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  • Parkinson: un avance científico argentino podría cambiar el paradigma del tratamiento

    » Sin Mordaza

    Fecha: 12/04/2025 12:31

    La enfermedad de Parkinson, una de las afecciones neurodegenerativas más comunes y debilitantes, afecta a casi 10 millones de personas en todo el mundo, según datos de la Parkinson’s Foundation. Lo que representa a uno de cada 100 mayores de 60 años. Sin embargo, esta cifra está en aumento. De acuerdo con un reciente estudio, para el año 2050 se estima que serán 25,2 millones de pacientes a nivel global. Ante este panorama y en el Día Mundial de la Enfermedad de Parkinson, cómo un equipo de científicos argentinos logró un avance en la búsqueda de una posible solución: los exosomas. Los exosomas son pequeñas vesículas extracelulares derivadas de células madre neurales, que transportan proteínas y biomoléculas esenciales para reparar las neuronas afectadas por la enfermedad, y pueden cruzar la barrera hematoencefálica. Este descubrimiento es relevante porque podría ofrecer un tratamiento que no solo restaure la funcionalidad neuronal, sino que también prevenga la muerte neuronal causada por el estrés oxidativo, que se produce por la acumulación de especies reactivas de oxígeno (ROS), conocidas por su efecto tóxico en las células, y la acumulación de proteínas anormales como la alfa-sinucleína, características del Parkinson. Claudia Banchio, investigadora del CONICET, explicó en diálogo con Infobae: “Demostramos que los exosomas disminuyen la muerte de las neuronas, aumentan su sobrevida, y disminuyen la acumulación y producción de especies reactivas del oxígeno. Por ello, podrían evitar la muerte de las neuronas en un modelo de enfermedad de Parkinson y mejorar la calidad de vida de los pacientes”. Este avance, que fue publicado en la revista Scientific Reports, sugiere que estas células no solo podrían prevenir el daño neuronal, sino también recuperar la funcionalidad ya afectada. De este modo, la ciencia ofrece una nueva perspectiva en el tratamiento del Parkinson, ya que los enfoques actuales se centran principalmente en el alivio de los síntomas, sin poder frenar la progresión de la enfermedad. Sin embargo, la capacidad de los exosomas para reducir el estrés oxidativo y proteger las neuronas abre la puerta a terapias que no solo mitigan los efectos de la enfermedad, sino que también pueden intervenir en sus etapas tempranas, cuando los daños aún son reversibles. “O sea que, las neuronas, aunque están enfermas –remarca Banchio, quien también es cofundadora de ExoMas S.A.– sobreviven más. Y en el contexto de enfermedades crónicas como las neurodegenerativas, esto significa la posibilidad de desarrollar una terapia que revierte, al menos de manera parcial, los daños que ya ocurrieron en el cerebro”, siendo que “cuando exponemos a las células primero con los exosomas y luego las sometemos a un estrés oxidativo, las ayuda a resistir y contrarrestar los efectos del estrés”. Qué son los exosomas y cómo funciona esta terapia biológica El interior de las células es el punto de partida de los exosomas. Esta sustancia podría explicarse como una suerte de pequeñas estructuras que, tras abandonar su hogar, salen al exterior con proteínas y otros materiales esenciales para el organismo, los cuales pueden trasladarse a diferentes partes del cuerpo. Una capacidad que las posiciona como una posible solución para tratar enfermedades como el Parkinson, pero también para otras patologías que actualmente se presentan como un desafío para salud pública. “En términos conceptuales, nos gusta decir que los exosomas son un mensaje, como un correo electrónico, que una célula le envía a otra receptora. En términos biológicos, son pequeñas partículas microscópicas, como bolsitas, que contienen una membrana de lípidos y llevan en su interior proteínas y ácidos nucleicos, que son el mensaje”, detalló a Infobae Banchio. Y continuó: “Este mensaje que porta cada exosoma es específico de la célula que lo envía y está direccionado a una célula determinada. En particular, podemos obtener exosomas derivados de células madre neurales a través de su cultivo en condiciones de laboratorio. Al cultivar células madre neurales en un medio que permite su crecimiento y mantenimiento de su identidad de célula madre, los exosomas se liberan al medio. A partir de ello, los aislamos por métodos bioquímicos, como columnas o centrifugaciones, y luego los caracterizamos y definimos su calidad, pureza y funcionalidad”. El impacto de este hallazgo es significativo, dado el aumento proyectado en la prevalencia del Parkinson y la creciente demanda de tratamientos efectivos, ya que a medida que la población mundial envejece, estas patologías neurodegenerativas se convertirán en un desafío aún mayor para los sistemas de salud. “Venimos trabajando con los exosomas hace aproximadamente cinco