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Parana » Uno
Fecha: 20/10/2025 17:14
Esto domingo, en el Día de la Madre, la presidenta de Independiente de Villa del Rosario combinó su rol de mamá y directiva en la entidad que preside. Este domingo, en el Día de la Madre , los focos de Independiente de Villa del Rosario se centran en María Inés Goicochea, presidenta del club y madre de Mauricio Miño, jugador de la Primera División, y Alejo Miño, que se desempeña en la Cuarta División. En un fin de semana en que la familia se mezcla con la pasión del fútbol, María Inés encarna un doble rol: el de mamá y dirigente, equilibrando emociones y responsabilidades en un espacio donde cada gol, cada práctica y cada abrazo importan. Desde la organización de viajes y entrenamientos hasta la supervisión de todas las categorías, ella mantiene vivo el espíritu del club, generando un ambiente de respeto, compromiso y crecimiento tanto dentro como fuera de la cancha. Con un plantel que se prepara para los cruces finales de la Liga de Chajarí y con la alegría de haber levantado la Copa Entre Ríos, hoy se celebra más que el deporte: se celebra la entrega, la pasión familiar y la presencia de una mujer que, en un ámbito históricamente dominado por hombres, demuestra que la dedicación y el amor por el club se viven en todos los rincones, desde el jugador más joven hasta el primer equipo. La historia de María Inés, sus hijos Mauricio y Alejo y su esposo, Antonio Tono Miño, refleja la intensidad de un club que se vive en familia, donde los valores del fútbol se combinan con el cuidado, la guía y el acompañamiento de quienes hacen posible que cada domingo sea una celebración. En esta nota con UNO, los testimonios de Maria Inés, Mauricio y Tono muestran cómo se vive el fútbol desde el vínculo familiar, y cómo, en el Día de la Madre, Independiente celebra el corazón del club: la mamá que lo acompaña todo el año. “Ser mamá me influye mucho más que ser presidenta”, dice con ternura y firmeza. “En este momento tengo un hijo en Primera y otro en Cuarta, y muchas veces tengo que aprender a separar los roles. Una mamá grita, se emociona, sufre… pero una presidenta tiene que mantener la calma y pensar en todos. Uno lo aprende, se adapta, pero es difícil”. Lo dice con una sonrisa, recordando aquel día en que el fútbol les regaló una postal imborrable: “Fue maravilloso lo que nos tocó vivir como finalistas de la Copa Entre Ríos. Tener que abrazar a mi marido, que es el técnico, y a mi hijo, jugador, y salir campeones los tres fue algo inexplicable. En mi familia vivimos todo con pasión. Estamos siempre en el club, siempre presentes”. La pasión atraviesa cada rincón de su casa. “Con mi marido vivimos hablando de fútbol. Él se ocupa de lo que pasa dentro de la cancha, y yo, de lo que pasa afuera: la organización, los viajes, las necesidades de los chicos. Tratamos de mantener una línea y de trabajar ordenadamente”, cuenta. Ese equilibrio, dice, es clave para que el grupo esté fuerte y el club bien parado. “Tenemos pocos expulsados, pocos sancionados. Eso habla del compromiso, de la conducta y del respeto. Queremos que Independiente sea un club bien visto en todos los aspectos”. María Inés forma parte de una generación de mujeres que están cambiando la historia dentro del fútbol entrerriano. “Se nota cuando hay una mujer al frente”, dice con orgullo. “Nosotras estamos más atentas a los detalles: la presentación del estadio, la ropa de los chicos, el botiquín… Somos mamás, sabemos lo que puede hacer falta. Donde hay mujeres dirigiendo, hay otra mirada, más humana y más sensible”. Madre y dirigente: la pasión de María Inés Goicochea en Villa del Rosario Villa del rosario mamá dirigente 2 Madre y dirigente: la pasión de María Inés Goicochea en Villa del Rosario. "Mamá es la mejor de todas" Mauricio Miño, hijo de María