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» Diario Cordoba
Fecha: 23/06/2025 07:55
Córdoba celebró este domingo la festividad del Corpus Christi en una tarde protagonizada por un intenso calor que en cierto modo mermó el paseo previo por los altares levantados en distintos puntos del recorrido de la procesión por las cofradías, tanto de gloria como de penitencia. Este año, un total de once altares volvieron a dar esplendor a la procesión, que recorrió las calles tras la solemne misa celebrada en la Catedral. Puntualmente, las voces de los coros del Seminario Mayor San Pelagio y del Seminario Redemptoris Mater, junto al órgano de Clemente Mata y bajo la dirección del canónigo de la Catedral Antonio Murillo, entonaban Cristo luz de los pueblos, dando comienzo la solemne eucaristía presidida por el obispo de Córdoba Jesús Fernández. Fue su primera celebración del Corpus en la ciudad, y concelebrada por el obispo emérito Demetrio Fernández y el clero diocesano. Tarde de Corpus en las calles de Córdoba / Manuel Murillo El prelado, en su homilía, señaló que “celebramos un día grande, un día muy importante para la diócesis, la festividad del Corpus Christi”, ya que en este domingo “nos vestimos de gala para recibir a Jesús Sacramentado”. Asimismo, recordó que en el día del Corpus se celebra el día del amor fraterno, el día de Cáritas que este año se celebra bajo el lema Mientras haya personas, hay esperanza. Así será, señaló el obispo, ya que “si esas personas se han dejado transformar por el espíritu del amor”, si se han alimentado “con el pan de la eucaristía, entonces serán capaces de dar respuesta a tantos necesitados de nuestro mundo". Unos necesitados que, más allá de ver cumplida sus esperanzas materiales, culturales, sociales, "necesitan un amor absoluto que solo Dios puede garantizar: ese amor se ha hecho eucaristía, se nos ofrece como alimento. Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del altar”, concluyó el obispo. Procesión por las calles Mientras en el interior de la Catedral la misa continuaba su curso, en el Patio de los Naranjos esperaba el público el inicio de la procesión; mucho menos que otros años, debido a las altas temperaturas que este domingo se registraron en la ciudad. Una procesión que comenzó a organizarse una vez el coro interpretó el canto de salida. Fue el momento en el que la cruz de guía estaba ya enmarcada en la Puerta de las Palmas de la Catedral, dispuesta a preceder a un largo cortejo que acompañó a la procesión del Corpus por las calles de la ciudad. Como es habitual, los niños de primera comunión y representaciones de las hermandades, tanto de gloria como de penitencia, configuraban el primer tramo, un cortejo que ya avanzaba por las calles mientras en la Puerta de las Palmas estaba ya esperando el paso de misterio de Nuestro Padre Jesús de la Fe en su Sagrada Cena. Este paso acompañaba un año más en la procesión del Corpus para recordar la institución de la eucaristía. La banda Tubamirun de Cañete de las Torres interpretó la Marcha Real y a continuación el Señor de la Fe cruzaba el Patio de los Naranjos a los sones de la marcha La vía sacra; un paso que fue exornado con distintas variedades florales en color blanco donde se pudieron ver rosas, orquídeas e incluso uvas naturales. Tarde de Corpus en las calles de Córdoba. / Manuel Murillo Minutos después, comenzaban a salir las hermandades sacramentales, asociaciones religiosas, seminaristas, el clero diocesano y en el fondo de la Catedral ya se vislumbraba la espléndida custodia de Arfe que acogía a Jesús Sacramentado, que en breve estaría ya enmarcada en la Puerta de las Palmas de la Catedral para dar inicio a la procesión de las procesiones. Las campanas de la Catedral anunciaban con júbilo que Jesús Sacramentado estaba ya en la calle. La banda de música de Nuestra Señora de la Estrella interpretaba la marcha Rey de Reyes, mientras el Señor de los Señores en la histórica custodia de Arfe avanzaba por el Patio de los Naranjos, en una tarde de honor y gloria a Jesús Sacramentado.
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