros de la familia Acosta se presentaron en la casa de la familia R., “los amedrentaron, sacaron armas y dispararon”. Según se dijo entonces, acusaban a sus vecinos de haber amenazado horas antes a la mujer de Antonio hijo, por entonces de 44 años. En la casa de sus vecinos había dos personas que estaban acompañadas por Coronel, un joven de 28 años que tomaba una cerveza en la puerta. Pelea, tiros, crimen De acuerdo con la investigación fiscal, Juan Antonio Acosta comenzó a discutir con sus vecinos y se fueron acercando otras personas que se sumaron al altercado. En medio de la confrontación, cuando Coronel se alejaba corriendo del conflicto, lo alcanzaron tres disparos en un brazo, la pierna izquierda y la zona dorsal. El joven murió a la 0.30 en el Hospital Gamen. El caso fue investigado por el fiscal Ademar Bianchini. Días después se llevó a cabo la imputación contra los Acosta. En ese trámite intervino el fiscal Adrián Spelta, quien los acusó de haber efectuado los disparos. Juan Antonio aceptó declarar en la audiencia y aseguró que había ido desarmado a realizar un reclamo a allegados a la víctima y desde esa casa lo recibieron a tiros, por lo que se arrojó al piso. Escuchó “como veinte disparos” y al levantarse advirtió que había una persona herida en una mano y otra muerta. Qué dijeron los testigos En aquella instancia se citaron los testimonios de dos hombres y una mujer de la familia R., quienes aseguraron que de su casa no habían partido disparos en represalia al ataque. Sin embargo un vecino de la zona que se presentó por su cuenta en la Fiscalía contó que los R. eran una familia “conflictiva” del barrio y que los Acosta, cansados de tener problemas con esos vecinos, fueron hasta ese domicilio y “los amenazaron con quemarles el rancho a pesar de que la casa es de material”. “Los R. sacaron un arma y dispararon. Los Acosta dispararon también”, indicó este vecino, aunque aseguró que no pudo ver de qué bando habrían partido los disparos letales. >>Leer más: Prisión preventiva para padre e hijo por un crimen en Villa G. Gálvez En los once años que transcurrieron hasta el juicio —en un sistema que prioriza las causas con detenidos— el mayor de los Acosta falleció y los otros dos, padre e hijo, llegaron acusados en libertad de un homicidio en riña. Una figura que se aplica cuando más de dos personas intervienen en una riña o en una agresión sin que se pueda determinar quién fue el autor directo de la lesión. De manera que todos son considerados responsables de participar en la pelea, lo que prevé una pena inferior al homicidio simple. El delito también se consideró agravado por el uso de arma de fuego. La controversia La acusación en el debate oral estuvo a cargo de la fiscal María de los Angeles Granato. La principal controversia a aclarar fue si los disparos fueron efectuados por los Acosta o si partieron del grupo de amigos de la víctima. Los testigos de este sector, que habían tenido un conflicto previo con la madre de Franco y esposa de Antonio, dijeron en el juicio que ellos no tenían armas. En cambio un tercero ajeno al conflicto que llamó al 911 indicó que en este bando también estaban armados. En el juicio se planteó que un día antes se había realizado un allanamiento en la vivienda de los R., a raíz de otra causa penal, en el que se había secuestrado un arma de fuego. Esta requisa generó un conflicto que derivó en la discusión previa al crimen. En los fundamentos de su decisión que expresó de forma oral, el magistrado consideró que en el entorno de amigos de la víctima había acceso a armas de fuego. También tuvo en cuenta que según pericias podría haber habido más de dos armas involucradas. A esto se sumó la declaración de un testigo que escuchó cuando uno de los amigos de la víctima decía “disparaste para el otro lado y le pegaste”. Así, al no poder descartar que las balas hayan sido disparadas desde el otro bando, resolvió absolver a los acusados “por estricta aplicación del principio de la duda”.

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