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  • Competencia por el precio: el desafío que pone en jaque el dominio de las medialunas en el mercado de panadería

    Parana » Informe Digital

    Fecha: 12/07/2025 07:00

    En los últimos días, circularon en redes sociales comentarios que advertían sobre el cierre de más de 100 panaderías en la provincia de Buenos Aires y de 1400 a nivel nacional, además de que una docena de facturas debería costar alrededor de $25.000 debido al aumento de los costos de producción. Algunos incluso especularon que podrían dejar de hacer medialunas. Esta información generó preocupaciones en el sector, y, en ese contexto, referentes clave de la industria panadera dialogaron con LA NACION sobre la situación real de la actividad. ¿Estamos ante un escenario de crisis? Por el momento, admitieron que el consumo se ha estancado y que han cambiado los hábitos de compra y alimentación: mientras los mayores de 35 años son quienes adquieren ese medio kilo de pan diario, los jóvenes se inclinan por alternativas como grisines, marineras y saborizados. En este sentido, la actividad necesita adaptarse para subsistir. Martín Pinto, presidente del Centro de Panaderos de Merlo, fue uno de los que habló sobre una presunta situación crítica en la industria. En declaraciones a LN+, destacó que, desde hace un año y medio, ya han cerrado unas 1400 panaderías en todo el país y anticipó que, a partir del lunes, en su propio negocio planea aumentar el precio de las facturas de 8000 a $12.000. A pesar de esto, reconoció que los números no le son favorables. “Los que están ventilando esto deberían explicar a cuántas panaderías representan. Nosotros representamos a 14.000 panaderías en el distrito. Este dato debe sustentarse con documentación. ¿Dónde estarían esas 100 panaderías si yo no las tengo?”, cuestionó el dirigente bonaerense Noelia Marcia Guevara/AFV. “Afirmar que una docena de facturas cuesta $25.000 y que han cerrado 100 panaderías en la provincia de Buenos Aires es falso”, aseguró Raúl Santoandré, presidente de la Federación Industrial Panaderil de la Provincia de Buenos Aires (Fippba). “Los que están diciendo eso deberían explicar a cuántas panaderías representan. Nosotros representamos a 14.000 panaderías en el distrito. Este dato debe sustentarse con documentación. ¿Dónde estarían esas 100 panaderías si yo no las tengo?”, reiteró. En esa línea, reconoció que “el consumo está bajo” y que “quizás el poder adquisitivo de la gente no es el mejor”; sin embargo, destacó: “La actividad sigue en pie. A pesar de algunas bajas en las ventas, seguimos. Esto no es inusual para nosotros; siempre hemos tenido temporadas mejores y peores”. El dirigente señaló que ciertos insumos son uno de los factores más críticos. “La margarina hidrogenada ha aumentado un 65% desde enero hasta la fecha, y lo mismo ha sucedido con la levadura”, explicó. “Actualmente, una caja de levadura de 20 paquetes de medio kilo no puede costar $90.000, es imposible”, agregó. En este contexto, algunas panaderías han comenzado a optar por alternativas más económicas, como levaduras no marca, aunque requieren mayor cantidad para obtener el mismo efecto. En contraste, el precio de la harina, según mencionó Santoandré, “se mantiene en una meseta estable”. La diversidad de calidades en los ingredientes también explica la variabilidad de precios. “Una medialuna con manteca tendrá un valor; una de margarina premium, otro; y una de margarina común, un precio diferente. Lo mismo ocurre con el dulce de leche o la crema pastelera. Ahí radica la gran diferencia de precios que podemos presentar”, detalló. Para Santoandré, afirmar que la docena de facturas puede costar $25.000 es incorrecto: “Con ese precio, hay que llevarlas en remís personalmente. Imagínate que cuatro docenas serían $100.000.” Hernan Zenteno – La Nacion Respecto a los supuestos precios exorbitantes que se han difundido en medios y redes, fue contundente: “Decir que la docena de facturas está a $25.000 no es correcto, de ninguna manera. Con ese precio, hay que llevarlas en remís personalmente. Imagínate que cuatro docenas serían $100.000.” Además, advirtió que este tipo de declaraciones generan desinformación. “Aterrorizan al consumidor, al cliente habitual, y terminan beneficiando a la clandestinidad, que no paga impuestos ni nada”, señaló. Al ser consultado sobre la situación de los comercios, aclaró: “Algunas panaderías han cerrado, pero no debido a una crisis generalizada. Muchas son negocios tradicionales, con muchos años de trayectoria y estructuras grandes que ya no son viables en el contexto actual.” En cuanto a los precios, indicó que el kilo de pan oscila entre $2600 y $3400, y que la docena de facturas varía entre $5800 y $10.000. “Hay panaderías que ofrecen packaging especial, con cajas o envoltorios personalizados, y eso también incrementa el precio final”, aclaró. También mencionó una transformación en los hábitos de consumo: “Hoy, quienes consumen pan a diario son personas de 35 años para arriba. Los jóvenes buscan otras opciones: galletitas, grisines, marineras y saborizados. No compran ese medio kilo de pan diariamente. El consumo está cambiando”. Santoandré se mostró preocupado por el cumplimiento de obligaciones laborales. “¿Cómo hace una panadería familiar y de barrio para afrontar el medio aguinaldo cuando todavía tenemos una gran presión fiscal sobre nuestras espaldas?”, se preguntó. Y advirtió: “Un maestro panadero no se forma de un día para el otro. Lleva años. No es fácil reemplazarlo.” Desde Mendoza, Miguel Ángel Di Betta, presidente de la Federación Argentina de la Industria del Pan (Faipa), coincidió en que los precios y cifras que se han difundido son exagerados. “Es una locura afirmar que la docena de facturas se irá a $25.000”, afirmó a LA NACION. Di Betta coincidió en que las cifras y precios que circularon son exagerados: “Es una locura decir que la docena de facturas se va a $25.000.” Santiago Cichero/AFV También desmintió que se hayan cerrado 1400 panaderías a nivel nacional. “No es la realidad. El consumo ha disminuido, pero eso ocurre porque se hace una propaganda que no es verdadera, y la gente se asusta. Esto perjudica a la industria”, sostuvo. Además, Di Betta destacó la necesidad de adaptarse. “La panadería debería ser protagonista y ofrecer al cliente una variedad distinta. Debemos incorporar nuevas opciones para que los clientes no vean siempre lo mismo”, opinó. En cuanto a los precios, indicó que “la docena de facturas se encuentra entre $8500 y $9000, y el kilo de pan entre $2500 y $3000 a nivel nacional”. Aclaró que pueden existir diferencias debido a la presencia de panaderías informales: “Las panaderías clandestinas pueden tener un precio menor. Pero esto es lo que el Gobierno debe erradicar. Que todos paguen sus impuestos. Estamos trabajando con el ministro de Industria para que esto se solucione de una vez.” A pesar del escenario desafiante, en el sector subrayaron que la situación, aunque compleja, como en otros períodos, está lejos de ser crítica. “Seguimos trabajando, enfrentando aumentos y adaptándonos. Pero lo hacemos con responsabilidad y sin alarmismo”, concluyó Santoandré.

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