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» Comercio y Justicia
Fecha: 23/06/2025 08:02
De acuerdo con proyecciones de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer, en dos décadas la Argentina tendrá un 56,1% más de casos de cáncer de riñón. En el marco del Día Mundial del Cáncer Renal, conmemorado el 19 de junio, los especialistas destacaron la importancia de la prevención de una enfermedad que, detectada a tiempo, puede tratarse con un pronóstico favorable. Las causas del cáncer renal se relacionan principalmente con alteraciones en el material genético de las células del riñón, que pueden ser hereditarias o adquiridas a lo largo de la vida. Estas últimas son las que se dan en la mayoría de los casos y se deben a factores como el tabaquismo, la exposición a sustancias químicas o la obesidad, que pueden dañar el ADN de las células del riñón y alterar el funcionamiento de genes que normalmente regulan el crecimiento y la muerte celular y, en consecuencia, favorecen el desarrollo de tumores. Por eso, “dejar de fumar, hacer ejercicio regularmente, mantener una alimentación saludable, controlar la presión arterial y evitar la exposición laboral a sustancias tóxicas como el tricloroetileno son medidas clave de prevención”, explicó Gabriela Bugarín, directora médica de Oncología del laboratorio MSD . El cáncer de riñón se clasifica en diferentes estadios, que van del I al IV, según el tamaño del tumor y el grado en que se ha extendido. En los más tempranos, el tumor suele estar limitado al riñón. A medida que avanza, puede comprometer vasos sanguíneos cercanos, ganglios linfáticos y, en los casos más graves, llegar a otros órganos como los pulmones o los huesos. “Uno de los principales desafíos del cáncer renal es que no suele presentar síntomas en sus primeras fases. Al estar ubicado en una zona profunda del cuerpo, los tumores pequeños no pueden detectarse con un examen físico. A menudo el diagnóstico llega por casualidad, a partir de imágenes solicitadas por otros motivos. Por eso, es fundamental hacerse controles periódicos, en especial quienes tienen antecedentes familiares, enfermedades hereditarias o problemas renales crónicos. Ellos son los primeros que deben someterse regularmente a exámenes como: ecografías, tomografías o resonancias”, agregó Bugarín. Síntomas y tratamiento Los síntomas suelen aparecer cuando los tumores progresan. En esos estadios superiores pueden manifestarse síntomas como: sangre en la orina (hematuria), dolor persistente en un costado de la espalda baja, una masa palpable en esa zona, fatiga, pérdida del apetito, adelgazamiento involuntario, fiebre prolongada sin causa aparente y anemia. El tratamiento del cáncer de riñón varía según el estadio de la enfermedad, el estado de salud del paciente y el tipo de tumor. En los estadios iniciales, la cirugía suele ser la primera opción, aunque también existen otras alternativas como la ablación con calor o frío, la radioterapia o, en ciertos casos, simplemente mantener una vigilancia activa. Estas estrategias actúan directamente sobre el tumor y no afectan al resto del cuerpo. Cuando el cáncer está más avanzado y se ha diseminado a otras partes del cuerpo, se recurre a tratamientos que actúan a nivel general, tales como: la inmunoterapia, las terapias dirigidas o, en algunos casos, la quimioterapia. Por otro lado, en los casos en los que no es posible eliminar por completo el tumor, los médicos buscan alternativas para aliviar síntomas como el dolor y mejorar la calidad de vida de la persona.
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