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Concordia » Saltograndeextra
Fecha: 28/04/2025 01:37
A pesar de alcanzar una cosecha cercana a las 8,5 toneladas por hectárea de arroz tipo comercial largo fino, marcando un rendimiento promedio provincial notable, los productores entrerrianos se encuentran inmersos en un preocupante escenario económico, caracterizado por un desplome del precio del cereal y elevados costos de producción. Según el reciente informe del Sistema de Información de Bolsa de Cereales de Entre Ríos (SIBER), la cotización en pesos de la tonelada de arroz cáscara ha experimentado una caída sostenida desde su punto máximo en enero de 2024, situándose incluso por debajo de los valores registrados a finales de 2023. Esta tendencia bajista, influenciada por la situación del mercado internacional, se ha acentuado en el contexto económico argentino. Contrariamente a la caída de los precios, los costos de producción han seguido una trayectoria ascendente, impulsados por la alta inflación. El SIBER señala incrementos significativos en el costo de la energía para el riego (gasoil y electricidad), así como en herbicidas y fertilizantes, entre otros insumos esenciales para el cultivo. En este ciclo productivo, los productores entrerrianos invirtieron alrededor de dos millones de pesos por hectárea. Este desembolso se traduce en un costo por tonelada que ronda los $ 235.000 (dependiendo del sistema de producción), sin incluir los gastos de secado y flete. Considerando que la producción predominante en la provincia es el arroz tipo comercial largo fino, con un precio de comercialización cercano a los $ 240.000 por tonelada, el análisis del SIBER revela un panorama desolador para los productores que trabajan en campos arrendados. Estos enfrentarían pérdidas económicas que oscilan entre el 4 % para quienes utilizan riego por represas, el 10 % para aquellos con riego por pozo con motor eléctrico, y hasta un 11 % de pérdidas para quienes dependen de pozos con motor a combustión. Incluso para los productores que trabajan en campos propios, la situación no es alentadora. Aquellos que utilizan riego desde pozo profundo con combustible apenas cubrirían sus costos totales, con una rentabilidad esperada de tan solo el 1 % al considerar gastos de estructura y otros costos directos. Para los productores con riego por pozo eléctrico, la rentabilidad se sitúa en un escaso 3 %. Este escenario de cosecha abundante pero rentabilidad en rojo plantea serios desafíos para el sector arrocero entrerriano, poniendo en riesgo la sostenibilidad económica de muchos productores y generando interrogantes sobre las políticas necesarias para revertir esta tendencia adversa.
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