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» Comercio y Justicia
Fecha: 14/09/2025 04:18
El aeropuerto de Ezeiza, principal puerta de entrada para las importaciones en Argentina, atraviesa una crisis sin precedentes. La combinación de un nuevo sistema informático defectuoso y un aumento explosivo en la demanda de importaciones ha generado un cuello de botella logístico que afecta a empresas y consumidores. El resultado: demoras masivas en la liberación de cargas, con mercadería “sensible” que lleva semanas sin poder ser distribuida. La situación ha derivado en la realización de emergencia entre cámaras del sector y autoridades de la Aduana. El problema se originó entre el 22 y 23 de agosto, cuando se implementó un nuevo sistema tecnológico que, según Germán Raña, presidente de la Asociación Argentina de Agentes de Carga Internacional (AAACI), “no funcionó como se esperaba”. La falla tecnológica coincidió con un fin de semana largo, lo que agravó el retraso. La visión de las partes: fallas, crítica y cooperación Desde Aeropuertos Argentina Cargas (TCA), se atribuye la situación a una “explosión de importaciones” impulsada por la reciente apertura comercial y a la transición a un nuevo sistema, diseñada para mejorar la trazabilidad. Sin embargo, los despachantes de aduana critican la forma en que se manejó el cambio tecnológico: se “bajó la llave del sistema viejo” para pasar directamente al nuevo, sin un período de convivencia para asegurar su funcionamiento. Las consecuencias son graves y variadas. Un profesional del sector alertó sobre demoras en cargas de alto valor, mencionando el caso de 150 implantes cocleares para operaciones programadas que quedaron varados. Cada día de retraso eleva los costos de almacenaje, pone en riesgo la competitividad del comercio exterior y podría generar faltantes de productos en el mercado local. A pesar del caos, todas las partes coinciden en destacar la voluntad de los organismos para solucionar la crisis y se estima que la situación podría regularizarse en las próximas dos semanas.
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