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» Misionesopina
Fecha: 23/08/2025 17:00
Los números no dejan lugar a dudas: en 2024, el Hospital de Pediatría Garrahan asistió a más de 5.000 chicos de Misiones. Hubo 4.512 consultas en consultorios externos, 348 internaciones, 810 atenciones en el Hospital de Día, además de 783 teleconsultas, 189 cirugías y 9 trasplantes. Detrás de cada una de esas cifras hay una familia misionera que encontró respuesta en un hospital público que es referencia nacional. Por eso resulta inaceptable que desde el Gobierno nacional se hable de “gasto” cuando se recorta en salud. El Garrahan no es una planilla de Excel: es la vida de miles de niños que llegan de todas las provincias, entre ellas Misiones, donde los recursos propios no alcanzarían para sostener semejante nivel de complejidad. La Renovación retrocedió sobre sus pasos y entendió esta realidad. Sus senadores, Carlos Arce y Sonia Rojas Decut, fueron aporte en el Senado para aprobar la emergencia pediátrica y garantizar que el Garrahan y otros hospitales puedan seguir funcionando. Es una postura política con nombre y apellido: defender lo que sirve a la gente, aun cuando el Gobierno central insista en aplicar la motosierra sin medir consecuencias. Del otro lado, los dirigentes libertarios misioneros como Goerling, Klipauka, Arjol y Bianchetti eligen mirar para otro lado. Prefieren alinearse con la insensibilidad presidencial antes que asumir la defensa de los gurises misioneros que cada año dependen del Garrahan. Su voto o su silencio los deja expuestos: en lugar de defender la vida, avalan un ajuste irracional y mentiroso. Los datos del hospital son el mejor argumento contra esa ceguera ideológica. No se trata de gasto ineficiente ni de adoctrinamiento: se trata de cirugías, trasplantes, diagnósticos tempranos y tratamientos que salvan vidas. Se trata de un sistema solidario que atiende a quienes no tienen otra opción. Misiones, además, fue pionera en integrarse al Programa Garrahan Federal, convencida de que la cooperación entre jurisdicciones es la única manera de garantizar equidad en el acceso a la salud. En definitiva, decir que el Garrahan atendió a más de 5.000 chicos misioneros en 2024 es mostrar un límite moral al ajuste. La Renovación lo entendió y se jugó en el Congreso para salvar su financiamiento. Los libertarios misioneros, en cambio, quedaron del lado de la insensibilidad mentirosa que pretende convertir un hospital de niños en un número rojo del presupuesto. Por REDACCIÓN MISIONES OPINA
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