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Concepcion del Uruguay » 03442noticias
Fecha: 12/04/2025 01:50
Por Dr. Nicolás Parera Deniz – Presidente del Frente Entrerriano Federal En tiempos de crisis económica, institucional y social, el Congreso Nacional debería ser una herramienta para defender los intereses del pueblo. Sin embargo, lo que observamos desde Entre Ríos en la Cámara de Diputados es, cuanto menos, preocupante. Nuestros representantes nacionales oficialistas han optado por un alineamiento automático con el gobierno de Javier Milei. No se trata de coincidencias programáticas ni de una estrategia de negociación para conseguir beneficios concretos para Entre Ríos. Se trata, lisa y llanamente, de una obediencia ciega que no genera nada positivo para la provincia y que, peor aún, los lleva a votar iniciativas que no se pueden defender de ninguna manera. La última sesión legislativa fue un claro ejemplo. La negativa a crear una comisión investigadora sobre el escándalo del caso $LIBRA no sólo contradice el discurso de transparencia del gobierno nacional. Es, directamente, un acto de encubrimiento institucional. ¿Qué mensaje se le da a los entrerrianos cuando se vota para impedir que el Congreso investigue una presunta estafa dentro del propio Estado? ¿Esa es la “nueva política”? ¿O volvimos, bajo otro ropaje, a las peores prácticas del verticalismo partidario? Lo más alarmante es que este alineamiento no se traduce en ninguna mejora para Entre Ríos. No hay una sola obra nacional en marcha. Las rutas nacionales están abandonadas. Las universidades públicas atraviesan un ahogo presupuestario inédito. Los hospitales que dependen de programas nacionales están en riesgo. Los jubilados sobreviven con lo justo. Y el tejido productivo provincial es golpeado una y otra vez por decisiones tomadas desde Buenos Aires, sin diálogo ni mirada federal. Otro ejemplo elocuente de esta sumisión fue el voto afirmativo al DNU que aprueba el nuevo acuerdo con el FMI, sin siquiera conocer los términos concretos del entendimiento, como lo dejó de manifiesto en una entrevista el diputado Atilio Benedetti. Avalar a ciegas un compromiso que condiciona el futuro económico del país y de la provincia no es una muestra de institucionalidad, es una señal de obediencia sin convicción. Y alinearse sin obtener nada a cambio no es una estrategia política: es simplemente sumisión. Esto no se refiere a una cuestión partidaria, tiene que ver con la dignidad política. A esta altura, no se trata de estar “a favor o en contra” de Milei. Se trata de estar a favor o en contra de Entre Ríos. Porque el deber de un diputado nacional por nuestra provincia no es levantar la mano al ritmo de la Casa Rosada. Es representar, con firmeza y autonomía, los intereses de quienes lo eligieron. En este sentido, vale recordar el ejemplo de Cristina Cremer de Busti, quien durante su mandato como diputada nacional supo plantarse frente a su propio bloque cuando lo que estaba en juego era el bienestar de Entre Ríos. Votaba con conciencia, con responsabilidad, con convicción. Esa es la clase de representación que hoy necesitamos con urgencia. El pueblo entrerriano es respetuoso, pero no ingenuo. Sabe quién lo representa y quién le da la espalda. Y no va a olvidar a quienes, en nombre de una supuesta “gobernabilidad”, eligen callar frente al ajuste, la injusticia y la parálisis. Los entrerrianos merecemos otra actitud: una que no tenga miedo de decir que no cuando lo que se propone daña a la provincia; una actitud que no se esconda detrás del relato ni de los pactos de poder, y que esté dispuesta a trabajar, con firmeza y con diálogo, por lo que realmente importa: el trabajo, la producción, la educación, la salud y la dignidad. Porque en Entre Ríos, la dignidad no se negocia.
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