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» Diario Cordoba
Fecha: 23/07/2025 04:40
Córdoba es una ciudad donde el fenómeno parcelista tiene su propia idiosincrasia y en la que celebrar noticias en torno a estos núcleos poblacionales no es habitual. Sin embargo, parece que la ley Lista, la normativa urbanística que rige en Andalucía, ha abierto puertas y ha pegado acelerones a ciertos trámites, permitiendo así que las lágrimas de felicidad sean más que posibles. Ocurrió este martes, cuando un grupo de vecinos de El Alamillo, una parcelación muy cercana a Villarrubia, esperaban a las puertas de donde se estaba celebrando el consejo rector de la Gerencia de Urbanismo. Tras esas puertas, el consejo tenía en su orden del día la aprobación definitiva del proyecto de reparcelación de este barrio. Es decir, se iba a dar el visto bueno a un papel que permite a los propietarios inscribir sus parcelas en el Registro de la Propiedad o, lo que es lo mismo, ser plenamente legales. Manuel del Pino, Carmen Muñoz o Pepa Márquez eran algunos de los vecinos que andaban por la Gerencia «para hacer acto de presencia», como comentaba el primero, que además es el presidente de la junta de compensación de la zona. Cuando la puerta se abrió y apareció el presidente de la GMU, Miguel Ángel Torrico, los aplausos se sucedieron. «Tengo hasta ganas de llorar y el vello de punta, no me creía que este día podía llegar», comentaba emocionada Carmen. Vecinos de El Alamillo, en su parcelación, tras logar la legalidad total de sus viviendas, este martes. / Manuel Murillo Segunda parcelación en alcanzar la legalidad El Alamillo es la segunda parcelación de Córdoba, detrás de Cuevas de Altázar, en conseguir la legalización. La primera del actual PGOU, pues Cuevas ya venía del anterior plan general. Los vecinos han hecho un desembolso importante de dinero a lo largo de estos años, el más grande, quizá, el casi millón de euros que tuvieron que pagar al Ayuntamiento por el aprovechamiento urbanístico. Tienen incluso la cita ya pedida en el Registro porque todo lo ha gestionado Ecourbe, la empresa que les ha hecho el plan de reparcelación y la que actualizará el de urbanización (ya se hizo uno, pero tiene más de diez años) y a la que los vecinos muestran en más de una ocasión su agradecimiento. Inscribir la parcela en el Registro costará 1.000 euros por cada 1.200 metros cuadrados de terreno en propiedad, otra suma más que añadir al desembolso que supone para estos barrios ser plenamente legales. Vecinos de El Alamillo, y técnicos de Ecourbe, tras la aprobación del proyecto de reparcelación. / Manuel Murillo Y luego vendrá el gasto más importante, el de las obras de urbanización. Pero al menos ya está todo encauzado y legalizado, que era el paso necesario para que los vecinos sintieran que, verdaderamente, toda la paciencia y el trabajo han merecido la pena. Vecinos de El Alamillo, este martes, en la Gerencia de Urbanismo. / Manuel Murillo En El Alamillo lo único que tienen es luz (no alumbrado público), por lo que las obras de urbanización les permitirá contar con saneamiento en las calles y agua potable. «Nosotros pagamos el IBI urbano y pagamos Sadeco, que la gente que no vive aquí se cree que no pagamos nada», recordaba Pepa Márquez, y añadía que abonaban, prácticamente, «el mismo IBI que se paga en El Brillante». En El Alamillo, el 90% de los vecinos viven allí todo el año, no se trata de la segunda residencia, sino de la única. Muchos compraron la parcela en los años 90 y han ido construyendo la casa poco a poco, gran parte, con sus propias manos. Ahora, toca esperar para ver a las máquinas entrar en las calles de la parcelación para urbanizar los terrenos. Pero, al menos, la espera se hará menos terrible sabiéndose completamente legales. Suscríbete para seguir leyendo
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