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  • Un gobierno de mareados

    » Elterritorio

    Fecha: 14/09/2025 06:22

    La elección bonaerense le dio un duro golpe a Javier Milei y su equipo. Los casi 15 puntos de diferencia que le sacó la lista de Axel Kicillof no se los esperaba nadie. En La Libertad Avanza no saben cómo reaccionar y de momento sólo están dando manotazos al aire. Mientras tanto, los gobernadores aprovecharon el momento para salir a decirle públicamente a Milei que ya no cuente con ellos para acompañamiento a ciegas. domingo 14 de septiembre de 2025 | 3:30hs. Imagen ilustrativa (Latree). El gobierno nacional sufrió un duro revés la semana pasada en las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires. Una elección en la que Milei pasó en menos de dos meses de prometer arrasar a sufrir una derrota por casi 15 puntos de diferencia, tras haber pasado por la promesa de un empate técnico en los días previos. El golpe fue tan duro que en la Casa Rosada todavía están mareados y no encuentran el camino para salir de este enredo. Ninguna elección local generó tanto alboroto y desconcierto en el gobierno nacional como la bonaerense. Uno podría decir que es lógico, puesto que su electorado representa algo más del 37% del total del padrón nacional. Pero no fue por eso, fue por la torpeza política de Javier Milei y su equipo que esto pegó así de fuerte. Es que cometieron el gravísimo error de nacionalizar una elección para la que manejaban números errados. Atolondrados, demasiado ansiosos por poner “el último clavo en el cajón del kirchnerismo”, se dieron un martillazo en el dedo. En ese contexto la economía les pegó a todos un buen sacudón desde meses previos que se estancó y viene en caída hasta la semana siguiente poselectoral. En el mundo financiero, evidentemente, manejaban números más claros que en la Casa Rosada. El gobierno ahora debe mirar, y de hecho lo está haciendo, a octubre. El problema es que a simple vista parece ser que está mirando, otra vez, con los anteojos equivocados. Y el mareo se profundiza. El presidente Javier Milei anunció, apenas terminó de conocerse el escrutinio de las elecciones bonaerense, que iban a realizar una fuerte autocrítica. Pero lo hizo aclarando que el plan económico no se toca. Milei sigue pensando, o alguien le hace creer, que perdió la elección por errores políticos y no porque su plan de ajuste ya no tiene margen de tolerancia ante una sociedad que ya hizo todo el esfuerzo que estaba dispuesta a hacer. En ese contexto, la imagen del presidente y de su gestión se sigue desplomando porque la baja de la inflación ya no es algo que se festeje más allá de la Plaza de Mayo, y es que hoy la preocupación de los argentinos está centrada en llegar a fin de mes y en no perder sus puestos de trabajo. Esas preocupaciones desatendidas por el gobierno nacional, sumadas al escándalo de las denuncias supuestas coimas y a la crueldad con la que el gobierno recorta posibilidades de ingresos a jubilados, discapacitados o al Garrahan, van limando la imagen de gestión de Milei, que según las principales consultoras atraviesa su peor momento y lleva ya cuatro meses de negatividad en crecimiento. Shilva Shilker, Mario Riorda y Gustavo Córdoba daban cuenta en sus últimas mediciones que el antimileismo se había convertido en mayoría en el país. Que la caída en a la imagen del gobierno y del presidente estaba consolidada. El malestar era un aliciente para ir a votar en contra de Milei. Explicamos mal Mareados como están, desde el gobierno se ensayaron esta semana varias explicaciones para el resultado bonaerense, pensando en que se puede proyectar más allá de esa provincia. Todas rozando el ridículo. Primero dijeron que el problema era sólo político y anunciaron unas mesas de trabajo que la integran la misma gente que integran las mesas de trabajo del gobierno desde que Milei llegó a la Casa Rosada. Cambiar para que nada cambie. Promediando la semana, y notando que el primer intento no prendió, salieron a decir que la gente no había entendido bien el mensaje del gobierno porque no se habían explicado bien los tiempos que llevan los cambios para que nos transformemos en Irlanda, Alemania o en algún otro país del primer mundo. Entonces Patricia Bullrich ensayó en público otra de sus ‘explicaciones meme’, como aquella del 2023 del programa con el hombre en el centro del hombre. Dijo que el gobierno debía salir a militar para elección con explicaciones llevadas “casa por casa” para que la gente entienda que llegar a fin de mes seguirá siendo difícil por un tiempo más y que el problema no son las medidas del gobierno sino “el cortoplacismo” de pensamiento de la gente. No la ven. El gobierno sigue sin entender, o sin querer ver, que el problema es la economía de bolsillo. Al común de la gente, en estos días, no le importa la inflación, la recesión o el atraso cambiario. No mira ni índices ni variables. No está pendiente de los bonos, el riesgo país o el dólar futuro. Tampoco le interesan las peleas de palacio, en donde se están dando con todo en la interna entre Santiago Caputo y sus seguidores contra Karina y los Menem. Lo que mira el ciudadano de a pie es la billetera (de cuero, tela o virtual) o su caja de ahorro, y si al cerrar el mes todavía tiene algo como para pasar una buena semana, entonces la cosa está bien. Se siente bien. Pero si después del 20 (o