04/05/2025 19:10
04/05/2025 19:10
04/05/2025 19:06
04/05/2025 19:05
04/05/2025 19:05
04/05/2025 19:04
04/05/2025 19:04
04/05/2025 19:04
04/05/2025 19:03
04/05/2025 19:03
Concepcion del Uruguay » La Calle
Fecha: 04/05/2025 15:22
Agustín Chichizola es médico cirujano, pero también es un apasionado del deporte que practica. Construyó dos canchas, fundó “El Galpón” y formó una comunidad. Encara un proyecto ambicioso para que cada vez más personas lo conozcan y se sumen a jugarlo. En Concepción del Uruguay, hasta el año 2022, no había un espacio para jugar al squash. Agustín Chichizola es un uruguayense que empezó a jugarlo en La Plata en su época de estudiante universitario. Luego de la pandemia en el 2020 decidió regresar a “La Histórica” y para poder seguir practicándolo fundó “El Galpón”, un club de squash con dos canchas y muchas más comodidades ubicado en calle Benito Cook 123. En esta entrevista, cuenta cómo nació la iniciativa, cómo se organiza la actividad y qué tiene el squash que lo hace tan apasionante. -¿Cómo comienza tu relación con el squash? – Empecé a jugar al squash gracias a mi hermano más grande que vive en La Pampa. Empecé a jugar en La Plata. Después él se va a vivir a La Pampa y yo seguí ahí jugando en La Plata. Ahí empecé a entrenar un poco más seriamente, a entrenar con un entrenador. Y empecé a jugar torneos y a meterme más en el mundo del squash, un poco más competitivo. Y allá terminé jugando lo máximo que llegué fue a segunda categoría por una cuestión etaria también porque empezaba a competir con gente mucho más joven y es difícil llegar a primera habiendo empezado de tan grande, ¿no? Y ¿cómo nace la idea de traer el deporte a Concepción del Uruguay? – Soy médico, cirujano, me fui a los 17 años a estudiar a La Plata y volví a los 38 después de la pandemia. La pandemia hizo que, como a mucha gente, le genere muchos cambios. A mí me planteó la idea de volverme para la ciudad. Jugaba al squash desde los 22 años y me hice un adicto. Entonces cuando se plantea la posibilidad de venir acá, lo hablo con mi familia y le digo “me voy a venir pero no quiero dejar de jugar al squash así que necesito buscar un lugar donde poner las canchas”. El suegro de mi hermano tenía un taller mecánico, se jubiló y ahí arrancó todo. Primero hubo que decidir si hacía una sola cancha o dos, porque si hacía una no sabía con quién iba a jugar o no podía hacer torneos. Entonces dije “voy a hacer algo serio, vamos a hacer dos canchas como para que deporte se empiece a mover”. Empiezo a hacer las canchas y veo que hay gente que se entera y de ahí a preguntarme y a interiorizarse. Y así empiezo a jugar con un correntino, que jugaba en Corrientes pero que estaba viviendo acá y mi hermano, que nunca había jugado. Así arrancamos básicamente eramos tres, yo recién me venía para acá entonces tenía poco trabajo y le dedicaba mucho al club, muchas de las cosas que vos ves las hicimos con mi hermano, lo único que no hicimos fue la parte de albañilería, pero después hicimos todo lo demás, mesas, barras, instalación eléctrica, etc. Y así lo inauguramos, para eso invité a todos los amigos de La Plata, de Buenos Aires porque el ambiente bastante chico visto entonces nos conocemos todos. La verdad que estuvo muy bueno. ¿Cómo fue arrancando? ¿Cómo empezaste a cautivar gente nueva? – Después de eso empezamos, yo daba alguna explicación, o sea, venía gente a jugar y le enseñábamos más o menos cómo era. Y de a poco se fue sumando gente. Hoy la verdad que está muy bien, o sea, es un deporte que no es masivo, hay que tener en cuenta eso. Después yo lo comparo con otros lugares donde se juega el squash, por ejemplo en La Plata y lo que pasa es que no hay prácticamente gente nueva jugando, quedan los de siempre. Lo que veo es que en Capital Federal y Buenos Aires se está quedando. En La Plata hoy queda un solo club, cuando llegó a haber 12 en la década de los 90´. A su vez está creciendo en otros lugares del país como Salta, Chaco, Córdoba, Mendoza; esos son lugares que está explotando y que hay muchas canchas. Mar de Plata hoy tiene muchos clubes y es donde está entrenando la selección. Es como que el deporte se repartió, creo que pasó un poco lo que me pasó a mí, muchos que aprendimos a jugar ahí en Buenos Aires, en La Plata se empezaron a ir a sus lugares empezaron a poner canchas y hoy la verdad que es un deporte mucho más federal. – ¿Cómo definirías el deporte, cuáles características son las más importantes? – El deporte en sí es una mezcla, tiene tenis porque se usa una raqueta más chiquita y pesa entre 120 y 140 gramos una raqueta de carbono que son las que se usan habitualmente, hay de aluminio y hay de otros materiales pero a medida que uno va jugando mejor y avanzando, va mejorando la raqueta, como todo deporte. Y las de aluminio sí son