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Federal » El Federaense
Fecha: 04/05/2025 04:16
La provincia de Buenos Aires se encuentra en una encrucijada política a medida que los principales actores del peronismo, como Cristina Kirchner, Axel Kicillof y Sergio Massa, intentan acercar posiciones. La semana pasada, tanto Massa como Kirchner hicieron llamados a la unidad con el objetivo de contrarrestar el avance de Javier Milei, el candidato de La Libertad Avanza. En sendos discursos, los líderes peronistas se hicieron eco de la necesidad de conformar un frente fuerte, sin embargo, sus diferencias sobre el proceso electoral interno en Buenos Aires han complicado esta aspiración. En una reunión reciente de la Fundación Encuentro, Massa enfatizó que el actual escenario nacional necesita propuestas, no solo críticas. “Es fundamental pensar en cómo mitigar el daño actual y reconstruir lo que se ha perdido”, comentó, reflejando la urgencia de una mayor cohesión. El ex ministro de Economía, aunque consciente de las tensiones internas, ha mantenido un perfil bajo, eligiendo alejarse de la lucha abierta entre facciones kirchneristas. Esto ha generado suspicacias, especialmente entre los seguidores de Kicillof, quienes consideran que Massa podría desempeñar un papel más activo en la búsqueda de la unidad. “La lucha se ha convertido en un círculo vicioso donde cada acto genera malestar en la facción opuesta”, reflexionó Massa ante sus colegas. La necesidad de unidad se intensificó durante el Día del Trabajador, donde Kirchner grabó un mensaje instando a sus seguidores a permanecer juntos en tiempos difíciles, donde la pérdida del poder adquisitivo es alarmante. Esta línea de pensamiento ha resonado también en Kicillof, cuyo objetivo es crear un bloque unido contra Milei. Pero la desconfianza persiste: ¿bajo qué términos se alcanzará esa unidad? La inestabilidad en las filas de Unión por la Patria (UP) se ha convertido en un desafío notable. Las diversas fracciones dentro del bloque no están alineadas con los pedidos de Kicillof, lo que ha derivado en un oficialismo fragmentado que obstaculiza la gestión en la legislatura. De seguir este camino, las elecciones podrían resultar desfavorables para el peronismo, amenazando el control de los concejos deliberantes y debilitando la presencia del partido. El 24 de mayo se lanzará oficialmente el Movimiento Derecho al Futuro (MDF), impulsado por Kicillof y varios intendentes. Este anuncio se ha interpretado como una afirmación de la autonomía del Gobernador en medio de un tumulto de discordias. En el acto, se notó la reiteración del apoyo a Kirchner, resaltando la importancia de su figura dentro del escenario político actual. Entre los mensajes enviados por Kirchner y los actos locales se vislumbran indicios de un posible regreso a la arena electoral, ya sea como candidata a diputada nacional o senadora por la ciudad de Buenos Aires. Se cree que una posición fuerte en una nueva lista electoral podría darle la visibilidad y los votos necesarios para enfrentar a los opositores más destacados, como Mauricio Macri. La lucha por la unidad es, sin embargo, tensa e intrincada. Un dirigente peronista lo resumió de manera contundente: “El clima de competencia interna está ofuscando la necesidad imperiosa de enfrentarse a Milei”. La disfuncionalidad del movimiento ha sembrado el desánimo en las filas de Kicillof, quien ha expresado su frustración con los rumores de desunión que emanan de las oficinas del peronismo. Con un panorama electoral que se estrecha, las partes deben decidir rápidamente si lograrán unirse para las próximas elecciones o si desgastarán más su ya frágil coalición. La incertidumbre persiste, dejando a todos los actores políticos con la sensación de que el próximo capítulo del peronismo depende de su capacidad para resolver las diferencias internas y buscar un camino hacia un futuro más cohesionado.
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