años desde el CONICET y hace dos años en la empresa que fundamos. En el caso de la enfermedad de Parkinson, que se caracteriza por la muerte de neuronas dopaminérgicas y son las que controlan el movimiento y varias funciones cognitivas; se produce por la generación aumentada de una proteína llamada alfa sinucleína, que se agrega formando cuerpos de Lewy y se asocia con un aumento del estrés oxidativo y disfunción en las mitocondrias. Este comportamiento se traduce en la muerte de las neuronas por apoptosis (NdeR: comportamiento natural de la célula cuando ya no es útil o está dañada)”, explica la especialista, quien también se desempeña en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR-CONICET, UNR). Y agregó: “En el laboratorio, primero replicamos lo que sucede en el cerebro de una persona con Parkinson, generando dos modelos utilizando una línea celular neuronal de células dopaminérgicas. En un caso, aumentamos la producción de la proteína alfa sinucleína por ingeniería genética, con lo cual se generó un aumento del estrés oxidativo y una menor sobrevida de las neuronas. En el segundo, tratamos a las células neuronales con una droga (6-hidroxidopamina) que induce estrés oxidativo, aumento en la expresión de alfa sinucleína y muerte neuronal. Tras demostrar que las neuronas en nuestros modelos replican lo que sucede en el Parkinson, pudimos evaluar lo que les ocurre cuando son tratados con nuestro enfoque de exosomas derivados de células madre neurales”. Dicho de otro modo y para entender cómo los exosomas pueden ser una solución en el tratamiento del Parkinson, es útil pensar que las células de nuestro cuerpo son como una ciudad y las neuronas dopaminérgicas son los trabajadores esenciales que controlan el tráfico y las actividades. Cuando un accidente ocurre, como es el daño causado por el estrés oxidativo o la acumulación de proteínas como la alfa sinucleína, esos trabajadores esenciales quedan heridos y no pueden cumplir su función. Es en ese momento que entra en escena una “ambulancia celular” (los exosomas). Entonces, el trabajo del exosoma es llevar a las células dañadas los “medicamentos” y asistencia necesaria para seguir funcionando. En este caso, dentro del “kit de primeros auxilios” se encuentran células madre neurales, las cuales son “responsables” de proteger a las neuronas y repararlas para que puedan continuar trabajando, reduciendo el daño y la muerte celular que caracteriza a la enfermedad de Parkinson. Pero esto no es todo, ya que también se comportan como “agentes previsores”, con un efecto preventivo. De acuerdo al trabajo, cuando las células fueron tratadas con estas vesículas antes de ser sometidas a un estrés oxidativo, lograron resistir mejor los efectos dañinos. Cuáles son los próximos pasos en la investigación en la neuroprotección El Parkinson se caracteriza por la pérdida progresiva de neuronas específicas en el cerebro, lo que afecta funciones motores y cognitivas. Entre los síntomas más comunes se encuentran los temblores, la rigidez muscular y la dificultad para moverse. No existe una cura para la enfermedad y los tratamientos actuales buscan mitigar los síntomas, sin poder detener la progresión de la enfermedad o revertir los efectos que ya ocurrieron en el cerebro. En este punto, los exosomas pueden cambiar el paradigma, ya que sus propiedades les permiten entregar terapias directamente al cerebro, un avance significativo. “Las enfermedades neurodegenerativas, más allá de su origen, comparten un evento común: la muerte de las neuronas. Esto trae consigo pérdidas cognitivas y motores que caracterizan a estas enfermedades, que son la primera causa de discapacidad y la segunda de mortalidad, con graves consecuencias sociales y económicas. Lamentablemente, en la actualidad no existen tratamientos que reemplacen a las neuronas muertas, pero en el laboratorio de ExoMas S.A. pudimos demostrar que los exosomas derivados de células madre neurales inducen a las propias células madre a dividirse. Es decir, aumentan ese reservorio de células madre que luego permite la regeneración de las células del tejido nervioso”, detalló Banchio. De acuerdo con la experta, este comportamiento es “muy relevante”, ya que se “promueve la diferenciación de las células madre a neuronas. Es decir, inducen la generación de nuevas neuronas, que muestran parámetros funcionales beneficiosos”. Dicho de otro modo, esto significa que las células madre, que son como “células jóvenes” con el potencial de convertirse en diferentes tipos de células, pueden transformarse en neuronas que pueden trabajar de manera eficiente, lo que ayuda a mejorar el funcionamiento del cerebro y podría ser clave para tratar enfermedades como el Parkinson. “Un estudio del contenido de los exosomas demostró que son bolsas enriquecidas en catalasa, una enzima clave en la lucha contra el estrés oxidativo debido a que desarma estos compuestos