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  • El boom del café de especialidad genera nuevos polos gastronómicos

    » Comercio y Justicia

    Fecha: 23/07/2025 10:15

    Esta tendencia crece no solo en Buenos Aires, sino también en Córdoba y el resto del país. Según referentes del sector, con una inversión inicial de 30.000 dólares es posible abrir una cafetería Las cafeterías de especialidad son el fenómeno gastronómico más notorio del último tiempo en Argentina. Aún no hay una por manzana, pero sí varias en cada barrio. Lo que al principio parecía una moda porteña, hoy es parte de la cotidianidad de todo el país y en este plano, dos tendencias marcan el rumbo del crecimiento del sector: la federalización y la expansión hacia las periferias. Atrás quedaron los tiempos en los que las únicas opciones a la hora de elegir café eran cortado, lágrima o negro. Con el fin de la pandemia florecieron un sinfín de cafeterías y pastelerías, y hoy parece no existir cuadra argentina sin alguna de estas ofertas. Negocios paralelos al del café incorporaron su comercialización como estrategia de renovación, y en la actualidad las heladerías venden café, las librerías venden café y hasta existen viveros que se sumaron a esta ola. Incluso cada vez son más los kioscos de diarios que readaptan su espacio para vender café al paso, y las tiendas de conveniencia de las estaciones de servicio atraen a un gran porcentaje de sus clientes gracias a la venta de este producto, el cual representa en promedio 30 % de su facturación. Esto habla de un modelo de negocio atractivo para los emprendedores, quienes no precisan grandes inversiones ni afrontan costos desmesurados. “La versatilidad y la búsqueda de nuevos formatos son características intrínsecas a la dinámica del rubro gastronómico, que evoluciona constantemente de acuerdo con las necesidades del consumidor”, expresó al respecto, Carlos Mellano, vicepresidente de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (FEHGRA). Al respecto, Luciano Morano, consultor experto en café de especialidad, agregó que con una inversión inicial de USD 30.000 es posible abrir una cafetería. “Hoy es top diez de los negocios en los que piensa un argentino a la hora de emprender y el éxito de este producto responde a su diferencial en términos de calidad: la clave radica en la materia prima, y en la conciencia del valor de esa materia prima. El conocimiento y la técnica correcta permiten crear una experiencia elevada para los consumidores”, remarcó el especialista. Solo en la ciudad de Buenos Aires (CABA) existen más de 300 cafeterías de especialidad, según datos relevados por el gobierno local (GCBA). Sin embargo, no son pocas las provincias y ciudades que han tomado la iniciativa a la hora de protagonizar el desarrollo del segmento en el país. Ejemplos como Mar del Plata, donde entre 2021 y 2025 se formaron más de 300 baristas; Mendoza, donde muchas bodegas ya ofrecen barras de café con granos de origen; o Rosario, con locales incluidos en el ranking de las 100 mejores cafeterías del mundo, dan cuenta de esta realidad. De esta manera el rubro se posiciona como un actor de peso creciente en las economías regionales, en un contexto en el que el argentino medio pasó de consumir un kilo de café per cápita al año a 2,6, según estimaciones de los tostadores. Tal es el grado de penetración de las cafeterías en el ámbito gastronómico que en la edición 2025 de Hotelga, evento líder del sector HORECA, se desarrollará el Espacio Café de Especialidad, diseñado en conjunto por Motofeca y Caffettino. A su vez, especialistas del sector afirman que, a pesar de los vaivenes de la economía nacional, el café de calidad logró constituirse como un producto arraigado entre los argentinos, por lo que su consumo seguirá en aumento. Del centro a las periferias La tendencia descentralizadora no se limita a la expansión por fuera de CABA, sino que se trata de una dirección que se desarrolla también al interior de las ciudades. Las cafeterías de especialidad nacieron en barrios históricamente asociados a la gastronomía y a las nuevas tendencias, como Palermo en Buenos Aires o Nueva Córdoba en la ciudad de Córdoba, pero el crecimiento repentino provocó también cierto grado de saturación, por lo que emprendedores y empresarios comenzaron a ponderar nuevas locaciones. Así fue que, con estas cafeterías como bandera, inició un proceso de formación de nuevos polos gastronómicos que transforman el ADN de distintos barrios a lo largo de todo el país, alejados de las zonas tradicionalmente céntricas. En la Ciudad de Buenos Aires, barrios como Villa Devoto y Paternal son ejemplos perfectos de esta tendencia. También lo son los polos gourmet de Godoy Cruz en Mendoza y Barrio Güemes en Córdoba. Esta dinámica expansionista representa un impulso significativo a la vida económica y cultural barrial, ya que funciona como un empuje a la actividad comercial, y, por lo tanto, a la generación de empleo. También repercute positivamente en la revalorización del espacio público, ya que la creación de nuevos polos suele ser acompañada de obras de mejora urbana, lo cual motiva también un proceso de apreciación inmobiliaria.“En definitiva, puede afirmarse que la clave que explica el éxito de estos locales responde a la generación de experiencias completas. La retroalimentación entre las necesidades de los nuevos consumidores, los avances en la formación profesional y la iniciativa comercial de emprendedores y empresarios construyó una Argentina en la que, desde hace años, el café dejó de ser rutina para convertirse en ritual”, concluyeron los referentes del rubro.

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