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» El vigia
Fecha: 16/09/2025 19:05
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) instauró un cambio metodológico relevante: a partir de julio de 2025, modificó la forma en que se mide el turismo internacional en términos de ingresos y egresos en dólares. El nuevo informe incorpora un anexo llamado “Tarjetas y viajes” que desagrega los flujos brutos de moneda extranjera vinculados a turismo y pasajes, diferenciando también el gasto digital y las compras por comercio electrónico. Sin embargo, esta modificación metodológica ha levantado cuestionamientos sobre su impacto real en la presentación de los datos económicos y lo que implica para el sector turístico, la política cambiaria y la economía nacional. Este artículo explorará críticamente los alcances y limitaciones del nuevo enfoque estadístico, cómo podría alterar percepciones estratégicas y cuáles son las implicancias para la economía argentina. Un cambio metodológico con consecuencias ambiguas: menos dólares gastados en turismo según el BCRA El Banco Central reconoció que una proporción significativa del gasto en dólares registrado hasta ahora bajo el rubro turismo correspondía en realidad a consumos vía comercio electrónico y compras de bienes enviados por paquetería, que no forman parte estricta del turismo tradicional. Para corregir este sesgo, la reciente metodología resta esos gastos digitales y los segregados de bienes físicos adquiridos por internet, ajustando así los flujos con un cálculo más fino, que debería reflejar mejor el impacto real del turismo internacional. En teoría, esta mejora estadística aporta mayor precisión y transparencia, pero en la práctica resulta en que ahora "salen menos dólares" del país por turismo y "entran más dólares" que antes se consideraban netamente por turismo. Esta revisión puede ser interpretada como un maquillaje estadístico indirecto: la reducción del gasto turístico registrado —sin necesariamente un cambio real en el gasto de los viajeros o residentes— podría usarse para mejorar indicadores y justificar decisiones macroeconómicas o políticas oficiales. Este ajuste puede influir en la percepción de la balanza turística y cambiaria, disminuyendo la presión sobre las reservas en dólares y presentando un sector turístico aparentemente más resilientemente sostenible. No obstante, la realidad económica cotidiana de actores como agencias de viajes, hoteles, aerolíneas y comercios vinculados al turismo posiblemente no experimente cambios evidentes derivados de esta mera redefinición contable. Desdoblamiento del gasto digital y físico: ¿una medida adecuada o insuficiente para una economía digitalizada? La inclusión del anexo “Tarjetas y viajes” que discrimina el gasto neto en dólares destinado a turismo y pasajes de los consumos digitales emergentes es una respuesta metodológica a la creciente economía digital, que distorsionaba las estadísticas anteriores. El turismo internacional no solo involucra la compra de paquetes, alojamiento y transporte: buena parte del dinero consumido proviene hoy de plataformas digitales de streaming, juegos, suscripciones y múltiples bienes y servicios online que, aunque pagan en moneda extranjera, no generan salida física de turistas ni ingreso directo a la industria turística tradicional. En un país con alto nivel de inflación y restricciones cambiarias como Argentina, esta discriminación resulta necesaria para tener un diagnóstico más exacto del flujo real de dólares asociado al movimiento físico de turistas. Sin embargo, esta medida enfrenta límites importantes. Primero, porque la línea divisoria entre turismo y consumo digital sigue siendo difusa: muchos bienes digitales son consumidos en contextos turísticos o asociados a experiencias de viaje, y excluirlos puede subestimar parcialmente la dinámica económica vinculada al turismo. Adicionalmente, la estadística desagregada no contempla suficientemente el fenómeno creciente de turismo virtual o híbrido, donde la experiencia digital complementa o sustituye al viaje físico, ni cómo este nuevo panorama afecta el comercio y las relaciones económicas internacionales. La adaptación metodológica está en un punto inicial y requiere mayor sofisticación para ajustarse fielmente a una economía cada vez más interconectada y tecnológica. Impacto en la planificación turística y la política económica: desafíos y riesgos de la nueva estadística El cambio en la contabilidad turística del BCRA tiene implicancias directas para la política pública y la planificación del sector turístico. Por un lado, al mostrar un menor egreso de dólares por turismo, puede generar una sensación de mejora en la balanza de pagos, alentando políticas que presuponen una menor fuga de divisas. Esto podría impactar en la asignación de recursos para el desarrollo turístico o la regulación cambiaria orientada a la industria. Por otro lado, la segregación del gasto digital puede derivar en una subestimación del impacto económico real provocado por la actividad vinculada al turismo y la economía digital. Sectores como el hospedaje, gastronomía y transporte podrían quedarse sin beneficiarse de medidas de apoyo adecuadas si los datos oficiales minimizan su contribución económica real. Asimismo, comercios digitales y servicios asociados enfrentan una consideración ambigua en esta nueva estadística, dificultando su inclusión en marcos normativos o de incentivos sectoriales. Finalmente, es crucial que los usuarios de estos datos —empresarios, analistas, funcionarios públicos y medios de comunicación— no confundan una redefinición metodológica con una mejora real del contexto económico. Más allá de los ajustes numéricos, los desafíos estructurales del turismo argentino —como la inflación, las restricciones a la compra de dólares y la necesidad de diversificar mercados— persisten y requieren atención prioritaria. En conclusión, la reforma estadística del Banco Central en la medición del turismo argentino representa un avance necesario para adaptar el registro a las realidades del consumo en dólares que trasciende el turismo tradicional. No obstante, debe abordarse con espíritu crítico para evitar malinterpretaciones o usos interesados de los datos, reconociendo sus limitaciones y la complejidad del sector en un marco macroeconómico desafiante. La economía del turismo, tan vital para Argentina, merece un análisis profundo, que combine datos cuantitativos rigurosos con comprensión cualitativa de sus dinámicas, para diseñar políticas que efectivamente potencien la actividad sin confiar en ilusiones estadísticas. Esta revisión debe ser una invitación a seguir perfeccionando la medición y a considerar el contexto integral en el que el turismo se despliega, para que las cifras de hoy no distorsionen la realidad que el sector vive mañana.
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