tóxicos para las células. En este sentido, lo novedoso y característico de nuestro enfoque es que usamos exosomas de un tipo particular: derivados de células madre neurales. Y esta tecnología se ha patentado internacionalmente”, agregó. Este descubrimiento plantea un cambio de paradigma en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas. En palabras de Banchio, los exosomas pueden ser utilizados como una forma de tratamiento, pero también en la prevención: “Esto podría significar una forma de intervenir antes de que el daño neuronal sea irreversible, algo que no se había logrado hasta ahora con las terapias tradicionales”. De acuerdo a los primeros resultados de su investigación, tras la administración intravenosa de estos exosomas, las neuronas dopaminérgicas experimentan una mejora significativa en su funcionamiento. “Los ensayos fueron realizados con exosomas derivados de células madre neurales de ratón y de líneas celulares humanas. Sin embargo, estas células de origen humano no son aptas para terapia. Actualmente, estamos avanzando para utilizar como fuente de exosomas una línea celular de células madre que ya fue aprobada por la FDA, que es la autoridad regulatoria de Estados Unidos. Vamos a evaluar la eficacia, es decir, si se reproducen los efectos observados con los exosomas de la línea humana y preparar toda la documentación necesaria para ser presentada a la FDA y comenzar los ensayos clínicos”, adelantó la experta a Infobae. Esto no solo aceleraría el proceso de desarrollo, sino que también pondría a prueba la viabilidad de esta terapia en condiciones más cercanas a la realidad clínica. “Nos estamos acercando a un momento crucial”, afirmó Banchio y agregó: “Con el financiamiento adecuado, ya que estos hallazgos están protegidos por una patente y contamos con un equipo de médicos, neurocirujanos, neurólogos y asesores en regulación que nos guían en este camino, esperamos que esto llegue a la sociedad en unos cinco o siete años. El camino a recorrer es largo”. Aunque aclaró: “Siempre el camino regulatorio es largo y debe serlo porque estamos desarrollando una estrategia terapéutica. Los exosomas son una nueva forma y muy disruptiva de tratamiento, pero ya están siendo aplicados y evaluados en fases clínicas para el tratamiento de diferentes enfermedades. El hecho de que podamos usarlos de una línea celular ya aprobada por la FDA acorta el camino. Además, ciertas enfermedades neurodegenerativas, que no tienen cura, llamadas huérfanas, podrían recorrer el camino regulatorio de una manera más rápida”. El equipo de investigación que lidera este avance (de izquierda a derecha): Mercyleidi Diaz Reyes, Hugo Gramajo, Claudia Bachio, y Mariano Faggiani. (Foto: Elizabeth Karayekov) Es que este avance científico no solo tiene el potencial de transformar el tratamiento de la enfermedad de Parkinson, sino también de proporcionar un modelo para abordar otras patologías como el Alzheimer y la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), que también involucran la muerte de neuronas. “Viendo para atrás, en dos años hemos hecho grandes avances. Podemos purificar exosomas de calidad y pureza, demostramos su eficacia en modelos in vitro e in vivo y su seguridad ha sido comprobada: no son tóxicos y llegan al cerebro atravesando la barrera hematoencefálica”, resaltó Banchio y agregó: “Tenemos una ciencia muy sólida, pero necesitamos acelerar el desarrollo”. Además, la especialista advirtió que los exosomas podrían convertirse en claves ante otras situaciones, como las lesiones en el cerebro: “En un modelo de trauma cerebral, como el que ocurre en accidentes de tránsito, en deportistas de contacto, como rugbiers, futbolistas o boxeadores, o por caídas durante la tercera edad, demostramos que mejoran las capacidades motoras y cognitivas afectadas por el golpe. Este ensayo necesita robustecerse, pero es muy prometedor”. La startup ExoMas S.A., fundada a a partir de este avance científico a comienzos de 2023, contó con el impulso de una iniciativa SF500, que integran Bioceres y la provincia de Santa Fe. Actualmente, la empresa ha sido aceptada por una incubadora del Hospital Albert Einstein en Brasil, lo que permitirá iniciar pruebas preclínicas en un entorno de alto nivel. “Es un momento muy emocionante, creo que a veces hasta salto de alegría, porque estoy bastante convencida que los exosomas podrán ayudar a muchas personas, van a lograr algo importante en el campo de la terapéutica o incluso del diagnóstico”, señaló Banchio. Y concluyó: “Esta es ciencia que se inició como básica, gracias a años de investigación y a subsidios a becarios, pudo llegar a proponer esta estrategia terapéutica que es ciencia. Hoy somos una de las tres empresas a nivel mundial que busca soluciones basadas en exosomas para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas”. Fuente: Infobae

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