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» Data Chaco
Fecha: 08/05/2025 16:43
Robert Francis Prevost fue elegido como el nuevo Papa en un cónclave marcado por la necesidad de equilibrio entre tradición y reformas. De origen estadounidense, con una amplia trayectoria pastoral en América Latina y un rol central en la estructura de poder vaticana, su elección marca continuidad con el legado de Francisco, aunque con un estilo más sobrio y reservado. Nacido en Chicago en 1955 y formado en la Orden de San Agustín, Prevost se destacó desde joven por una vocación misionera que lo llevó a trabajar en las periferias. Su paso por la diócesis de Chulucanas, en el norte de Perú, dejó huella por su enfoque comunitario, su defensa de los derechos humanos y su compromiso con los más vulnerables. Habla español con fluidez y conoce de cerca las problemáticas sociales de América Latina. Desde 2023, ocupaba el estratégico cargo de prefecto del Dicasterio para los Obispos, posición que le otorgó influencia directa en el nombramiento de obispos en todo el mundo y lo colocó como uno de los hombres de mayor confianza del pontífice argentino. Su ascenso a la jefatura de la Iglesia responde a un perfil buscado por muchos cardenales: experiencia internacional, gestión discreta y fidelidad al espíritu reformista. Sin embargo, su figura no está exenta de controversias. Durante su paso por Perú, enfrentó cuestionamientos por presunto encubrimiento en casos de abusos dentro de su diócesis. Aunque nunca se presentaron cargos formales, las denuncias mediáticas generaron reparos en sectores que reclaman mayor transparencia. A pesar de ello, su capital político dentro del Colegio Cardenalicio se mantuvo sólido. Muchos lo consideran un "puente" entre dos mundos: el institucional y el popular; el poder central de Roma y las periferias del sur global. Su elección representa un gesto hacia la Iglesia latinoamericana y una señal de continuidad en el camino trazado por Francisco. La Iglesia enfrenta un escenario de profunda transición: desafíos como la secularización, la crisis de credibilidad y la necesidad de sostener una agenda reformista marcan el rumbo del nuevo papado. Con un perfil moderado, Prevost se presenta como una figura capaz de combinar gobernabilidad, visión global y sensibilidad pastoral. Notas Relacionadas
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