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  • La violencia: un flagelo instalado en las escuelas

    Parana » AnalisisDigital

    Fecha: 08/05/2025 19:17

    Por Angélica Caíno (*) Especial para ANALISIS La violencia en la escuela es un problema complejo; porque involucra a actores escolares y no escolares; grave porque compromete el destino de países y de la humanidad; moral porque produce una injusticia lacerante y frustrante que es que los alumnos no aprendan y los docentes no enseñen y, lo que tiene mayor implicancia al respecto, es que, de haber voluntad política podría solucionarse perfectamente. A continuación, describo algunas de las formas en que políticos, funcionarios del Consejo General de Educación, sindicatos docentes, padres, alumnos, medios de comunicación y docentes contribuyen a crear este medio sociocultural en la escuela, este clima, que no beneficia a ninguno de los miembros de la comunidad escolar. A- Políticos (con honrosas y rescatables excepciones): -Desde sus espacios de poder y visualización transgreden normas constituyéndose en originadores de conflictos socio-políticos generales y también educativos, entre otros, al nombrar funcionarios jerárquicos no idóneos para asumir la responsabilidad de elaborar, orientar y ejecutar la política educativa –caso de la actual presidenta del Consejo General de educación- - Priorizan intereses extranjeros, criterios económicos devastadores de nuestros recursos humanos y materiales, como el RIGI, con consecuente entrega de soberanía y autodeterminación para la producción nacional y atención de las necesidades de salud vivienda, alimentación y educación. Criterios económicos e intereses internacionales que explotan nuestros trabajadores en general, y de la educación en particular, y ofenden y ultrajan a nuestros jubilados, entre otros. Este contexto promueve nichos sociales de desasosiego, pobreza cruel, bronca y necesidad de venganza, condiciones propicias para el conflicto. Y si lo que hay es acceso a recursos materiales, la oferta de valores y posibilidades es tan competitiva, tan materialista, tan individualista, que también predispone al conflicto. B- Funcionarios del Consejo General de Educación (con honrosas y destacables excepciones) - Enfatizan el crecimiento y sostenimiento de las matriculas anteponiendo el asistencialismo –promotor del facilismo y permisividad- sobre el mejoramiento de los aprendizajes de los alumnos y eficacia interna del sistema para enseñar. - Inhabilitan a los docentes y directivos, solapadamente, para el necesario llamado de atención y evaluación, ante incumplimientos de tareas y actitudes escolares insolentes por parte de los alumnos, lo cual confunde al alumno acerca de sus derechos y posibilidades, deforma las expectativas con respecto a si mismo, atenta contra la formación de los mismos en la responsabilidad y crea un ambiente de permanente reclamo e insatisfacción no correspondientes. - Plantean contenidos que no responden a la defensa del medio ambiente ni a la de la soberanía nacional y, su justificada y legítima explicitación en la enseñanza, despierta en algunos grupos de la sociedad, reclamos insolentes, improcedentes e insostenibles desde la consideración de los derechos y obligaciones de los docentes. En estas últimas semanas hemos sido testigos de ello. - Implementan normas y protocolos que no se ajustan a las necesidades reales de la sociedad, ni a criterios educativos. Así se dificulta el acuerdo y trabajo orientados hacia objetivos educativos creándose confusión, anomia y perturbación en la gestión institucional, con la consecuente indefensión, exposición a la agresividad y ausencia de seguridad para la comunidad escolar. La Resolución 1692 del C.G.E. es un ejemplo palpable. - No apoyan materialmente a las escuelas ni capacitan a los docentes para atender productiva y educativamente el problema de violencia en el aula. La realidad lo confirma. Ello impide la construcción de un medio socio-cultural apropiado para la enseñanza y aprendizaje, por parte de los alumnos, de valores, actitudes, contenidos y habilidades escolares, favoreciendo en cambio, climas agresivos, perturbadores e inseguros donde los alumnos si aprendan a “zafar”, a desvalorizar y