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» Diario Cordoba
Fecha: 27/04/2025 18:26
Feria de Sevilla Ganado: seis toros de Fuente Ymbro, bien presentados. El primero resultó manso y brusco; de más a menos el segundo; con medios viajes y desentendido el tercero; exigente pero a menos el cuarto; potable el quinto y muy deslucido el sexto. Lama de Góngora: ovación y oreja. Juan Pedro García 'Calerito': ovación y vuelta tras petición. SamuelNavalón: vuelta al ruedo tras aviso y silencio. La Maestranza: la plaza registró menos de media entrada en tarde veraniega. Antes de romperse el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria del prestigioso subalterno sevillano Alfonso Ordóñez, fallecido este mismo domingo. Los banderilleros Domínguez y Fernando Sánchez saludaron tras parear al cuarto. Calerito ingresaría en la enfermería tras estoquear al quinto de la tarde donde se le apreció un traumatismo en la rodilla derecha, pendiente de estudio radiológico, que aconsejó su traslado a un centro hospitalario. El pronóstico es grave. La entrega indeclinable de la terna de oportunidades ha marcado el larguísimo festejo que ha abierto el ciclo continuado de la Feria de Abril. Lama de Góngora, que cortó una oreja, ha sido el que mejor ha rentabilizado ese esfuerzo en una corrida, la del regreso de los toros de Fuente Ymbro a Sevilla, que se inició con un sentido minuto de silencio por la muerte de Alfonso Ordóñez, el gran maestro de plata. Lama había sido el encargado de romper plaza con un manso y brusco ejemplar de Fuente Ymbro con el que realizado un sincero esfuerzo poniéndose de verdad por el pitón izquierdo sin importarle que el animal embistiera con los pitones a la altura de su pecho. El diestro del Arenal se mostró siempre firmísimo, cruzándose con sinceridad para acabar con su enemigo de una certera estocada. La oreja se la iba a cortar al cuarto, al que recibió a portagayola con una larga limpia y trepidante. Iba a ser un toro exigente, de embestida inicialmente muy humillada, hasta el punto de desbordar al matador que perdió los engaños a la vez que el animal cambiaba radicalmente. La clave fue no perder el nivel y acertar a dar fiesta al animal sin perder la conexión con el público. Otro estoconazo validó el único trofeo que se iba a cortar en toda la tarde. Pero, con o sin trofeos, también hay que valorar como merecen los grandes esfuerzos de Navalón y Calerito, que este cambió por dos feas volteretas que acabaron teniendo consecuencias. Calerito ya se había esforzado a tope con el segundo, un animal de más a muy menos al que llegó a enjaretar algunos muletazos de mérito antes de que echara el freno. Calerito, asistido por su cuadrilla tras ser volteado por el segudo de la tarde. / Julio Muñoz / Efe El joven diestro de Aznalcóllar iba a volver a gustarse de capa con el quinto al que cuajó el clásico cartucho de 'pescao' en la obertura de una faena que iba a quedar interrumpida por una impresionante voltereta. Calerito se desasió de las asistencias en el portón de la enfermería y volvió a la cara del toro, desgranando muletazos de excelente corte antes de volver a ser alcanzado sufriendo un fortísimo golpe en la rodilla. Visiblemente mermado, entraría a matar cojeando dejando un pinchazo y una estocada que desataron una fuerte petición de trofeo que el palco no atendió aunque sí tuvo fuerzas para dar una aclamada vuelta al ruedo. Ingresó en la enfermería donde fue derivado a un centro hospitalario con pronóstico grave. Samuel Navalón da un pase a uno de sus astados este domingo, en Sevilla. / Julio Muñoz / Efe Samuel Navalón, finalmente, se presentaba en la plaza de la Maestranza como matador de toros. Lo hizo sin dejarse nada en el hotel, poniendo toda la carne en el asador con un tercero desentendido y de medios viajes y llegando a pasarse de rosca con un sexto deslucido en todo.
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