08/08/2025 07:18
08/08/2025 07:13
08/08/2025 07:13
08/08/2025 07:12
08/08/2025 07:12
08/08/2025 07:12
08/08/2025 07:11
08/08/2025 07:11
08/08/2025 07:06
08/08/2025 07:05
» Diario Cordoba
Fecha: 08/08/2025 02:13
La escoliosis es una alteración en la forma de la espalda. La columna vertebral se desvía lateralmente sin que se pueda establecer la causa exacta que provoca esta desviación. Según los datos que aporta la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente 3 de cada 100 personas (3% de la población) sufren algún tipo de escoliosis, y en entre 8 y 9 casos de cada 10 las afectadas son niñas y mujeres. “Esta curvatura, en la inmensa mayoría de los casos, se presenta en niños que no tienen ninguna patología previa. La causa es desconocida, de allí que se la denomine escoliosis idiopática”, explican desde la Sociedad Española de Columna Vertebral (GEER). Lo más habitual es que esta curvatura se inicie durante la adolescencia, coincidiendo con el pico de crecimiento. Y aunque se pueden dar casos en edades más tempranas (entre los 0 y los 9 años), en España se calcula que la escoliosis idiopática puede afectar a entre 70.000 y 105.000 adolescentes de entre 10 y 16 años (2- 3% de la población de esa edad). En definitiva, se trata como explica el doctor Luis Álvarez Galovich, presidente del GEER, de “una enfermedad relativamente frecuente, que afecta fundamentalmente a chicas entre los 12-14 años”. Por lo tanto, detectarla a tiempo es esencial para corregir la desviación y el verano es uno de los mejores momentos para darse cuenta de que la columna de los niños no está como debería. En España se calcula que la escoliosis idiopática puede afectar a entre 70.000 y 105.000 adolescentes. / BioMed Central Ltd. Wikimedia Commons. “Ahora en verano y con el bañador puesto en la playa o la piscina, a los niños se les ve mejor la espalda. Debemos observar y estar atentos. Ante la más mínima duda aconsejamos acudir a un especialista e, igualmente, visitar al pediatra de forma preventiva para poder detectar de forma precoz esta enfermedad. Porque su evolución dependerá mucho de cuándo se detecte. Hay que evitar la progresión de la curva hasta niveles donde sea necesaria una cirugía”, advierte el presidente del GEER. ¿Cómo se diagnostica? En el caso de que durante los días de playa o piscina se detecte alguna señal de desviación de la columna en el niño, se debe acudir a un especialista en traumatología. Serán ellos los que realizarán una sencilla prueba llamada test de Adams, que consiste en que el niño se incline hacia delante con los pies juntos, las rodillas rectas y los brazos descolgados. Si al hacerlo se aprecia cualquier tipo de desequilibrio en la caja torácica u otras deformaciones en la espalda podría tratarse de una escoliosis. Tras esta prueba y para confirmar el diagnóstico, se le realizará una radiografía de pie para determinar el ángulo de la espalda. La detección precoz y el inicio del tratamiento son fundamentales para evitar la progresión de la enfermedad y, con ello, evitar pasar por quirófano. Con el bañador puesto en la playa o la piscina, a los niños se les ve mejor la espalda. / BioMed Central Ltd. Wikimedia Commons. El corsé usado por la noche es más efectivo El tratamiento principal de esta anomalía de la columna vertebral consiste en el uso de un corsé ortopédico. El problema de estos aparatos son las repercusiones emocionales que tiene para los niños en una edad complicada como es la adolescencia. Para evitarlo, especialistas en columna vertebral han llevado a cabo un estudio con una muestra de 78 pacientes de Barcelona, para comprobar si usar el corsé solo durante la noche era tan efectivo como llevarlo durante todo el día. Pues bien, los resultados obtenidos demuestran que el cumplimiento de las horas de uso del corsé requeridas para que sea eficaz como tratamiento conservador y se evite la cirugía (8 horas para el corsé nocturno y 18 horas para el de día) era mayor en los pacientes que usaban el corsé de noche, probablemente por los factores psicosociales asociados, que hacen que en muchas ocasiones cueste cumplir la pauta de su uso del corsé diurno. El corse nocturno afecta menos a la autoimagen de los pacientes. / BioMed Central Ltd. Wikimedia Commons. “Lo que hemos encontrado en esta investigación es que ambos corsés, diurno y nocturno, son iguales de efectivos a la hora de prevenir la progresión de la escoliosis. Y que además el corsé nocturno afecta menos a la autoimagen de los pacientes, por lo tanto, la adherencia al tratamiento del corsé nocturno hemos observado que es mayor que la de los corsés que se usan más tiempo, como el diurno”, explica Alejandro Peiró, secretario del GEER e investigador del Hospital San Joan de Deu, centro donde se llevó a cabo esta investigación. “Las conclusiones de estas investigaciones en torno al corsé son relevantes porque el impacto emocional de la enfermedad es una de las variables que deben ser consideradas en el manejo de la escoliosis idiopática. El diagnóstico de una deformidad física durante el período de crecimiento y construcción de la identidad puede afectar a la autoestima y la salud mental del adolescente, que puede llegar a requerir incluso de la atención psicológica especializada”, añade Peiró.
Ver noticia original