ningunear a docentes, a actuar según el “sálvese quien pueda”, y a proceder desde “la ley del más fuerte”…; desarrollando su personalidad en una socialización proclive a la satisfacción inmediata del deseos o capricho, propio de la “ley de la selva”, que retarda o impide la maduración psíquica tendiente a la solidaridad, el sentimiento colectivo y la convivencia democrática; y preparando entonces a vivir, según la ley de la selva C- Sindicatos docentes: (con honrosas y destacables excepciones) - Atienden intereses políticos partidarios por sobre la calidad educativa y las condiciones de trabajo de los docentes, lo cual colabora con la explotación, malestar, vida indigna y pobre, de los mismos y los arroja a una desprotección y soledad que impide la organización, debilita la acción colectiva y empuja a naturalizar y adaptarse en vez de comprender y cambiar las condiciones punzantes que viven en el ámbito escolar. - No denuncian la violencia escolar que implica, en gran medida, agresión al docente, ni aparece la misma en su lista de reclamos para su atención y superación. Esta desconsideración del sufrimiento docente por parte de la institución especialmente creada para la defensa del mismo, los deja librados a su propia suerte la cual, en medio de la total desvalorización es sinónimo de impunidad y falta de seguridad, pero, no solo para docentes sino, también para alumnos. De ello somos todos testigos. - No contienen ni apoyan a los docentes, ni contra las agresiones que sufren, ni para entender, organizarse y transformar el clima lacerante en las escuelas. D- Padres: (con honrosas y destacables excepciones) - Mayoritariamente delegan su responsabilidad en las escuelas y, escasamente responden a las convocatorias escolares. -En gran medida confían y entregan las horas de entretenimiento de sus hijos a las pantallas que mantiene a los mismos contentos y tranquilos y “fuera del peligro de la calle”. Ello por desconocer la oferta de contenido adictivo, violento…de las pantallas con nuevas tecnologías; y por ignorar el daño cerebral y psicológico que produce el reemplazo del juego físico y la socialización con personas –con, lógicamente, sus consecuentes y necesarias frustraciones-. La ciencia explica el perjuicio en el desarrollo cognitivo y aumento de conducta antisocial que ello produce en los protagonistas más preciados de nuestros climas escolares. - No establecen límites claros para sus hijos y, ante conflicto de los mismos con educadores a causa de exigencias de encuadres escolares, generalmente los apoyan desautorizando al docente y a la función formativa del mismo y la institución. Ello promueve actitudes de desacato e impertinencia de sus hijos con respecto a las normas de convivencia y a los docentes, quienes son los portadores cotidianos de dichas normas. - Generan, en la escuela, situaciones de maltrato e irrespetuosidad para con docentes, que implican ejemplos de modelos no deseables, pero que los alumnos aprenden. Ello colabora a desencadenar climas de tensión y furia en la escuela. E-Alumnos: impactados y formados por contextos brevemente hasta aquí explicitados y con honrosas y destacables excepciones: - No respetan a los docentes ni a sus compañeros, con lo que queda ausente el ingrediente básico de acuerdo y entendimiento necesarios para montar un medio socio-cultural agradable, de comunicación fluida como correspondería a la escuela, dado que los aprendizajes armonizan altamente con el tipo de comunicación y clima en que tienen lugar. - No se comprometen con el aprendizaje escolar dejando vacante una de las condiciones básicas para el mismo, y constituyendo entonces un sentido y sentimiento moral antidemocrático, que contradictoriamente predispone a la lisonja y al autoritarismo, - Expuestos a comportamientos violentos y agresivos en la escuela –tal cual ya explicité-, y en otros ámbitos cotidianos–desde robos, crímenes, trata de niños… en informativos televisivos, hasta partidos de fútbol, básquet o rugby, por citar algunos, donde la golpiza física al del otro equipo para “ganar” es evidente-, desarrollan naturalización de actitudes y prácticas casi brutales. F- Medios de comunicación: (con honrosas y destacables excepciones) - Colaboran a la violencia escolar