antes) ya no hay nada, la angustia invade. Las elecciones de octubre son el último fin de semana del mes. A billeteras vacías, el resultado puede ser catastrófico para la Casa Rosada. Los gobernadores En ese contexto, la mayoría de los gobernadores aprovecharon para salir a dejar en claro que ya no están dispuestos a un diálogo incondicional con un gobierno nacional que les mintió más veces de las que les cumplió promesas. Desde el amigable Gustavo Valdés hasta el archienemigo Gildo Insfrán salieron a decirle a Milei que el resultado de Buenos Aires le exigía cambios profundos. No lo entendieron. La Casa Rosada aceleró en a la curva con cubiertas desgastadas, vetó las leyes de Emergencia de la Universidad Pública, de Emergencia Pediátrica (Garrahan) y, la más importante para los gobernadores, la del reparto automático de los Adelantos del Tesoro Nacional (ATN). Pero a cambio creó el Ministerio del Interior, que estará a cargo de Lisandro Catalán, que era el secretario del Interior, y convocó al diálogo a los únicos tres gobernadores con los que tiene un acuerdo electoral, Leandro Zdero, Alfredo Cornejo y Rogelio Frigerio. ¿De que hablaron? De nada, sólo de la predisposición del gobierno nacional a dialogar. A los mandatarios provinciales ya no les importa el diálogo, lo que quieren son soluciones. “Más federalismo”, reclamó el misionero Hugo Passalacqua en sus redes apenas conocido el resultado de Buenos Aires. El gobierno de mareados no acusó recibo. Un pedido similar al que hicieron desde Córdoba los gobernadores de Provincias Unidas, que se reunieron sobre el cierre de la semana para enviar un claro mensaje de oposición al gobierno nacional. Que lo hayan hecho en Córdoba no es casual, La Docta era hasta hace algunas semanas la provincia en la que la ciudadanía mostraba más apoyo para Javier Milei en las encuestas, pero esa tendencia comenzó a cambiar. Un resultado negativo de Milei en las elecciones de octubre en ese distrito sería un golpe aún más duro que el de Buenos Aires. Gestión, gestión y más gestión Mientras tanto, en la tierra colorada la campaña para la elección de octubre está mostrando estrategias diferentes. Por el lado del Frente Renovador, está claro que la gestión, actual y anterior, son los ejes de la campaña. El candidato principal, Oscar Herrera Ahuad, y el gobernador Hugo Passalacqua trabajan en tándem, no sólo para anuncios y actos de gobierno, sino también en lo discursivo. Resaltar el apoyo del gobierno de Misiones a los sectores más golpeados por los ajustes de la Casa Rosada es el tema principal de la campaña, los contrastes son claros entre ambos modelos. El período proselitista se desarrolla sin perderle atención a la cotidianeidad y a los temas importantes de gestión. Incluso aquellos que los debería haber abordado el gobierno nacional, pero que decidió correrse totalmente por su plan de ajuste y abandono. Así, esta semana el gobernador recorrió obras viales en Santa Ana, donde Vialidad Provincial se está haciendo cargo de mejoras viales en torno a la traza de la ruta nacional 12. Además, el gobernador junto al presidente de la Cámara reunió a intendentes de los 79 municipios para entregar ayuda económica y financiera para el sostenimiento de los servicios que se deben brindar en la comuna. Comunas que ven sus arcas golpeadas por una estrepitosa caída de recaudación producto de la recesión económica en la que la Casa Rosada sumergió a todos los argentinos. En la vereda opositora En la oposición hay estrategias diferentes. Por el lado de La Libertad Avanza se mantienen “callados” públicamente sobre las distintas situaciones que involucran al gobierno nacional, tanto en lo económico como en lo judicial. Evitan los recorridos por la provincia y se limitan a subir videitos a redes sociales o visitar alguna que otra empresa, siempre que tenga como titular a algún allegado al espacio político o defensor de las ideas del gobierno nacional. Debatir ideas o posturas no parece ser parte de su estrategia de cara a octubre. Por el lado del Frente Agrario y Social, la estrategia es clara, Héctor “Cacho” Bárbaro tomó la posta y salió en busca del voto del productor agrario, al que le habla desde las redes sociales y en encuentros cara a cara. No pierde oportunidad para reclamarles a los libertarios por medidas para el sector y enrostrarles a los radicales y renovadores su pasado cercano como allegados a las ideas de la libertad. El radicalismo intenta construir un discurso de centro, pero le está costando. Con Gustavo González a la cabeza ensaya críticas a la Casa Rosada y al gobierno provincial por igual, pero con pocas propuestas para generar cambios reales para la sociedad misionera. En el partido centenario, además, muchos se preguntan que es de la vida de los radicales peluca -Martín Arjol, Rodrigo de Arrechea, Pablo Argañaraz, Javier Mela y otros- que desde hace semanas no aparecen ni en redes sociales ni en persona por ningún lado. Las semanas que quedan por delante para la elección de octubre prometen ser intensas en lo político y en lo económico. Argentina es una montaña rusa de emociones económicas y políticas, pero en esta etapa tiene una particularidad que nunca antes había tenido, al trencito de carritos lo conduce un equipo de mareados que no está pudiendo poner el foco en las vías para evitar que todo se descarrile.

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