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  • Renovables versus nucleares: La encrucijada energética tras el apagón

    » Diario Cordoba

    Fecha: 04/05/2025 09:07

    El reciente apagón que ha sacudido a España ha reabierto, aunque tampoco estaba cerrado del todo, un debate crucial sobre nuestro futuro energético: ¿renovables o nucleares? En un país bendecido por el sol y el viento, la respuesta es obvia, pero hay incertidumbre. O eso pretenden quienes tienen tenebrosos intereses en este asunto. Las energías renovables (solar, eólica, hidráulica, etcétera) se erigen como la opción lógica y más sostenible. Su potencial en España es inmenso, permitiendo una independencia energética esencial y una drástica reducción de las emisiones contaminantes, pilares fundamentales contra el cambio climático. Los avances tecnológicos han abaratado los costes y han mejorado su eficiencia, mientras que el almacenamiento energético avanza para mitigar su intermitencia. Apostar por las renovables es invertir en un futuro limpio, crear nuevas oportunidades de negocio, generar empleo verde y democratizar la producción. Además, nos hará más competitivos a nivel empresarial. Frente a ello, la energía nuclear resurge como un «mal necesario» para quienes la defienden. Sus valedores argumentan la estabilidad en el suministro y su baja huella de carbono. Y además, han visto reforzado ese convencimiento después de que en 2022 el Parlamento Europeo diera luz verde a la propuesta de la Comisión que modifica la norma y posibilita que el gas y las nucleares se incluyan en el etiquetado verde que les permite competir con la solar o la eólica, entre otras renovables, para recibir ayudas como tecnologías no emisoras de gases de efecto invernadero. Sin embargo, obvian los riesgos inherentes a la gestión de residuos radiactivos durante miles de años, la opción latente de un accidente con consecuencias catastróficas y los elevados costes de construcción y desmantelamiento. De hecho, la basura nuclear de media, baja y muy baja intensidad es tratada aquí en Córdoba, en el centro de almacenamiento de El Cabril en Hornachuelos, el único de sus características que existe en toda España. Este hecho subraya aún más la necesidad de evitar la generación de más restos y de apostar decididamente por alternativas limpias y seguras. El apagón, de cuyas causas esperamos explicaciones transparentes, sensatas y creíbles por parte del Gobierno, que además tiene que implementar medidas para evitar que un desastre similar se vuelva a repetir, debe servir como catalizador para una transición energética decidida hacia un modelo 100% renovable. Fortalecer la red, invertir en almacenamiento y en una gestión inteligente de la demanda son prioridades ineludibles. La energía nuclear puede ofrecer una estabilidad coyuntural, pero no es la respuesta a largo plazo para un país con los recursos naturales que posee España. Más aún en una tierra como Córdoba, con miles de horas de sol al año y con unas posibilidades extraordinarias para aprovechar una fuente natural prácticamente inagotable. Esa abundancia de sol y viento nos brinda una oportunidad única para liderar la revolución energética. Ignorar este potencial y aferrarse a tecnologías con riesgos inherentes sería un error estratégico y una irresponsabilidad con el planeta y las futuras generaciones. El camino es claro: apostar con arrojo y determinación por un futuro renovable, planificando con sensatez el abandono gradual de la energía nuclear y teniendo presente la realidad de la gestión de los residuos en nuestro propio territorio. Eso no quiere decir que haya que demonizar a la energía nuclear. Ha sido hasta no hace mucho casi la única opción para el desarrollo de Europa y es cierto que hay países como Francia que ven en ella la solución a sus problemas. Pero tampoco podemos olvidar que en España el cierre de las centrales nucleares no es una decisión unilateral y caprichosa del Gobierno, sino fruto del pacto con las eléctricas en 2019, que firmaron un calendario de clausura de esas instalaciones. Hay argumentos sólidos para apostar de manera decidida por la energía verde. En principio, no tendría por qué haber excesiva discusión sobre el asunto, pero como ocurre en demasiadas ocasiones, el debate sobre el futuro energético del país está cargado de ideología y se usa, como tantos otros temas, para tratar de polarizar a la población. *Presidente de la Federación Provincial del Comercio Córdoba y vicepresidente de la Confederación de Empresarios de Córdoba (CECO)

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