un poco más pesadas. Pero bueno, es una raqueta más corta que la de tenis y el aro es bastante más chico. Y por ahí también se parece un poco al pádel, a la pelota paleta, porque hay un frontón, hay una chapa que mide unos 54 centímetros de altura y el juego se desarrolla por encima de esa chapa que está en el frontón y por debajo de unas líneas que están en las cuatro paredes. Y el deporte en sí consiste en que siempre la pelota toque el frontón y después puede tocar en cualquier pared, antes o después pero siempre tiene que tocar el frontón. Y bueno, hay una pared en el fondo que en nuestro caso es de vidrio que es mejor porque eso permite que la gente pueda ver que también se la puede hacer rebotar ahí o puede rebotar directamente y después uno pegarle o hacerla pegar en el vidrio y que llegue hasta el frontón. El deporte es súper antiguo, nació en las cárceles de Inglaterra, pero para que te hagas una idea, en el Titanic había una cancha de squash. -Entonces es mucho más fácil aprenderlo si jugaste alguna vez al tenis o al padel.. -Si vos nunca jugaste nada con pelota y una raqueta, por ahí te cuesta más, pero si jugaste al tenis, al pádel o jugaste en la playa con una pelota y una paleta, le agarrás la mano rápido. Después obviamente que es como todo, con la práctica vas viendo como pica, como rebota en la pared como pararte, al principio corres mucho más de lo que deberías hasta que aprendes como va picando la pelota pero vas mejorando todo eso, pero enseguida podés jugar. Lo que se puede ver desde afuera es que estás en constante movimiento. – Lo puede jugar cualquier persona obviamente que es un deporte súper cardio, o sea, y quema muchas calorías, es uno de los deportes que más calorías quema es un deporte muy completo. Hay estudios que hablan que está dentro de los tres deportes más completos para hacer porque trabaja mucho con las piernas y con los brazos, realmente es muy intenso porque el juego es continuo, la pelota es una pelotita que pica muy poco es como la de pelota paleta de goma pero adentro no es maciza sino que tiene un gas a medida que se calienta la pelota pica un poco más pero se juega por debajo de la cintura siempre la pelota nunca pica tanto como para pegar arriba entonces uno tiene que agacharse mucho y jugar mucho con las piernas. El deporte es muy intenso, entonces por ahí lo que pasa es que la gente que juega al pádel, por ejemplo, que son jóvenes, y en el pádel te movés mucho menos, entonces por ahí esos son los que más se vienen a jugar al squash. Una vez que lo juegan hay que buscar algo un poco más intenso, se engancha enseguida con el squash porque es muy divertido, es un juego continuo. A diferencia del tenis, que hasta que no aprendes a jugar, el juego es bastante aburrido porque la pelota queda en la red o se va afuera y es muy cortado. Acá enseguida se puede jugar y hacer un juego continuo. Obviamente que a medida que uno va mejorando va siendo mucho más preciso con los golpes la tira donde uno quiere. Lo que me pasó a mí y es lo que le pasa a la mayoría con los que me cuentan ahora, con los que se enganchan, es eso. Yo tengo una actividad diaria, la cirugía, que te hace tener pacientes complicados y la cabeza siempre metida en el ambiente laboral y esto hace que esa hora, hora y media sea tan intenso que el deporte que no te deja pensar en otra cosa entonces hace que vos te olvides del resto de los problemas. -¿Qué radiografía podés hacer del deporte en la provincia o en la región? -Acá a nivel de la provincia, en Paraná hay dos canchas, en Gualeguay también hay en el Club Social y la otra acá, no sé si hay en otro lugar más, que yo sepa no. Y en Paraná estaba un tipo conocido como el “Tero” Ballesteros, que tuvo la escuelita más grande del país y llegó a tener 120 alumnos. Y después entrenó a los juveniles de la selección en algún momento. Ese también vino acá, hablé mucho con él, pero ahora vive en Salta. En Salta hay tres clubes grandes después, y está dando clase allá, y tiene esa capacidad de generar escuelitas exitosas, y hoy tiene también muchos pibes jugando. -¿Cómo se organizan acá para jugar? – Tenemos la gente que va con sus turnos fijos y además armamos una liga, que es como una liga de fútbol, la diferencia que nosotros organizamos por categoría. Por ejemplo en sexta hay doce jugadores. Lo que nosotros hacemos es que decimos contra quien le toca jugar y tienen quince días para sacar un turno e ir y jugar ese partido. Después nos pasan el resultado y así vamos generando una tabla de posiciones. Así por cada categoría. Obviamente que acá son todas categorías altas digamos, tenemos sexta, quinta, cuarta y tercera. Y también tenemos una liga de mujeres, que aproximadamente son doce. – ¿Se hace difícil insertarlo en la ciudad? – Sí, es bastante complejo. Concepción de