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» Diario Cordoba
Fecha: 03/11/2025 05:31
La huida de profesionales sanitarios y las inferiores condiciones laborales de las residencias de mayores, establecidas en el convenio estatal de la dependencia, están poniendo en jaque al sector a la hora de contratar personal. Reclutar a médicos, enfermeros o fisioterapeutas se ha vuelto una odisea en Córdoba, ya que los recién graduados a menudo se van fuera de Andalucía, acuden a la medicina privada o esperan a que surja algún contrato en la pública. Las residencias de mayores privadas establecen un precio por plaza superior al que reciben las concertadas, que disponen de unos recursos asignados por la administración y es en ellas donde se acumulan los problemas. Son las propias residencias las que tienen que gestionar el personal en base a las exigencias por ratio establecidas y aunque los sueldos del personal se rijan por un convenio estatal que se aplica en todos los casos, las privadas suelen establecer mejoras mientras las concertadas no tienen margen para hacerlo. Las tres subidas del Salario Mínimo Interprofesional casi han diluido el abanico salarial aunque los estudios y la responsabilidad en cada escalafón sean muy dispares. Según las tablas de 2025, el sueldo de un cocinero o un auxiliar está en 1.160 euros mientras un fisioterapeuta y un terapeuta ocupacional cobra 1.455 euros, un enfermero 1.567 euros y un médico, el profesional con el sueldo más alto, 1.791 euros. La subida del salario mínimo tampoco ha evitado las dificultades para encontrar personal en las categorías inferiores, donde escasean perfiles como cocineros, gerocultores y personal de limpieza. Un problema muy extendido entre las pymes Las dificultades para incorporar personal no son algo exclusivo de Córdoba, ni siquiera de Andalucía. Según el estudio La paradoja del talento de OBS Business School, en una década, se ha pasado de que un 3% de las empresas tuvieran problemas para contratar personal a que le ocurra a un 62%, una situación que afecta en especial a las pymes, porque tienen menos recursos para competir con las grandes empresas y con el sector público. La sanidad es uno de los ámbitos donde el problema es más grave y las causas de esta problemática son «la falta de preparación y la falta de compromiso», es decir, la exigencia de condiciones laborales en cuanto a salario, horario, estabilidad o teletrabajo que son inasumibles para empresas de pequeñas dimensiones. En la residencia Santísima Trinidad, la responsable de personal asegura que «el último anuncio del SAE que pusimos para reclamar personal se quedó desierto». En la residencia de María Auxiliadora, andan buscando terapeutas ocupacionales, que tampoco encuentran, mientras en Vitalia Guadalquivir coinciden en las dificultades a la hora de contratar enfermeros y gerocultores, pero también de otras categorías como cocineros y limpiadores. Vitalia Delicias, que está en pleno proceso de selección, coincide en la escasez de personal sanitario, sobre todo, médicos. Según la directora, «he trabajado en Barcelona, Aragón, Cádiz y Sevilla y la situación es similar, faltan muchos sanitarios y cada vez más, otros perfiles como gerocultores». Las residencias de personas con discapacidad no están mejor, como confirma la directora de Acpacys. «No hay fisioterapeutas ni logopedas ni enfermeros», señala, «pero además hemos tenido una baja en cocina y nos ha costado la vida encontrar sustituto». En su opinión, «la situación es muy delicada porque necesitamos trabajadores, pero los profesionales se están yendo a otras comunidades autónomas y a la privada, donde les pagan mucho más». Otras circunstancias que juegan en contra Algunas residencias consultadas prefieren que no se las nombre, pero explican que a la huida de profesionales sanitarios se suman otras casuísticas cada vez más habituales. «Hay personas que están cobrando una prestación y no les conviene que se les contrate solo unos meses porque la pierden», señalan, «también hay quienes piden que se les contraten menos horas y se les pague el resto en B para seguir cobrando el ingreso mínimo o alguna ayuda o nos dicen que solo quieren trabajar de lunes a viernes, cuando en las residencias hay turnos porque funcionan todos los días 24 horas». La consolidación de equipos de trabajo se ha complicado y hay residencias que apuntan que «encontrar personal comprometido está cada vez más difícil», aunque haya casos excepcionales de profesionales con mucha vocación que incluso compaginan el trabajo en residencia y en la pública, apunta una directora. Consideran que el SAS «juega sucio». «Hay personas que pasan de un trabajo a otro sin ni siquiera cumplir con el tiempo de preaviso de 15 días», lamentan. Cuando la Seguridad Social lanza una oferta de plazas, «enfermeros, auxiliares, médicos y fisioterapeutas se van porque nosotros no podemos competir, aunque sea para contratos de un mes porque quieren estar en la bolsa», añaden. En este contexto, las residencias hacen permanentemente entrevistas de trabajo a todo tipo de perfiles «para tener a personas en cartera en caso de bajas o ausencias». Ese es otro problema añadido. «Hay muchas bajas y muchas peticiones de ausencias de 48 horas que no requieren baja médica», comenta la responsable de una residencia. «Se lo saben todo, yo tengo alguna persona con hasta 25 días de licencias acumuladas este año», explica, y recuerda que «los mayores son un material muy sensible, tendríamos que poder cubrir cualquier baja automáticamente, pero no es posible, porque no hay personal disponible y al final, el resto de compañeros acaba cargando con el trabajo, lo que a la larga genera más bajas». Las agencias de trabajo temporal ofrecen servicios de este tipo, «pero el coste es altísimo, inasumible para una residencia pequeña», señalan. Todas parecen coincidir en que la pandemia marcó un antes y un después. «El concepto de responsabilidad se ha diluido, la gente quiere vivir, la mentalidad y las prioridades han cambiado, sobre todo entre los jóvenes, pero no solo en ellos, y eso se nota en las exigencias y en las expectativas laborales», prosiguen . La vocación es una cuestión básica en este tipo de trabajo y no siempre la encuentran. «Tratar a una persona mayor te da muchas recompensas porque son muy agradecidos y muy cariñosos con sus cuidadores, pero también hay que estar preparados porque están en el final de sus días, enfermos y a lo largo de los años ves a muchos irse», explica una de las directoras, que cree que «hay quien elige la rama sanitaria pensando más en las salidas laborales que en la vocación de servicio».
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