al “sensacionalizar” y publicar casi exclusivamente estos casos pues funcionan, para la población estudiantil, como ejemplos. Extraña o sospechosamente, los casos o situaciones de ejemplaridad positiva por mostración de actividades y actitudes solidarias, en defensa de la vida y el medio ambiente, conservación de los implementos escolares y espacios públicos, consideración para con personas mayores… escasamente son modelos a seguir pues, aunque existen, se las ignora, no se muestran, pasan inadvertidas. ¿Casualidad o intencionalidad? - No aportan a la comprensión de la violencia en las escuelas pues, producto de desinformación, ignorancia o actitud tendenciosa –salvo honrosas excepciones-, el docente suele aparecer en los medios como culpable y responsable absoluto del acontecer áulico y débiles o nulos aprendizajes escolares de los alumnos. Este proceder potencia una desvalorización pública de la tarea docente. Y los alumnos la aprenden y, si los mismos no valoran a sus docentes, lógicamente ni los miran, ni los escuchan…, y consecuentemente es imposible entablar comunicación, que es la materia prima de la enseñanza y aprendizaje. Y este “sin sentido” áulico, tierra de nadie, alberga entonces “chacota”, bullying… - Todo ello colabora a la estigmatización de las escuelas y los docentes, dando lugar a un clima de desconfianza y hostilidad hacia los mismos y una forma de exteriorizarlo es la viralización de comisiones que irresponsablemente acusan y piden cuenta a los docentes por hacer uso de la libertad de expresión enseñando, no solo contenidos curriculares, sino sus propios saberes y convicciones para completar, ampliar, disentir… con los pobrísimos contenidos escolares curriculares. Sin embargo, extraña o sospechosamente no se difunde con la misma intensidad ni se pide cuenta a los gobiernos por el ejemplo descarnado que niños y jóvenes tienen toda vez que salen a la calle y naturalizan que coetáneos suyos revuelvan y coman de los recipientes de basura, luzcan andrajosos por falta de vestimenta digna y porten suciedades porque la pobreza de sus familias y exlusión de sus barrios los somete a la falta de agua y de vivienda dignamente construída y provista para la satisfacción de necesidades humanas. G- Los docentes: (casi en su totalidad) - Protagonistas heroicos de la Transformación Curricular Entrerriana, y de las que se dieron en todo el país a partir de 1983, que puso a la escuela y los docentes, legítimamente en el banquillo de los acusados, por autoritarios, los docentes lo asumimos y nos comprometimos con la democratización educativa no como interpelación, sino como responsabilidad histórica Sin embargo, este proceso se desarrollaba con la continuidad de la vigencia de criterios económicos de la dictadura que tejían maraña con un neoliberalismo fundamentalista y en expansión, medios masivos de comunicación creciendo cuantitativa y cualitativamente en función del negocio y la ganancia, una posmodernidad, por un lado auténtica superación de las estrecheces de la modernidad pero, por otro, vergonzante justificación de lo que estaba sucediendo a todos los niveles, un consenso internacional acerca de que la educación, la salud… no eran responsabilidad de los Estado. En esos tiempos y actualmente somos testigos, conscientes o no, de la estrategia del sistema dominante: la batalla por la aceptación de las políticas liberales, por el mayor consumo, por la supremacía del mercado, por la destrucción del Estado benefactor, se instala en la cabeza de la gente, en su sentido común, cambiándole el significado a los términos más sentidos en ese momento histórico: democracia se comenzó a vincular con individualismo, y educación democrática se capacitó a los docentes para entenderla como facilismo, “no frustración ni exigencia a los alumnos”. En su incesante deseo de que los alumnos aprendan, los docentes siguen probando con todo lo que “bajan” del CGE. Las palabras huelgan. Es hora de tomar medidas para cambiar esta situación y garantizar condiciones de trabajo docente dignas y realizadoras y, una educación de calidad para todos. Y a ello convoco a los docentes. (*) Licenciada en Ciencias de la Educación. Docente universitaria

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