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Parana » Informe Digital
Fecha: 26/07/2025 07:41
La prolongada disputa fronteriza entre Tailandia y Camboya se agravó notablemente este jueves, dejando a al menos 14 muertos, en su mayoría civiles. Los militares de ambos países intercambiaron disparos de armas ligeras, artillería y cohetes, mientras que los tailandeses también realizaron ataques aéreos. Cada parte se culpa mutuamente Bangkok y Nom Pen se acusan mutuamente de iniciar las hostilidades, alegando que la otra parte atacó a sus civiles. La primera confrontación ocurrió en la madrugada de este jueves en una zona cercana al antiguo templo de Ta Moan Thom, en la frontera entre la provincia tailandesa de Surin y la camboyana de Oddar Mean Chey. El Ejército tailandés y el Ministerio de Defensa de Camboya denunciaron que la otra parte había desplegado drones antes de avanzar y abrir fuego, informa AP. Después, ambos países emplearon armamento más pesado, como artillería, lo que resultó en mayores daños y víctimas. Tailandia afirmó que respondió con ataques aéreos a los cohetes disparados por el país vecino. La Fuerza Aérea tailandesa detalló que utilizó cazas F-16 en dos bombardeos que describió como “un acto de defensa propia”. Los combates ocurrieron en al menos 6 áreas, según informó el Ministerio de Defensa de Tailandia. El Ministerio de Exteriores tailandés afirmó que Bangkok está dispuesto a intensificar sus “medidas de autodefensa” si Nom Pen “persiste en su agresión armada y en las violaciones de la soberanía de Tailandia”. Desde el Ministerio de Defensa de Camboya, se indicó que desplegaron a sus Fuerzas Armadas porque “no tienen otra opción que defender su territorio contra las amenazas tailandesas”, insistiendo en que los “ataques camboyanos se concentran en objetivos militares y no en otros lugares”. Además, señalaron que aviones tailandeses lanzaron bombas sobre una carretera cercana al antiguo templo de Preah Vihear –declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco–, que ha sido escenario de conflictos entre ambos países en el pasado. Mientras tanto, el primer ministro camboyano, Hun Manet, solicitó una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU “para detener la agresión de Tailandia”. Víctimas civiles Desde el Ministerio de Salud Pública de Tailandia informaron sobre la muerte de un soldado y 13 civiles, incluidos niños, mientras que otros 14 efectivos y 32 civiles resultaron heridos. Los combates afectaron a cuatro provincias en el país y se ordenó la evacuación de la población a una distancia mínima de 50 kilómetros de la frontera, según indicó el primer ministro interino, Phumtham Wechayachai. Por su parte, Camboya no ha proporcionado información sobre las víctimas mortales o heridos en su territorio. Al mismo tiempo, cientos de aldeanos camboyanos se trasladaron desde sus hogares cercanos a la frontera hacia unos 30 kilómetros dentro de la provincia de Oddar Mean Chey. Revuelo diplomático Las relaciones entre ambos países se deterioraron significativamente antes de que se desataran los enfrentamientos armados. Este miércoles, Tailandia retiró a su embajador en Camboya y expulsó al enviado camboyano en protesta por la explosión de una mina que hirió recientemente a cinco de sus soldados. Las autoridades tailandesas sostienen que las minas fueron colocadas en una zona en disputa, a lo largo de caminos que ambas partes habían acordado como seguros. Nom Pen rechazó las acusaciones de su vecino como “infundadas”, señalando que muchas minas sin detonar y otros artefactos explosivos son un legado de las guerras y disturbios del siglo XX. También disminuyó el nivel de sus relaciones diplomáticas y retiró este jueves a todo el personal camboyano de su Embajada en Bangkok. Reacción internacional Varios países expresaron su preocupación por la escalada de la violencia. Desde Moscú pidieron a ambos países “actuar con moderación y entablar el diálogo” para evitar un agravamiento del conflicto de manera pacífica. La portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, destacó que muchas de las disputas territoriales en el mundo son “herencia de la política colonial del Occidente“. Agregó que, en el contexto de “la degradación general de la situación en la región Asia-Pacífico”, es crucial buscar soluciones a los conflictos en “el espíritu de unidad y solidaridad”. China también expresó su profunda preocupación y esperanza de que “ambas partes aborden adecuadamente las cuestiones mediante el diálogo y la consulta”. “La buena vecindad y la resolución adecuada de las diferencias redundan en beneficio de los intereses fundamentales y a largo plazo de ambas partes“, mencionó el portavoz del Ministerio de Exteriores, Guo Jiakun. Por su parte, Japón instó tanto a Bangkok como a Nom Pen a actuar con moderación y entablar un diálogo para lograr una solución pacífica. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, también instó a ambas partes a “ejercer la máxima moderación y abordar cualquier problema mediante el diálogo”, según señaló el portavoz adjunto de la organización, Farhan Haq. Disputas fronterizas de larga data Los dos vecinos del sudeste asiático han tenido disputas fronterizas durante mucho tiempo, las cuales se intensifican periódicamente a lo largo de sus 800 kilómetros de frontera y suelen ocasionar breves enfrentamientos, en los que raras veces se utilizan armas. Sus orígenes reflejan tensiones heredadas de la época colonial, rivalidades nacionalistas y la lucha por la influencia regional, mientras que sus profundas raíces históricas y culturales están centradas en la disputa por el templo de Preah Vihear y las zonas fronterizas circundantes. La anterior confrontación armada se produjo en 2011, cuando tropas tailandesas y camboyanas se enfrentaron en una zona aledaña al templo de Preah Vihear, lugar sagrado para ambos pueblos: Camboya lo considera parte central de su identidad nacional, mientras que en Tailandia es visto como parte de su patrimonio cultural. Los combates provocaron el desplazamiento de miles de civiles de ambos lados y la muerte de al menos veinte personas. Recientemente, en mayo de este año, las relaciones entre ambas naciones se deterioraron considerablemente tras el fallecimiento de un soldado camboyano en un enfrentamiento.
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