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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 17/08/2025 18:45
"Las grandes bañistas" (1884-1887), de Renoir (Museo de Arte de Filadelfia) La reciente adquisición de un boceto al desnudo por apenas USD 12 en una subasta de Pensilvania ha reavivado el interés por una faceta poco explorada de Pierre-Auguste Renoir. La compradora, intrigada por la familiaridad de la figura retratada, consultó a un tasador y recibió una respuesta inesperada: “Felicidades”, le comunicaron, pues había adquirido un dibujo original de Renoir, cuyo valor podría alcanzar las seis cifras. Este hallazgo fortuito no solo ilustra la frecuencia con la que obras de grandes artistas resurgen de manera inadvertida, sino que también pone de manifiesto el escaso reconocimiento que han recibido los trabajos sobre papel del pintor francés, un aspecto que tanto coleccionistas como curadores han relegado durante décadas. La noticia cobra especial relevancia en el contexto de la exposición Renoir Drawings, que inaugurará el Morgan Museum and Library de Nueva York. Estudio para "Las Grandes Bañistas" (Biblioteca y Museo Morgan) La muestra, la primera dedicada exclusivamente a los dibujos de Renoir desde 1921, reunirá más de 100 obras entre dibujos, pasteles, acuarelas y grabados, abarcando la producción gráfica del artista a lo largo de los siglos XIX y XX. La escasa atención que han recibido estos trabajos se explica, en parte, por la abrumadora cantidad de pinturas que Renoir produjo a lo largo de su vida. Estimaciones conservadoras sitúan su producción pictórica en torno a 4.000 cuadros, que recorren desde sus incursiones impresionistas junto a Monet hasta etapas posteriores en las que exploró el clasicismo, la influencia de Rubens y Tiziano, el arte francés del siglo XVIII y experimentos personales de modernidad. Esta vastedad ha eclipsado la relevancia de sus obras sobre papel, aunque la exposición del Morgan parte de la premisa de que los dibujos permiten comprender mejor las distintas fases creativas del artista, salvo quizá la célebre década en la que Renoir pintó barcos y bañistas al aire libre sin realizar bocetos previos. "Bailarines" (1883), en el Museo de Orsay, y su estudio (Galería de Arte de la Universidad de Yale) Colin Bailey, director del Morgan y comisario de la exposición, subraya que, a diferencia de Degas o Cézanne, el uso del dibujo en Renoir fue episódico y solo recientemente se ha catalogado su corpus de obras sobre papel. Bailey estima que podrían existir hasta 1.000 dibujos, algunos aún sin localizar. Aunque Renoir innovó al volcar intuición y sentido directamente sobre el lienzo en sus primeros años, nunca dejó de considerar el dibujo como una base esencial, una convicción forjada durante su formación en la École des Beaux-Arts en la década de 1860. Esta valoración se refleja especialmente en su retorno al dibujo en los años finales de la década de 1870 y durante los 80. La organización de la exposición ha requerido préstamos de instituciones como el Museum of Fine Arts de Boston, el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, el Nelson-Atkins Museum of Art de Kansas City, el Albertina Museum de Viena y, de manera destacada, el Musée d’Orsay de París, que colabora activamente en el proyecto y acogerá la muestra entre marzo y julio de 2026. El recorrido temático abarca desde estudios académicos y bocetos de la vida moderna hasta retratos formales e informales. "El juicio de París" (1914), de Auguste Renoir y Richard Guino (Museo de Orsay) y su estudio (Colección Phillips) Uno de los ejes de la exposición consiste en reunir obras acabadas con sus dibujos preparatorios, como ocurre con dos piezas clave cedidas por el Musée d’Orsay: Baile en el campo (1883) y El juicio de Paris (1914). En la primera, Renoir se distancia del impresionismo hacia una mayor claridad formal, acompañado de estudios en los que explora detalles de fondo y la expresión de la bailarina. La segunda se vincula a los trabajos escultóricos que realizó junto a Richard Guino en el siglo XX, y los dibujos a la tiza muestran el proceso de composición de la escena clásica. Entre los puntos destacados figura la presentación de Las grandes bañistas (1884–87), procedente del Philadelphia Museum of Art, junto a siete dibujos preparatorios. Esta obra, que supuso un arduo esfuerzo para Renoir, representa su intento de integrar elementos escultóricos, la pintura francesa del siglo XVIII y un tratamiento moderno del agua y la vegetación. "Vista de un parque" (1885-1890) (Biblioteca y Museo Morgan) La crítica la recibió de forma negativa en su estreno y el artista nunca volvió a dedicar tanto tiempo a un solo cuadro. La llegada a Nueva York de esta pintura coincide con la adquisición, en 2018, de un gran dibujo preparatorio a la tiza roja y blanca, hecho que impulsó la organización de la exposición. Bailey ilustra la falta de reconocimiento de los dibujos de Renoir con una anécdota histórica: “En 1886, Berthe Morisot asistió a una visita privada de los dibujos de Renoir. Quedó profundamente impresionada y anotó en su diario que sería muy deseable que el público, que creía que los impresionistas trabajaban con la mayor despreocupación, pudiera ver tales dibujos”, recuerda Bailey en The Economist. El comisario considera que la exposición responde, en cierto modo, a esa observación de Morisot.
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