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» Diario Cordoba
Fecha: 01/02/2025 02:05
Después de una semana de idas y venidas, en las que el Gobierno busca la aprobación de un decreto ómnibus, tipo cajón de sastre, que no iba a subdividir con la revalorización de las pensiones como bandera. El Partido Popular no lo apoya denunciando ese tipo de procedimiento legislativo, y la reversión de la propiedad del palacete de París al PNV. El PSOE acusando al PP de irresponsables, el PP fabricando carteles en los que tacha al PSOE de tratar a los jubilados como escudos humanos, y unos y otros haciendo cuentas con la importancia de esos 12 millones de votos. Estamos en la era del tacticismo y una vez que el Gobierno consigue en un proceso de negociación posterior con Junts sacar adelante las medidas sociales del decreto, los enemigos irredentos que se acusan de todos los males en todos los altavoces van a votar sí, porque a ver quién es ahora el osado que se descuelga. El PSOE trocea el decreto ómnibus, que era indivisible, se reconcilia con Junts, dándole un empujón evidente a la legislatura, y el PP vota sí, en vista de que su voto ya no es decisivo, se acerca un pasito al PNV, al que no le hacía más que feos en los últimos tiempos, con la reversión del palacete como último episodio. Y aquí paz, y después gloria, de los pensionistas, de los que perciben el IMV, de los viajeros del transporte público, de los que se encuentran en situación de vulneración social, de los afectados por la DANA y el volcán de La Palma. Gloria a los que necesitaban de esa aprobación y que han debido ver con estupefacción la asincronía entre las declaraciones de los partidos y sus acciones. Tanto echar cuentas para acabar en la unanimidad, casi. Los de siempre, los que juegan a romper el sistema, los que consideran inútil al Estado a no ser que lo gobiernen y cobren de él, van a votar no. Y Puigdemont seguirá siendo vital, aunque unos no lo nombran mucho y otros hagan por enfrentarlo al PSOE todo lo que puedan, esperando a acercar posturas, porque así son los números que dieron las últimas elecciones generales. Las próximas están por ver, aunque el partido que votó no y sus aliados europeos se reúnan en Madrid el 8 de febrero, para celebrar la victoria de su líder mundial, en un lugar de Europa donde todavía gobierna la socialdemocracia, y son pocos. Los conservadores españoles esta vez deciden apoyar las políticas de Estado, la influencia de la presidenta extremeña y del andaluz ha sido muy importante en esta decisión. Navegan entre dos aguas, las mismas que han surcado antes el resto de conservadores europeos para no ser devorados por la ultraderecha. Más acuerdos en políticas útiles y menos espectáculo conseguirían que no nos devorara a todos.
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