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» Radio Sudamericana
Fecha: 09/02/2025 22:54
Domingo 09 de Febrero de 2025 - Actualizada a las: 21:07hs. del 09-02-2025 SOCIEDAD RURAL DE PERUGORRÍA La presidenta de la Asociación Rural de Perugorría, Carina Tomasella, en diálogo con Canal Sudamericana, alertó sobre la grave situación que atraviesa la zona debido a la ola de calor, la sequía extrema y los focos de incendio que arrasan campos y amenazan viviendas. El fuego arrasa en gran parte de Corrientes, especialmente en su zona sur. La combinación de temperaturas extremas, vientos intensos, baja humedad y la falta de lluvias ha generado un escenario para la propagación del fuego, que ya consumió miles de hectáreas. En este contexto, Carina Tomasella, presidenta de la Asociación Rural de Perugorría, describió la situación como “un infierno”. Además, añadió: “Es muy triste el panorama que tenemos”, expresó en comunicación con Sudamericana, en la que detalló el impacto devastador de los incendios en la región. El foco más preocupante se encuentra en el paraje Aguay Grande, donde los productores y bomberos luchan para evitar que las llamas lleguen a las viviendas. Uno de los factores que agrava la crisis es la falta de precipitaciones. “Llevamos tres meses sin lluvias importantes, lo que ha generado una sequía abrumadora”, explicó Tomasella. La ausencia de agua, sumada al calor sofocante y al viento del norte, ha convertido los campos en un material altamente inflamable, dificultando el control del fuego. A pesar de los esfuerzos conjuntos entre los productores rurales, los bomberos y el Estado provincial, el agotamiento físico y emocional se hace notar. “Llevamos tres noches sin dormir. El recurso humano está agotado”, reconoció la dirigente rural. Si bien la presidenta de la Asociación Rural de Perugorría destacó que el Estado provincial está colaborando con recursos como aviones hidrantes, brigadistas y bomberos, destacó que el trabajo articulado entre el sector rural y los organismos de emergencia es clave para enfrentar la crisis. Los productores han implementado un sistema de señalización con banderas amarillas en los establecimientos que disponen de perforaciones o bombas de agua. Esta medida permite a brigadistas y bomberos abastecerse de agua rápidamente, optimizando los tiempos de respuesta. Además, se han dispuesto reservorios, tanques australianos y pistas privadas para facilitar el accionar de los aviones hidrantes y helicópteros. La asistencia a los equipos de emergencia también incluye la provisión de agua potable y la logística necesaria para combatir las llamas en los puntos más críticos. Superficie afectada y pérdidas La productora afirmó: “Hablé con un productor y me dijo que el 70% de su estancia fue afectada, pero todavía no podemos hacer un relevamiento exacto”, señaló. En cuanto al impacto en la producción ganadera, la principal actividad económica de la región, la dirigente rural indicó que aún no se han reportado muertes de animales, pero existe preocupación por aquellos potreros a los que no se ha podido ingresar debido a la intensidad del fuego. La presidenta de la Asociación Rural de Perugorría reveló el siguiente dato: existen "sospechas" de que algunos focos de incendio podrían haber sido provocados intencionalmente. “Nos llama poderosamente la atención que mientras combatimos un foco en un área, a kilómetros de distancia surgen nuevos incendios”, advirtió. Las autoridades locales han iniciado investigaciones para determinar si hubo intervención humana en la generación de estos incendios, lo que agrava aún más la situación. La provincia de Corrientes aún recuerda la catástrofe ambiental de 2022, cuando el fuego consumió el 11% de la superficie total del territorio. Tomasella comparó la situación actual con aquel desastre y aseguró que, aunque ahora hay una mejor organización y más recursos disponibles, el desafío sigue siendo enorme. “La diferencia es que estamos un poco más preparados, pero el fuego sigue siendo incontrolable”, afirmó. La única esperanza para frenar la crisis es la llegada de precipitaciones significativas, algo que, hasta el momento, no se ha dado. “Sería una bendición que llueva”, expresó Tomasella, reflejando el sentimiento de toda la comunidad afectada. Mientras tanto, productores, brigadistas y bomberos continúan trabajando sin descanso para contener el avance del fuego y proteger a las familias rurales que ven amenazados sus hogares y medios de vida.
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