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» Diario Cordoba
Fecha: 14/09/2025 12:21
-¿Qué le ha llevado hasta Nepal?. -He ido a una escuela de cuidados especiales, pero he ido a formar a fisioterapeutas. Allí no existe la formación de fisioterapeuta como tal y la persona encargada de la rehabilitación se está formando gracias a los voluntarios que estamos yendo. Es lo que me gustó del proyecto, no es únicamente estar allí y realizar la intervención con los niños, se trata de dejar algo de aprendizaje allí para que lo sigan teniendo y aplicando durante el resto del año. -¿Ha ido bajo un programa de voluntariado? -Sí, conocí el proyecto a través de una asociación que se llama Fisios Mundi, que colabora con la fundación que trabaja en Nepal, pero también van otro tipo de profesionales. Me interesó el proyecto, hice la entrevista y finalmente me escogieron. Ya tenía las vacaciones planificadas, pero tuve claro que era una oportunidad y aproveché mis vacaciones para pasar ese mes en Nepal. -¿Cómo desarrollaba allí su trabajo? -Yo hacía intervenciones con los niños a la vez que hacía la formación. Los niños iban a la escuela de nueve a tres y ahí hacíamos las intervenciones con los fisioterapeutas locales. Después, cuando ya se iban los niños, hacía las formaciones relacionadas con la fisioterapia respiratoria, principios de autismo y más cuestiones para que supieran lo que les pasa a esos niños y cómo se puede actuar o enfocar la mejor manera de actuar para hacer la rehabilitación. Eso lo hacía tanto con la fisio como con el resto de profesiones de la escuela. También hice un curso de primeros auxilios, una formación. Tratamos a muchos niños que necesitan asistencia a nivel conductual, niños con síndrome de Down, TDAH, es verdad que donde he estado no había muchos a nivel motórico. Son niños que a nivel relacional tienen déficits y, por ejemplo, en las sesiones tienes que anticipar las cosas. Es verdad que a nivel de fisioterapia no es a lo que estamos acostumbrados o lo que vemos. -¿Qué le lleva a especializarse en el trabajo con niños? -No era mi intención, pero cursé una asignatura de fisioterapia pediátrica. Hice las prácticas en el Niños Jesús, un hospital universitario de niños, y me gustó mucho la experiencia. -Hay países donde la discapacidad está todavía mal vista. ¿Ocurre lo mismo en Nepal o en la zona donde ha estado trabajando este verano? -Esa es la razón por la que se puso en funcionamiento la asociación con la que he estado trabajando. Porque tener una discapacidad sigue estando mal visto y los niños que están en estas circunstancias o están en la calle pidiendo o encerrados en sus casas, es una cuestión cultural. -Supongo que la asociación también trabaja con las familias en ese sentido. -Sí, al final es que es la base, porque por mucho que hagamos, si la familia no tiene la misma mentalidad el niño va a dejar de ir al colegio y no va a poder hacer la rehabilitación. -¿Le ha supuesto mucho choque hacer el mismo trabajo en Madrid que en Katmandú? -Creo que el servicio que das es muy diferente, por ejemplo, a nivel de material. Allí había mucho material que estaba hecho por ellos; aquí, en cambio, se monta una clínica con mucho dinero para tener lo último, pero se puede hacer rehabilitación con mucho menos. Luego, como es lógico, también encuentras que la gente está muy capacitada para poder realizar el trabajo allí. Piensas que a lo mejor no van a poder hacerlo y no es así. La chica que lleva la asociación es una auténtica crack, es de Nepal, es más, todas las personas que formamos son de allí, del país, y la gran mayoría de ellas son, además, mujeres. -¿Es una experiencia para repetir? -Sí, además te vuelves cuando consigues adaptarte de verdad. Tengo la intención de volver, no sé si a Nepal, pero sí a otros sitios donde se haga algo similar. Es una cosa como que engancha porque crees que vas para ayudar, pero al final eres tú el que aprende y te llevas muchas cosas tanto a nivel profesional como personal, por supuesto. Merece la pena emplear el mes de vacaciones así porque ves las cosas de forma diferente. Suscríbete para seguir leyendo
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