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Concordia » Despertar Entrerriano
Fecha: 13/07/2025 12:04
Durante siete días, representantes del sector recorrerán más de 450 kilómetros a pie para entregar petitorios al Gobierno. “Las condiciones de trabajo son cada vez más precarias y los derechos de las personas con discapacidad están siendo pisoteados”, advierte Daniel Miñon, uno de los organizadores. La situación de los prestadores de servicios para personas con discapacidad llegó a un punto de quiebre. Con aranceles congelados desde diciembre de 2024 y una inflación que golpea cada vez más fuerte, muchos centros de atención están cerrando en todo el país, mientras que quienes siguen funcionando lo hacen con deudas crecientes y préstamos personales. “Seguimos con los mismos montos de aranceles desde diciembre del año pasado, ya han pasado siete meses, la inflación juega en contra nuestro y las obras sociales cada vez recortan más prestaciones para los chicos”, describe a Despertar Entrerriano Daniel Miñon, uno de los organizadores de la protesta e integrante del sector en Concordia. Según explica, el panorama afecta directamente a las terapias, traslados, acompañantes terapéuticos y maestras integradoras, indispensables para garantizar la calidad de vida de niños y jóvenes con discapacidad. “Están pisoteando los derechos de un discapacitado que necesita terapias continuas para poder evolucionar. Es un derecho que les corresponde”, enfatiza. A la falta de actualización de los aranceles se suma un problema estructural que lleva años sin resolverse: la demora en el cobro de las prestaciones. “Normalmente trabajamos 30 días, se factura, tributamos todos los meses porque es la única forma de estar activos en el sistema. Pero para cobrar ese mes trabajado, pasan 60 o 90 días”, explica Miñon. “Hay profesionales en Concordia que todavía tienen facturas sin cobrar del 2024. Mientras tanto, la inflación se come el valor de ese trabajo y vos seguís acumulando deudas para sostener las prestaciones”, lamenta. Pese a los pedidos reiterados para que el Estado nacional agilice los pagos a 30 o 60 días, hasta ahora no hubo soluciones reales. “Hoy son tres meses promedio para cobrar lo que trabajaste tres meses atrás, y encima puede pasar que un mes no te paguen. Así se vuelve casi imposible seguir”, resume. La caminata como acto de visibilización La acción que decidieron emprender es extrema: partirán desde Concordia caminando por la Ruta 14 hasta la Casa Rosada en Buenos Aires, durante aproximadamente seis a siete días. La caravana estará encabezada por Marcela Kriscovich —presidenta de Prestadores Unidos en Discapacidad (PDU)— junto a Daniel Miñon y Jesús, otro integrante del grupo. “Va a ser un sacrificio muy grande. Caminaremos entre ocho a nueve horas por día y al llegar a cada ciudad —Ubajay, Colón, Concepción del Uruguay, Gualeguaychú, Ceibas y Zárate— vamos a recibir petitorios y firmas de familiares y prestadores locales”, detalla Miñon. El recorrido finalizará en CABA con la entrega de petitorios en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), la Superintendencia de Salud o el Ministerio de Economía. Aunque saben que no serán recibidos por el presidente, esperan que la caminata “se viralice en todo el país, sea visible la discapacidad y la sociedad pueda entender que con la discapacidad no se puede recortar”. La urgencia detrás de la protesta El reclamo surge también frente a la inminente decisión del Ejecutivo nacional de vetar una ley recientemente aprobada en el Congreso, pensada para mejorar el financiamiento del sector. “Todo ese esfuerzo que se hizo, de armar un proyecto, de lograr que pasara Diputados y Senado, fue prácticamente para nada porque el veto ya es inminente”, lamenta Miñon. Mientras tanto, prestadores y familias se enfrentan cada día a la dificultad de sostener terapias y tratamientos básicos. “Muchos de los chicos necesitan pañales, bolsas de alimentación especiales, insumos de uso diario. Todo eso no es un lujo, es una necesidad vital”, señala. La caminata comenzará el miércoles 16 de julio, saliendo desde Celda Arias —a la altura del acceso a Concordia, sobre la Ruta 14— y sumará kilómetros durante una semana hasta llegar a Buenos Aires. “Sabemos que no es fácil, pero es lo que nos queda para que escuchen. Queremos que la gente conozca cómo estamos trabajando y cómo viven las familias todos los días con los rechazos de las obras sociales”, concluye Miñon. Con este recorrido extremo, buscan que las voces de miles de personas con discapacidad y quienes las acompañan profesionalmente lleguen, al menos, hasta las puertas del poder. Fuente: Despertar Entrerriano
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