Inés, cuenta lo que significa convivir con su madre en el mismo espacio donde se mezclan la pasión y el trabajo. “Al principio no me gustaba tanto, yo no quería que se meta ahí”, reconoce entre risas. “Pero ya me acostumbré. Ahora, después de la Copa, se hizo todo más lindo. Ella está todos los días en el club, ayudando. Si a ella le gusta, qué le voy a decir, más vale.” Tiene 21 años y habla con la tranquilidad de quien creció entre camisetas, tardes de entrenamiento y viajes con amigos. “Para mí es la mejor, la persona que más amo”, dice, cuando se le pregunta por su mamá, antes de dejar un mensaje por el Día de la Madre: “Que disfrute y que la tengamos toda la vida.” Mauricio creció viendo cómo su mamá se metía de lleno en cada detalle del club. Primero desde afuera, acompañando a los chicos, organizando rifas, limpiando vestuarios o preparando meriendas. Después, ya desde el rol dirigencial, asumiendo la responsabilidad de conducir a una institución que en los últimos años volvió a ser protagonista en la región. “Ella siempre estuvo, no importa si hacía calor o frío, si ganábamos o perdíamos. A veces llegaba del trabajo y se iba directo al club. Y eso a uno lo marca, te das cuenta de que lo hace por amor, porque le sale del corazón.” Villa del rosario mamá dirigente 3 Madre y dirigente: la pasión de María Inés Goicochea en Villa del Rosario. El vínculo entre ambos trasciende lo deportivo. “De fútbol hablamos poco, más que nada me pregunta cómo me fue, si jugué bien o no, pero no se mete. Lo que me enseña son otras cosas: respeto, humildad, disfrutar, ser agradecido. Esos valores los tengo por ella, y los llevo a todos lados, adentro y afuera de la cancha.” “Ojalá que este fin de semana pueda hacer un gol y regalárselo a mi mamá. Aunque ella no me regale nada, dice que ya con verme jugar está contenta. Pero bueno, un golcito siempre suma”, cerró Mauricio. Pasión por el fútbol Antonio Tono Miño recuerda que su historia con María Inés siempre estuvo ligada al fútbol. “Desde que nos pusimos de novios ella ya iba a la cancha. Yo tenía 18 años y ella estaba ahí, acompañando. Siempre fue futbolera”, cuenta. Con el paso del tiempo, ese amor por la redonda se transformó en compromiso. “Estuvo en todas las comisiones, en todas las subcomisiones. Siempre ayudando, organizando, a la par de todos.” El salto a la presidencia fue casi natural. “Un día hubo una asamblea y nadie se presentaba. Ella tenía ganas, tenía ideas, y se animó. En ese momento, el ambiente era muy machista, te miraban de reojo. Pero igual decidió meterse. Y lo que logró es increíble. Si lo pensás, hubo momentos difíciles, otros muy buenos, pero lo importante es que nunca bajó los brazos. Siempre fue para adelante, empuja mucho, es creativa, insiste hasta que las cosas salen.” Tono la conoce desde el costado más íntimo, el de las madrugadas en el club y las tardes de fútbol infantil. “Yo hace más de 30 años que estoy en Independiente y no vi a otro presidente como ella. Conoce a todos los chicos, desde el que tiene 4 años hasta el jugador de Primera. Si jugamos de visitante, a la una de la tarde ya está en la cancha, se queda hasta la noche con el infanto y al otro día vuelve con la chupetín y la Primera. Eso no lo hace cualquiera. Está en todos los detalles, si un chico se golpea, si hay que llevarlo al médico. Esas cosas son muy valorables.” Al cerrar, la describió con admiración, pero también con respeto. “Tiene una capacidad enorme para resolver. Se encarga de los seguros, de las lesiones, de la parte económica, de conseguir sponsors, de ir a golpear puertas. A veces le cierran una, y ella va a otra. Es persistente. Y además sabe de fútbol, te tira una opinión y te das cuenta que entiende. Se planta en la liga, entre hombres, y no le tiembla la voz. Eso es admirable.”
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