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» Diario Cordoba
Fecha: 03/05/2025 11:57
En cualquier reconocimiento médico para testar el estado de salud de una persona se estudian determinados parámetros. Dentro de este examen, habitualmente, el médico de familia o el especialista hospitalario solicitará que el paciente se realice una analítica, que puede ser de sangre, de orina o una prueba más concreta si esta persona ya tiene diagnosticada alguna enfermedad o si el doctor quiere descartar o detectar alguna dolencia específica que requiera de esa información. En los últimos tiempos se está dando más relevancia aún de la que siempre ha tenido a los análisis de sangre y de laboratorio en general, porque, además, de poder aportar información sobre la existencia de uno o varios factores de riesgo para la salud, como pueda ser la detección de colesterol alto, glucemia o posibles problemas en la función renal, pues se están investigando o incluso ya usándose muestras sanguíneas que permiten diagnosticar dolencias bastante prevalentes, como puedan ser ciertos cánceres, o el alzhéimer en personas con síntomas. Recogida y análisis de muestras en el hospital QuirónSalud Córdoba. / A.J. GONZÁLEZ El director médico del hospital QuirónSalud Córdoba, Rafael Cuenca, recuerda que los datos de laboratorio son claves en la práctica clínica habitual, ya que ayudan, junto con la historia clínica y la exploración física, al diagnóstico de enfermedades. Diagnóstico precoz En esta línea, apunta que, dentro de una medicina más evolucionada, hoy en día se hace cada vez más necesario el diagnóstico precoz de las enfermedades y que, para ello, «necesitamos disponer de herramientas que nos ayuden a la detección temprana de patologías y a prevenirlas». Así, se está pasando de una medicina reactiva a otra más proactiva. «Actualmente, diagnosticamos una enfermedad y la tratamos y entiendo que el objetivo a lograr pasa por intentar evitar que aparezca una patología o diagnosticarla precozmente para poner en marcha medidas que obstaculicen su aparición o progresión», explica Cuenca. Rafael Cuenca, que es especialista en Medicina Interna, incide en que los datos de laboratorio, en el momento presente, nos ayudan a evaluar el funcionamiento del organismo; confirmar una enfermedad; analizar la evolución o progresión de esa dolencia; efectuar un diagnóstico en fases tempranas de la patología; realizar la prevención de la enfermedad; conocer el riesgo de padecer un problema de salud concreto y acceder a una diana terapéutica. El color de la orina puede ser indicativo de un problema de salud. / Freepik Información que aportan los análisis Más concretamente, el director médico del hospital QuirónSalud detalla que con la extracción de una simple muestra de sangre se puede conocer si el riñón, hígado, tiroides, páncreas o médula ósea de una persona funciona correctamente. «A partir del análisis de determinaciones básicas de creatinina, transaminasas, glucosa o hemograma podemos saber si todo está en correcto funcionamiento», expone. «Por su parte, existen otras moléculas cuya determinación nos ayuda a intuir que puede haber una posible afectación de la salud», recalca. Por ejemplo, la proteína C reactiva, cuya alteración es inespecífica en cuanto al diagnóstico de una enfermedad. Sin embargo, es una proteína muy sensible, ya que puede alertar de que algo no va bien o hacer sospechar de la existencia de una dolencia infecciosa, inflamatoria, reumática o tumoral. Este experto subraya que «todos conocemos que si se obtiene con una analítica un valor elevado de glucemia o colesterol, diagnosticaremos una diabetes o dislipemia, lo que nos llevará a efectuar unas indicaciones terapéuticas». El director médico del hospital QuirónSalud Córdoba, Rafael Cuenca. / Manuel Murillo En este sentido, Rafael Cuenca afirma que cuando se hacen análisis a una persona que ya tiene diagnosticada una enfermedad, las pruebas sanguíneas, de orina u otras que se le hagan permitirán, en primer lugar, conocer si la enfermedad está progresando, y, en segundo lugar, si el tratamiento o tratamientos que esté recibiendo esta persona le están ayudando a mejorar su problema de salud. Un ejemplo de la utilidad de los análisis en estos casos es el estudio de los niveles de creatinina, datos que ayudan a conocer la evolución de una enfermedad renal, o cuando se analizan los marcadores tumorales, que son muy útiles para monitorizar la evolución y respuesta al tratamiento prescrito. En el apartado de los marcadores tumorales, precisa el director médico de QuirónSalud Córdoba, se usan con frecuencia el CEA (antígeno carcinoembrionario) o el PSA (antígeno prostático específico) para conocer la evolución y respuesta del cáncer de colon y próstata, respectivamente. Realización de una mamografía. / Manuel Murillo Cribados Por otra parte, este especialista en Medicina Interna hace especial hincapié en la relevancia de los análisis de laboratorio o de otro tipo para lograr un avance prioritario en la mejora de la salud, como es la función para tratar de detectar dolencias de forma temprana, cuando están en fase muy precoz, lo