Uruguay lo que tiene es que es una ciudad súper activa, que a la gente le gusta mucho hacer deporte. Pero no es fácil porque no es un deporte conocido en general. Creo que ahí es un problema más de la Asociación Argentina de Squash, que no se difunda tanto. Recién ahora en los próximos Juegos Olímpicos va a estar presente así que eso va a ayudar a que se conozca un poco, algo que va a ayudar bastante y después mucho del boca en boca. Desde mi lado hago mucha publicidad en Instagram de los torneos que hago. Hago dos torneos grandes por año que trato que venga mucha gente afuera como para que lo vean y enganchar, jugar las categorías mezcladas, que los de quinta jueguen con chicos de segunda como para entusiasmarlos eso la verdad que gusta mucho pero si es difícil. De a poco se va moviendo, yo abro pocas horas, se abre de 6 de la tarde a 9 de la noche, son 3 horas por día las dos canchas y siempre están ocupadas. Con esto de la Liga local hace que se mueva bastante. -¿Cuál es la meca del squash? – Hoy por hoy yo creo que es Mar del Plata porque entrena en la selección ahí y con respecto al plano internacional hay varios chicos que están jugando afuera del país. El deporte como originario se juega mucho en Inglaterra y se juega mucho en Europa. Los mejores del mundo son árabes. Hay un jugador que es Diego Elías, que es peruano y está el número uno del mundo, siempre está ahí entre uno y dos del mundo, peleando con otro árabe. El logró que se mueva también bastante el squash en Latinoamérica. – En cuanto a lo que se necesita del equipamiento ¿es costoso? – Yo acá dejo que jueguen con cualquier zapatilla, pero lo ideal es que jueguen con zapatillas que son para piso indoor, que es piso de madera, como en el básquet, como en el vóley, son las mismas zapatillas que tienen. Se necesita una raqueta y hoy los precios de una de carbono que sería lo mejorcito más o menos están alrededor de 180.000 pesos pero podes jugar con una de aluminio y salen 40.000. Obvio que yo acá presto todo y algunas raquetas las alquilo a un valor simbólico y después los menores a 18 años tienen que usar lentes protectores obligatoriamente. Pero en si no es un deporte caro, por ahí la gente tiene una idea de que es un deporte de clases altas, porque en algunos countries hay canchas y todo eso, pero la realidad es que no necesitan nada. Un par de zapatillas, una remera, un pantalón. Después la raqueta vale menos que una de paddle. No se necesita mucho, y acá menos porque yo pongo a disposición todo lo que tengo. Acá hay un lindo ambiente compartimos mucho, hacemos asado, mientras jugamos, nos juntamos a jugar a las 6 de la tarde, prendemos la parrilla y vamos jugando y cocinando y terminamos comiendo y jugamos hasta las 2 de la mañana. Hacemos lo que se llama round robin y a jugar todos contra todos entonces ahí es divertido porque juega uno de cuarta con uno de primera y así vas mezclando las categorías entonces todo el mundo se entusiasma siempre jugar con alguien que juega mejor es muy lindo porque aprendes mucho. – Por lo que contás y le dedicás sin nada a cambio sos una especie de filántropo de este deporte. – Es que no me interesa ganar plata con el squash, yo lo único que quiero es que la gente juegue. Cuando armo los torneos es algo más de camaradería, con un buen tercer tiempo y eso a los que vienen de otras ciudades les gusta. Mi objetivo no es ganar un centavo en cada torneo, todo lo que se recauda vuelve al squash. Me interesa que haya gente con la cual jugar, gente nueva. También es lindo que mi hijo pueda jugar, yo de chico no tuve esa oportunidad, yo arranqué de grande y eso te limita un montón. Tené en cuenta que es un deporte que lo juega poca gente, entonces jugando más o menos bien tenés posibilidad de integrar una selección. – Por qué recomendarías hacer este deporte? – Primero, porque es muy divertido. Segundo, porque quemás muchas calorías. Es muy completo. Muy completo. Y neurológicamente estimula mucho por esto de los reflejos. Físicamente no necesitás nada y el piso es un piso flotante, tiene una cámara de aire abajo de la tabla entonces eso hace que las lesiones sean raras a diferencia otros deportes con piso duro. Todo lo que es a nivel de articulación acá está protegido digamos, por ese piso de madera con cámara de aire. Es el mejor deporte del mundo lo que pasa es que, bueno, falta que lo conozcan pero cuando vos lo conoces vas a estar de acuerdo conmigo. ¿Hay registro en el pasado de alguna cancha de squash en la ciudad? – Mirá, cuando empecé con el proyecto de las canchas hubo 4 o 5 personas que me dijeron que alguien tenía una cancha en su casa. Pero nadie estaba seguro si era real, ni tampoco si era de juego. Así que en teoría, esta es la primera y nunca hubo una antes, o por lo menos abierta al público.
Ver noticia original