03/11/2025 05:51
03/11/2025 05:32
03/11/2025 05:31
03/11/2025 05:30
03/11/2025 05:30
03/11/2025 05:30
03/11/2025 05:30
03/11/2025 05:30
03/11/2025 05:30
03/11/2025 05:30
» Diario Cordoba
Fecha: 02/11/2025 22:32
El torero jerezano Rafael de Paula ha muerto este domingo, 2 de noviembre, a los 85 años, según ha confirmado su familia. El diestro, que recibió la Medalla de Oro a las Bellas Artes en 2002, llevaba años alejado de la vida pública. Además de su extensa carrera con torero, también fue apoderado de Morante de la Puebla, entre otros. Rafael Soto Moreno, conocido artísticamente como Rafael de Paula, debutó el 9 de mayo de 1957 en la plaza de toros de Ronda, aunque no fue hasta el 9 de septiembre de 1960 cuando tomó la alternativa en el mismo coso rondeño, de manos de Julio Aparicio y con Antonio Ordóñez de testigo. El 28 de mayo de 1974 se confirma en Madrid, siendo el padrino el torero portuense José Luis Galloso y el testigo Julio Robles. Para muchos aficionados del siglo XX, fue un matador muy personal, el que tenía más pellizco, sensibilidad y arte de su época. Este gitano del barrio de Santiago de Jerez dominaba las verónicas y hay quienes dicen que las bordaba como nadie. De Paula era un torero artista. En la plaza de toros de su tierra natal hay una placa por una faena que elaboró con esmero en 1979. "Lo único que yo sé es que nací para torero, y que si las piernas me hubieran funcionado habría tenido una dimensión... Yo siempre quise ser un torero de época", aseguraba en una entrevista publicada en El País. Ese problema en las piernas, concretamente en las rodillas, mantuvo en vilo su carrera, pasando hasta diez veces por quirófano. Polémico a la par que artista, en sus intervenciones públicas no dejaba indiferente a nadie. Contrario a llamar fiesta nacional a los toros, nunca dudó en señalar lo que no gustaba del mundo taurino. "¿Fiesta...? La corrida de toros no se puede llamar fiesta, eso es la Feria de Sevilla o Jerez; la fiesta nacional es el 12 de octubre, que también es el día de la Virgen del Pilar, la patrona de España y de la Guardia Civil; eso es la fiesta...", decía abiertamente en un coloquio. Además de su profesión, el carismático torero pasó etapas oscuras y tuvo algunos problemas con la justicia. En 1989 fue condenado por inducción al allanamiento de morada con intimidación tras una agresión que sufrió el amante de su esposa y en 2014 volvió a tener un episodio difícil, después de ser acusado de un intento de agresión al que entonces era su abogado. La alcaldesa de Jerez de la Frontera, María José García-Pelayo, ha sido de las primeras en lamentar el fallecimiento del torero. En sus redes sociales ha catalogado al diestro como un "jerezano de leyenda" y ha enviado su más sentido pésame tanto a la familia, como a sus amigos y a la afición. "Su legado será eterno", ha concluido. Muchos lo recordarán por su trayectoria en las plazas, llena de tardes de tormento y gloria que glosan una de las páginas de la historia del toreo más importantes de los últimos tiempos. A otros los quedará su particular personalidad, torero temperamental y carácter que siempre tenía una una plabra que decir, sin importar su repercusión. "En el toreo, como en el baile y en el cante, saben más que nadie los gitanos. Supo Rafael El Gallo y sabe ahora Rafael de Paula. De los cuatro grandes Rafaeles (Lagartijo, El Guerra, El Gallo y Paula), sólo vi a los dos gitanos. Vi y oí en su toreo toda la música callada y soledad sonora, que es la esencia y sustancia viva y verdadera del arte de torear: su estilo", escribió de sobre él el poeta de la Generación del 27 José Bergamín.
Ver noticia original