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Paraná » Confirmado.ar
Fecha: 02/11/2025 22:30
El dirigente de Juntos por el Cambio, promotor de la llamada Ley “Ficha Limpia”, enfrenta denuncias mediáticas por la existencia de múltiples sociedades familiares en paraísos fiscales y por el presunto aporte a su campaña de un empresario condenado por estafa piramidal. Las acusaciones contrastan con su discurso de ética pública y transparencia. por AD Diego Santilli, actual referente del PRO y figura visible de Juntos por el Cambio en la provincia de Buenos Aires, vuelve a estar en el centro de la polémica. Diversos informes periodísticos y denuncias públicas señalan que el exvicejefe de Gobierno porteño estaría vinculado a una estructura empresarial familiar con presencia en paraísos fiscales, además de haber recibido aportes de campaña provenientes de un empresario luego condenado por estafas. De acuerdo con publicaciones de portales como Patagonia24, ADN Río Negro y Diario Mendoza, el clan “Santilli–Forchieri” –nombre que combina el apellido de su madre– manejaría al menos 14 sociedades locales y dos firmas offshore, registradas en jurisdicciones de baja tributación. Una de ellas, South Tourin LLC, figura en el estado de Florida (Estados Unidos), con Darío César Santilli –hermano del dirigente– como director ejecutivo. Según estas fuentes, mientras las sociedades operaban activamente, Diego Santilli se mantenía inscripto ante la AFIP como “monotributista”, una condición que, en apariencia, no se condice con el volumen económico de las estructuras empresariales familiares. A esto se suma la denuncia del empresario Leonardo Cositorto, fundador de la firma Generación Zoe, condenado por asociación ilícita y estafas reiteradas. Cositorto declaró públicamente haber aportado 32.500 dólares a la campaña de Santilli en 2021, un aporte que, de confirmarse, colocaría al dirigente en una situación incómoda frente a la opinión pública. Aunque Santilli negó cualquier vínculo con Cositorto, el dato generó ruido dentro del propio espacio opositor. La controversia toma especial relevancia porque el propio Santilli es uno de los principales impulsores de la Ley “Ficha Limpia”, iniciativa que busca impedir el acceso a cargos públicos de personas con condenas por corrupción. Para muchos analistas, las revelaciones sobre sus posibles vínculos con sociedades offshore y financistas cuestionados golpean directamente la coherencia de su discurso ético. Hasta el momento, no existen causas judiciales con sentencia firme que involucren directamente al dirigente en delitos de lavado o evasión. Sin embargo, las denuncias periodísticas y los documentos empresariales en el exterior reavivan sospechas sobre su verdadera relación con las estructuras financieras de su entorno familiar. En un escenario político donde la transparencia se volvió una bandera discursiva, las inconsistencias entre el discurso y la práctica pesan más que nunca. Las sociedades offshore, los aportes irregulares y las dudas sobre el origen de algunos fondos de campaña tiñen de sospecha a un dirigente que hizo de la palabra “ética” su carta de presentación. Si algo caracteriza a la política argentina es la distancia entre lo que se dice y lo que se hace. Santilli edificó su figura pública sobre la idea de “honestidad y gestión eficiente”, pero hoy las sombras de las offshore y los aportes turbios le devuelven un espejo incómodo. No hay transparencia posible cuando los nombres, los papeles y los domicilios fiscales conducen al mismo destino: el del doble discurso. Periodista de investigación Post Views: 13
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