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» Facundoquirogafm
Fecha: 08/05/2025 04:37
En este ritual participan los cardenales menores de 80 años, quienes se reúnen en sesión secreta dentro de la Capilla Sixtina hasta que se elige al nuevo Pontífice. El término cónclave proviene del latín cum clave, que significa "bajo llave", y simboliza el aislamiento total de los electores durante el proceso. El cónclave comienza formalmente con una misa matutina en la basílica de San Pedro, denominada Pro Eligendo Romano Pontifice, ceremonia a la que el público puede asistir. Por la tarde, los cardenales abandonan la Casa de Santa Marta —donde residen— y se dirigen a la Capilla Paulina del Palacio Apostólico. Desde allí, marchan en procesión hacia la Capilla Sixtina. Una vez dentro, el maestro de celebraciones litúrgicas pronuncia la frase tradicional en latín extra omnes, lo cual indica que todos aquellos que no tienen derecho a voto deben retirarse. Tras esto, se cierran las puertas y se activan inhibidores de señal para evitar cualquier comunicación externa. Los cardenales encargados de elegir al sucesor del Papa Francisco, quien será el 267º pontífice en la historia, realizarán múltiples rondas de votación hasta que uno de los candidatos logre los dos tercios de los votos necesarios. Cada vez que no se alcanza esta mayoría, las papeletas son quemadas y el humo negro que sale por la chimenea anuncia al mundo que aún no hay Papa. La aparición del humo blanco, por su parte, indicará que ya se ha elegido al nuevo líder de la Iglesia. En la primera tarde solo se prevé una votación; a partir del día siguiente, se realizarán cuatro escrutinios diarios según la tradición. Las papeletas llevan impresa la frase latina Eligo in Summum Pontificem, seguida del nombre del candidato elegido por cada cardenal. Estas se queman cada dos votaciones, generando dos emisiones de humo al día: una al mediodía y otra cerca de las siete de la noche. No obstante, si en algún momento surge un resultado definitivo, la fumata blanca se emitirá inmediatamente. Durante los primeros escrutinios impares (primero, tercero y quinto), se dan momentos clave: en el primero, se toman las primeras preferencias; en el tercero, muchos cardenales ajustan sus votos buscando opciones viables; y en el quinto, se empiezan a consolidar bloques, lo que permite a los indecisos inclinarse por un candidato fuerte o abrir paso a alguna alternativa que pueda prolongar el proceso. Si tras 34 escrutinios (aproximadamente nueve días) no se logra un acuerdo, se procederá a una segunda vuelta entre los dos cardenales más votados. Los últimos cónclaves han sido bastante rápidos: en 2005, Benedicto XVI fue elegido en el cuarto escrutinio (menos de 24 horas), mientras que en 2013, el Papa Francisco resultó elegido en el quinto (alrededor de 27 horas).
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