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» Misionesopina
Fecha: 09/11/2025 11:00
Horacio Humberto Blodek, exministro de Turismo de Maurice Closs, y su esposa, Fátima Cabrera, actual intendenta de General Urquiza, por tercera vez estarían detrás de una maniobra turbia para destituir al presidente del Concejo Deliberante. En este caso es José Ptaszenczuk, quien fue el primer concejal de la lista de Cabrera en 2023. La intención sería dejar el sillón municipal en manos de su hija, Agostina Blodek, segunda concejal de apenas 25 años, que además ni siquiera vive en el pueblo y sólo concurre cada vez que se reúne el Concejo, según varios vecinos consultados. Cabrera aún tiene dos años de mandato, pero deberá asumir como diputada provincial el 10 de diciembre. Según la Ley Orgánica de Municipalidades, la sucesión corresponde al primer concejal de su lista y actual titular del Concejo. Sin embargo, los Blodek no parecen dispuestos a soltar el control del municipio que manejan desde 2016, cuando la propia Cabrera, entonces presidenta del HCD y primer concejal, impulsó la destitución del intendente anterior, Ricardo Enríquez. Desde entonces, General Urquiza funciona como un feudo político y familiar, con poder concentrado en el matrimonio. Y ahora, según versiones de dirigentes locales, estarían ensayando todo tipo de maniobras para perpetuarse a través de su heredera. Primero, intentaron instalar que, por “paridad de género”, debía asumir una mujer: su hija Agostina. Al no prosperar, estarían dispuestos a avanzar con un plan más drástico, según versiones locales: destituir al presidente del Concejo, inventando algún tecnicismo o presunta irregularidad que justifique la jugada y deje libre el camino a la heredera. Fátima Cabrera y su hija Agostina Blodek, concejal, a quien intentaría dejar como intendenta. Los concejales que se prestarían a esa maniobra serían la propia Agostina Blodek, Paul Armando Atamañuk y Teresa Duarte. La sesión clave podría realizarse el lunes 10 de noviembre, lo cual ha despertado una fuerte preocupación en el pueblo. Lo curioso es que Ptaszenczuk no es opositor, ni un renovador con internas contra los Blodek. Al contrario: desde 2019 vienen trabajando juntos con buena relación. Pero todo cambió cuando Cabrera fue convocada desde Posadas para integrar la lista de diputados provinciales, y más aún cuando el 8 de junio los resultados confirmaron que deberá asumir en diciembre. En los seis años anteriores, la relación era de aliados políticos. Ptaszenczuk, que vive a dos cuadras de la Municipalidad, nunca cuestionó que los Blodek pasen más tiempo en Posadas que en Urquiza. Todos los vecinos comentan que viven en la Capital misionera. Tampoco dijo nada sobre el hecho de que la joven concejal Agostina casi no sea conocida en el pueblo, por haber cursado casi toda su vida fuera de allí. La trama tiene tintes de conspiración de película, pero es parte de la interna del poder renovador. Un esquema que recuerda lo ocurrido en Santo Pipó, donde la exintendenta Mabel Cáceres —también electa diputada— intentó dejar un gobierno municipal manejado a control remoto, hasta que la nueva jefa comunal desactivó el operativo con apoyo de la Provincia. Horacio Blodek fue diputado y luego ministro de Turismo de Closs. Fue despedido luego de gastar una fortuna para "comprar amigos" en Facebook. En Posadas, tras los agridulces resultados de junio y octubre, no cayó bien que una intendenta clossista y su esposo, considerado mano derecha de Maurice Closs, estén detrás de otro escándalo político en un momento donde el malestar social exige mesura. Incluso se habla de un posible llamado de atención desde la capital a la diputada electa y a los concejales involucrados. “No queremos más conflictos, la gente está cansada de peleas de políticos”, confió un funcionario provincial que ya está avisado de la maniobra de mañana. La posibilidad de que intenten frenar esta jugada es lógica, porque además se sabe que la renovación utiliza los cargos de diputados para sacar a algunos intendentes que ya han gobernado demasiado tiempo y facilitar el recambio o la oxigenación en los pueblos. De esta manera se evitan feudos y capangas, aunque a veces la medida llegue tarde. El interés de los Blodek, aseguran en el pueblo, no es que su hija haga carrera política. “A ella no le gusta la política”, repiten quienes la conocen. El interés pasa por otro lado: mantener el control de la caja, los contratos y los favores. La madre de Fátima es dueña del mercado más grande del pueblo y allí se canjean los vales municipales por mercaderías. Y la obra pública —dicen los vecinos— termina siempre en manos de una empresa vinculada al exministro. Horacio Blodek, hombre fuerte en los gobiernos de Closs, reciclado bajo el paraguas renovador, evitó exponerse después de haber amasado una fortuna entre 2006 y 2015 y por eso impulsó a su esposa como mascarón de proa de un esquema que combina gestión y negocios familiares en el pequeño municipio de Gral. Urquiza. Ptaszenczuk, en cambio, no llegó por acomodo. Es un dirigente querido y respetado, que en 2011 perdió la intendencia con Enríquez, pupilo de Blodek, por apenas tres votos. Ante el riesgo de que se vuelva a presentar y gane, Cabrera lo convocó para “trabajar juntos” desde 2019 y la convivencia política se mantuvo sin fisuras hasta ahora. En 2023 habían renovado una alianza que parecía indestructible, si ambos respetaban los códigos. Los vecinos del concejal Ptaszenczuk aseguran que su familia es numerosa y "no se quedará callada si cometen este atropello". Pero, una vez más, el poder y la caja pesaron más que la palabra. Tal es así que, la posibilidad de que la intendenta asuma la banca de diputado, hoy es una incógnita.
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