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» Rafaela Noticias
Fecha: 20/11/2025 16:28
La Bandera Nacional del Concejo y un detalle que dice más de lo que parece Por Redacción Rafaela Noticias Una imagen que Rafaela Noticias tomó en la sala de sesiones del Concejo Municipal de Rafaela muestra a la Bandera Nacional apoyada en el piso. No es un gesto simbólico ni una puesta en escena: simplemente está mal colocada. El soporte queda bajo, el paño cae y termina tocando el suelo, algo que cualquier manual de ceremonial —y prácticamente cualquier escuela primaria— señala como incorrecto. A simple vista podría tratarse de un descuido menor. Pero en un Concejo que atraviesa desde hace años una etapa marcada por peleas internas, discusiones que no avanzan y un clima político cada vez más distante del día a día de la ciudad, este tipo de detalles empieza a sumar significado. A veces, lo que ocurre con los símbolos termina reflejando lo que pasa con las instituciones. El recinto legislativo, históricamente pensado como un espacio de representación y debate, viene mostrando señales de desgaste. Sesiones tensas, diferencias que se repiten sin aportar soluciones y un microclima que parece funcionar por fuera de las preocupaciones más urgentes de los vecinos. En ese contexto, la imagen de la bandera caída en un rincón adquiere un peso que quizá no tendría en otro momento. La Bandera Nacional debería ocupar el lugar de mayor honor dentro del recinto y mantenerse erguida, sin arrastrarse ni plegarse de manera desordenada. No es solo una cuestión estética: es una pauta de respeto hacia un símbolo que representa a todos, incluso a quienes no se sienten del todo representados por los debates que allí se desarrollan. El problema, además, tiene una solución evidente. Ajustar el soporte, reemplazarlo por uno adecuado o simplemente revisar su disposición antes de cada sesión alcanzaría para devolverle al pabellón su rol protocolar. Sin embargo, el detalle parece pasar inadvertido, como tantos otros dentro de un Concejo que hace tiempo funciona más hacia adentro que hacia afuera. Quizás sea momento de mirar no solo la bandera, sino todo lo que su imagen sugiere. Porque en política, como en ceremonial, hay gestos que hablan incluso cuando nadie los señala.
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