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» El litoral Corrientes
Fecha: 05/10/2025 12:20
Los expertos habitualmente describen el momento previo a cualquier votación como una suerte de microclima muy singular, uno en el que las pasiones se escalan hasta límites inexplicables y todo funciona de una manera tan vertiginosa como difusa. Los núcleos duros, es decir aquellos votantes que están plenamente convencidos de su postura partidaria no dudan un instante. Son casi fanáticos, y por lo tanto tienen una visceral adhesión a sus líderes y al mismo tiempo un profundo desprecio por sus adversarios. Las vacilaciones aparecen en ese sector, muy relevante por cierto tanto en lo que hace a su volumen numérico absoluto como a su peso específico relativo ya que pueden inclinar la balanza en la dirección que fuera y otorgan mayorías cuando las circunstancias lo ameritan. Son mucho más independientes ideológicamente, y por lo tanto más volátiles y fugaces para la toma de decisiones. No tienen un apego ciego a nada y mucho menos están dispuestos a firmar cheques en blanco a los dirigentes de cualquier color. Evalúan la coyuntura y sus determinaciones están atadas de ese modo a las sensaciones del instante en el que deben seleccionar sus alternativas. Saben de su trascendencia, son conscientes que el presente y el futuro está en sus manos y lo hacen valer como corresponde. "Omiten intencionalmente su horrible recorrido, su inadmisible pasado y sus patéticos antecedentes tanto políticos como de gestión. Cuando gobernaron no sólo hicieron mucho daño, sino que jamás plantearon una autocrítica ni ensayaron explicaciones sensatas." Es por eso que los distorsionadores profesionales construyen una realidad paralela para lograr desviar la atención de lo importante y llevar dócilmente a los más cándidos hacia un horizonte binario en el que todo finalmente caiga naturalmente por su propio peso. Para conseguirlo falsifican cada dato disponible presentándolos con sesgos fácilmente detectables, mienten sin pudor alguno a sus interlocutores de turno y lo hacen completamente a conciencia sin ruborizarse. Omiten intencionalmente su horrible recorrido, su inadmisible pasado y sus patéticos antecedentes tanto políticos como de gestión. Cuando gobernaron no sólo hicieron mucho daño, sino que jamás plantearon una autocrítica ni ensayaron explicaciones sensatas. Su talento es meramente electoral, ese es su lugar en el mundo, su hábitat óptimo. Han nacido para conseguir triunfos en los comicios. No saben gobernar ni pueden exhibir un solo indicador exitoso en sus incontables décadas de oficialismo eterno. Su mayor especialidad consiste en diseñar narrativas que los ayuden a sumar votos. han desarrollado muchas herramientas eficaces para transformar hechos falsos en cuestiones aparentemente irrefutables. Uno de sus mayores logros es persistir en la idea de que cuando ellos conducían el país la gente era feliz y progresaba. Las cifras dicen otra cosa totalmente opuesta. Pobreza récord, inflación incontrolable, corrupción por doquier y familias completas sin poder prosperar, sin acceso al crédito ni casa propia, sin automóvil ni vacaciones, y sobre todo sin esperanza. Nada de lo que afirman es compatible con lo que sucedió. Por eso es tan difícil entender cómo todavía hay gente que frente a los tropiezos actuales puede considerar retornar al pasado nefasto del que se salió con convicción no solo por sus yerros, sino por su inviabilidad manifiesta, por su fracaso estrepitoso y más aún, por su inmoralidad inaceptable. "Su talento es meramente electoral, ese es su lugar en el mundo, su hábitat óptimo. Han nacido para conseguir triunfos en los comicios. No saben gobernar ni pueden exhibir un solo indicador exitoso en sus incontables décadas de oficialismo eterno." Los errores siempre hay que marcarlos. Es saludable ser exigentes con quienes gobiernan, demandarles que sean mejores, ejemplares, intachables. Eso no debería estar en tela de juicio ni ahora, ni antes, ni después. Pero es clave no confundirse tan mansamente. Es obvio que durante cualquier acción gubernamental se tienen dilemas y no siempre se acierta con la mejor variante, como también ocurre en la vida misma. Que los que ahora tienen responsabilidades cometan desaciertos no los hace idénticos bajo ningún punto de vista por múltiples razones. La primera es porque ahora hay evidencias empíricas que contrastan y mucho con los antecesores. La nómina sería extensa pero quizás sirva citar los elementos más contundentes, como el abrupto descenso de la inflación y la pobreza, la disminución de la inseguridad y el elocuente crecimiento económico, solo a modo de ejemplificar lo más significativo. "En todo caso, lo pertinente sería incrementar la exigencia a los gobernantes de ahora, aumentar las críticas en aquello que son sus falencias y pedirles que corrijan lo que deban para brindar mejores desempeños a los habitantes de este bendito suelo." Una arista no menor, es que las expectativas en 2023 ponían en el centro de la escena a la inflación y a la inseguridad, y ambas temáticas han sido abordadas con incuestionables resultados que ni los más opositores se animan siquiera a bajarle el impacto cotidiano. A no dejarse estafar y mucho menos a convertirse en compradores compulsivos de relatos prestados. Por más que intenten deformar lo que está pasando, subirles el precio a los errores no forzados y quitarles jerarquía a los avances, sería un despropósito que la conclusión de las controversias de hoy, lleven a optar por quienes han sido un desastre sin atenuantes cuando han tenido que mostrar sus habilidades. En todo caso, lo pertinente sería incrementar la exigencia a los gobernantes de ahora, aumentar las críticas en aquello que son sus falencias y pedirles que corrijan lo que deban para brindar mejores desempeños a los habitantes de este bendito suelo.
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