que se conoce como cribado, ya que con un diagnóstico a tiempo se pueden pautar medidas terapéuticas que contribuyan a que dicha afección no evolucione o incluso que cuando sea posible, haya curación. Dentro de los cribados de los que se puede beneficiar la población están la detección precoz del cáncer de colon, mediante la prueba que determina si existe sangre oculta en heces, o el cribado para el diagnóstico temprano del cáncer de cuello de útero, que se efectúa con la realización de citologías a la población femenina, o el cribado de cáncer de mama, mediante la realización de mamografías a las mujeres. Según este internista, este diagnóstico precoz permite que en «un elevado porcentaje de pacientes podamos llegar a la curación de la enfermedad tras el tratamiento realizado, aunque haya que seguir un proceso de seguimiento del paciente». Es importante que los hombres se hagan revisiones de próstata. / Europa Press Marcadores de riesgo En lo que respecta a la información que puede proporcionar un análisis de laboratorio a la hora de prevenir una enfermedad, Rafael Cuenca remarca que, ante la existencia, por ejemplo, de un marcador de riesgo en una analítica, debemos de ofrecer pautas al paciente para que adopte medidas que le ayuden a disminuir la posibilidad de enfermar. Así, argumenta que está demostrado que niveles altos de colesterol se asocian a eventos cardiovasculares, de forma que los pacientes con LDL (colesterol malo) muy elevado, deben adoptar medidas terapéuticas con el objeto de disminuir esos niveles para reducir la probabilidad de que surja ese daño cardiovascular. Por otro lado, existen marcadores genéticos que permiten conocer si una persona tiene un mayor riesgo de padecer una enfermedad con perfil hereditario y también existen proteínas cuya existencia nos proporciona información sobre el riesgo de padecer una afección. En este ámbito, entiende Cuenca, la comunidad científica tiene que seguir avanzando. Este especialista añade que, dentro de la detección de enfermedades cardiovasculares, neurológicas, neoplásicas, tromboembólicas, entre otras, hay varias mutaciones genéticas que se deben tener en cuenta y que, en el caso particular de los cánceres, la existencia del gen BRCA1 y 2 está relacionada con el cáncer de mama, a la vez que la detección de múltiples mutaciones genéticas están relacionadas con la enfermedad de alzhéimer o la de párkinson. El colesterol alto afecta al sistema circulatorio. / Freepik Alzhéimer En lo que concierne a la detección concreta del alzhéimer, el hospital QuirónSalud Córdoba ha implantado recientemente un avance en el diagnóstico, que consiste en la medición en sangre de la proteína tau 217 (p-tau217), que es un biomarcador clave en el hallazgo de esta patología. La existencia de este biomarcador permite identificar la enfermedad en sus etapas iniciales con una precisión superior al 95% en personas con síntomas, «lo que se trata de un auténtico punto de inflexión en el diagnóstico de la enfermedad», valora Rafael Cuenca. Ernesto Orozco y Francisco Lara, jefes de servicio de Neurología y Psicología Clínica del Hospital Quirónsalud Córdoba. / CÓRDOBA Riesgo cardiovascular Además, el director médico de QuirónSalud Córdoba, avanza que una sola determinación de sangre permite analizar múltiples genes relacionados con el riesgo de padecer enfermedad cardiovascular. «Pero insisto, esto nos ayuda en líneas generales», aclara, porque no es igual buscar estos genes en una persona con obesidad, fumadora, sedentaria, que presente un alto consumo de grasas saturadas, comparado con la búsqueda en otra persona que esté en normopeso, no fumadora, que haga ejercicio regular 3 o 4 veces a la semana y cuente con hábitos de comida saludable, basados en la dieta mediterránea. Estas dos personas pueden presentar la misma predisposición genética a determinada enfermedad, pero la primera persona, evidentemente, tendrá más probabilidad de sufrir la patología que la segunda. Dentro de este repaso a los análisis y pruebas que ayudan a diagnosticar dolencias, Rafael Cuenca concluye que, por otro lado, la existencia de ciertas proteínas puede ayudar a conocer qué tratamiento médico indicar o a conocer mejor el pronóstico de la enfermedad, por ejemplo, la proteína HER2 en cáncer de mama; la proteína VEGF, en cáncer de colon; la ALK, en linfomas; la BRAF, en melanomas, o la PARP, en ovario. Avances frente al cáncer «Este tipo de determinaciones se utiliza mucho en oncología. Cada vez somos más selectivos en el tratamiento del cáncer. Antes pautábamos tratamientos oncológicos generales para acabar con las células cancerígenas, pero también con células normales, de ahí muchos de los efectos secundarios que se producían. Sin embargo, hoy en día, si conocemos cuál es la expresión de una proteína anómala, se trabaja para diseñar un tratamiento específico que ataque solo a esa proteína, lo que llevara a acabar solo con las células cancerígenas y no con las células que son normales, disminuyendo mucho los efectos secundarios generales», finaliza. Suscríbete para seguir leyendo
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