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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 24/04/2025 04:31
Los libros de texto basados en inteligencia artificial tienen la capacidad de adaptar el contenido a las necesidades de cada estudiante. (EFE/Yonhap) El Ministerio de Educación de Corea del Sur anunció que, a partir de este año, comenzará a utilizar libros de texto con inteligencia artificial en algunas escuelas seleccionadas del país. La iniciativa fue difundida por el World Education Blog, una publicación de la Unesco, y forma parte de un plan más amplio de transformación digital del sistema educativo surcoreano. Los libros de texto basados en inteligencia artificial tienen la capacidad de adaptar el contenido a las necesidades de cada estudiante. Mediante el análisis de datos en tiempo real, la tecnología permite ajustar el nivel de dificultad de los ejercicios, ofrecer explicaciones alternativas y proponer rutas personalizadas de aprendizaje. Además, brindan retroalimentación inmediata, tanto para los estudiantes como para los docentes, lo que facilita un seguimiento continuo del proceso educativo. Según autoridades del Ministerio, esta herramienta contribuirá a reducir las brechas de rendimiento en el aula y a mejorar la calidad del aprendizaje. También permitirá actualizar los contenidos de forma constante, incorporando nuevos conocimientos y perspectivas sin necesidad de esperar la reedición de los materiales impresos. Especialistas en pedagogía valoran el potencial de esta tecnología para atender la diversidad de ritmos y estilos de aprendizaje. Señalan que puede resultar útil para detectar de manera temprana dificultades cognitivas o conceptuales, y para proponer estrategias de acompañamiento específicas. Asimismo, destacan que los libros con inteligencia artificial pueden incorporar recursos audiovisuales, simulaciones y ejercicios interactivos que enriquecen la experiencia educativa. Especialistas en pedagogía valoran el potencial para atender la diversidad de ritmos y estilos de aprendizaje, pero también señalan preocupaciones sobre el uso y la protección de los datos personales de los estudiantes, y la dependencia tecnológica (Imagen Ilustrativa Infobae) Sin embargo, la implementación de estos materiales genera también una serie de preocupaciones. Una de las principales tiene que ver con el uso y la protección de los datos personales de los estudiantes. Para que la inteligencia artificial funcione de manera efectiva, debe recopilar información sensible sobre los hábitos, el desempeño y las interacciones de cada usuario. Esto plantea interrogantes sobre la privacidad, la seguridad informática y la regulación del acceso a esos datos. Otra cuestión central es la dependencia tecnológica. Algunos expertos advierten que el protagonismo creciente de las herramientas automatizadas podría debilitar la función pedagógica de los docentes y transformar el vínculo educativo en una experiencia cada vez más mediada por algoritmos. Esto podría afectar el desarrollo de habilidades socioemocionales y reducir los espacios de intercambio humano en el aula. También se han planteado dudas sobre los criterios que determinan el contenido que ofrecen los libros de texto con inteligencia artificial. ¿Quién programa los algoritmos? ¿Cómo se garantiza que la información sea objetiva, culturalmente pertinente y libre de sesgos? Estas preguntas adquieren especial relevancia en un contexto global de creciente preocupación por la transparencia y la equidad en el uso de tecnologías educativas. Finalmente, la equidad en el acceso a estos recursos es otro de los desafíos que enfrenta la propuesta. No todas las escuelas cuentan con la infraestructura necesaria para implementar herramientas digitales avanzadas. Esto podría profundizar las desigualdades ya existentes entre instituciones con distintos niveles de financiamiento y desarrollo tecnológico. La experiencia de Corea del Sur será observada con atención por gobiernos, organismos internacionales y comunidades educativas de todo el mundo. Se trata de uno de los primeros casos de aplicación sistemática de inteligencia artificial en materiales curriculares obligatorios. La iniciativa representa una prueba concreta sobre las posibilidades y los límites de la innovación tecnológica en el marco de políticas públicas educativas.
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