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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 25/10/2025 04:52
El sistema de precios solo tiene sentido como mecanismo eficiente de asignación de recursos si funciona en tiempo real (Foto: Reuters) Las frases “comprar con la noticia y vender con el rumor” y “toma de ganancias” simplifican movimientos del mercado que, en realidad, responden a factores más complejos. Hay dos conceptos clave para entender la dinámica que hoy muestran los mercados: Los precios pueden subir o bajar bruscamente ante fenómenos extraordinarios, ya sean positivos o negativos. Sin embargo, cuando se observan bajas abruptas seguidas de alzas contundentes, una y otra vez, esto suele ser signo de una intervención estatal artificial y de políticas oficiales imprevistas y desordenadas. Opera en tiempo real. La “batalla cultural” promovida por la administración de Escuela Austríaca de Economía a negar este principio fundamental. Si aceptaran que el sistema de precios refleja el presente de la economía, deberían atribuir la recesión actual y la anunciada no al gobierno anterior, sino al actual. . La “batalla cultural” promovida por la administración de Javier Milei ha llevado a muchos autodenominados seguidores de lade Economía a negar este principio fundamental. Si aceptaran que el sistema de precios refleja el presente de la economía, deberían atribuir la recesión actual y la anunciada no al gobierno anterior, sino al actual. El sistema de precios solo tiene sentido como mecanismo eficiente de asignación de recursos si funciona en tiempo real; de otro modo, mostraría datos caducos. Puede existir un leve retraso en la remarcación de algunos precios específicos, pero eso responde a otros factores y nunca equivale a inflación, sino en todo caso a subas puntuales del IPC. Entre las intervenciones estatales recientes, la rebaja temporal de las retenciones a 0% resultó especialmente llamativa. No es habitual que un Estado suprima y luego restablezca el mismo impuesto en cuestión de días. Esta movida buscaba, de manera urgente, atraer divisas, dado el esquema forzado de liquidación barata de exportaciones -y, por lo tanto, una sobredemanda- que aplica el gobierno. El índice de riesgo país se refiere únicamente al riesgo de default de la deuda estatal, no al riesgo real del sector privado, que es el que genuinamente produce Como muestran los datos de Invecq, el efecto de la rebaja de retenciones fue adelantar las liquidaciones de divisas del presente perjudicando las futuras. El Tesoro recaudó menos dólares de lo esperado y, a pesar de endurecer el “cepo” para personas, debió salir a vender más reservas al poco tiempo. El objetivo oficial era acumular moneda extranjera para afrontar los vencimientos próximos y, así, reducir la presión cambiaria y el “riesgo país”. El efecto de la rebaja de retenciones fue adelantar las liquidaciones de divisas del presente perjudicando las futuras A ello siguieron mensajes oficiales en X y reuniones bilaterales con Estados Unidos, impulsando una recuperación de los bonos soberanos. Sin embargo, persistieron dudas sobre la aplicación real de los acuerdos y si el apoyo internacional se mantendría si el resultado electoral resultara adverso para el oficialismo. Esto aumentó la ansiedad de los operadores financieros, que esperaban señales concretas de respaldo. El frecuente malentendido con el llamado “riesgo país”, un indicador que el Gobierno suele destacar ligando su baja también al sector privado, merece aclararse. En realidad, este índice se refiere únicamente al riesgo de default de la deuda estatal, no al riesgo real del sector privado, que es el que genuinamente produce. Estado y sector privado, en términos económicos, funcionan en sentidos opuestos Estado y sector privado, en términos económicos, funcionan en sentidos opuestos: el primero crece a costa de los recursos que extrae del segundo. Por eso, preguntarse si es positivo que baje el “riesgo país” implica analizar su causa. Si baja porque el Estado adquiere mayor poder a través de impuestos y controles, debilitando al privado, el resultado es negativo. La desaceleración del riesgo Estado solo es benéfica cuando ocurre por una genuina reducción y eficiencia del aparato estatal. ¿Por qué acciones y bonos suben ante la baja del índice de “riesgo país”? Porque este indicador favorece una mejora inmediata en los bonos del Estado, contagiando al resto de los activos primero por arrastre y segundo por la especulación sobre una posible mejora de las condiciones de mercado. Se celebra, entonces, la supuesta reducción del riesgo, aunque en el contexto actual -cuando la baja obedece a controles y presión fiscal y no a mejoras estructurales-, la celebración dura poco: los inversores pronto comprueban que el Estado solo traslada el costo al sector privado, afectando aún más al mercado. Asistencia del FMI Otro punto a considerar es el papel de la asistencia del FMI y de otros Estados, como el reciente salvataje del Tesoro de Estados Unidos. Una ayuda de este tipo indica que el Estado argentino ha perdido credibilidad ante el mercado y solo puede recurrir a organismos estatales internacionales para financiarse. Lejos de ser buena noticia, estas intervenciones solo refuerzan la dependencia y no promueven reformas estructurales, ya que provienen de la convicción (y experiencia) de que el Estado local continuará siendo ineficiente. Suponer que esta vez la ayuda resolverá los problemas y orientará la economía hacia un modelo más libre es tan irreal como creer que un adicto saldrá de la depresión recibiendo una dosis extra de la misma sustancia (Foto: Reuters) Suponer que esta vez la ayuda resolverá los problemas y orientará la economía hacia un modelo más libre es tan irreal como creer que un adicto saldrá de la depresión recibiendo una dosis extra de la misma sustancia. Con el fortalecimiento transitorio del Estado tras este tipo de auxilios, suben los bonos soberanos y el mercado privado se beneficia apenas por inercia o especulación temporal. Sin embargo, apenas el mercado advierte que el Estado continúa con su esquema de presión sobre el sector privado, los activos rápidamente registran nuevas caídas. El ejemplo del swap anunciado y firmado con el Tesoro de Estados Unidos es elocuente y revela el agotamiento del modelo vigente: pese a la confirmación del acuerdo, los mercados bajaron y el peso se depreció -es decir, subió el dólar-, demostrando que esta ayuda es percibida como un “salvavidas de plomo”. Estos salvatajes, lejos de corregir los problemas de fondo, sólo inyectan recursos en un sistema desbordado. La pregunta central es cuánto durará el envión económico con este nuevo “cargamento” de liquidez si el “tanque” sigue perdiendo por el mismo agujero y no se adapta la política económica hacia una mayor libertad y racionalidad de mercado. Por lo general, los organismos internacionales que otorgan estos auxilios prevén la continuidad de la ineficiencia estatal argentina y, por ello, condicionan sus préstamos a aumentos de impuestos, sin considerar el daño que esto provoca sobre el sector privado, el verdadero motor del crecimiento. El autor es Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California
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