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Concordia » El Heraldo
Fecha: 24/02/2025 01:42
Cuando Angela Merkel renunció al partido con el que fue canciller durante 16 años, Alemania perdió confianza en los democristianos conservadores y apostó por los socialdemócratas. Pero no ha durado ni un ciclo electoral completo. Menos de cuatro años después, el pueblo ha vuelto a depositar su confianza la Unión Cristianodemócrata (CDU). Con casi un 29% de los votos (más incluso que los que consiguió Scholz en 2021, a falta de que se confirmen los resultados definitivos), las elecciones alemanas confirman los datos que los sondeos llevan vaticinando desde noviembre, cuando el hasta ahora canciller, Olaf Scholz, perdió la cuestión de confianza y adelantó las elecciones, que debían haber sido dentro de siete meses, es decir, en septiembre. Así, a pesar del poco tiempo que los partidos tuvieron para preparar sus programas electorales, los votantes han decidido volver a la fórmula que funcionó durante 16 años con la esperanza de recuperar el rumbo económico de una Alemania que se encuentra en recesión. Tras el cierre de urnas a las siete de la tarde, los sondeos a pie de calle ya confirmaban lo vaticinado por los sondeos, una victoria para Merz y una alegría para Merkel, a esperas de conocer con qué partidos formará alianzas su partido. Y las cifras de participación han sido históricas, las más altas desde la reunificación alemana, con un porcentaje de participación muy superior al de 2021: ha terminado siendo de un 84% frente al 76,4% de población que votó en hace cuatro años. Su reto será unir a la CDU, convencer más allá de su propio campo y demostrar que es capaz de gobernar un país en plena transformación. Si lo consigue, pasará a la historia como el hombre que inició una nueva etapa en Alemania tras la era Merkel. Si fracasa, pasará a la historia como el eterno rival de la canciller, el hombre que esperó demasiado su momento. Scholz perdió el control de su Gobierno de coalición, la famosa alianza conocida como “la coalición semáforo”, cuando despidió a su ministro de finanzas, Christian Lindner, quien además era el líder del partido FDP. Una recesión económica sin frenos le llevaba pisando los talones durante los últimos dos años, en los que, por primera vez desde antes de que Merkel llegase al poder, el país dejaba de ser la locomotora de Europa. La guerra de Ucrania, que ha golpeado mucho a un país que dependía en gran medida del gas ruso, estalló poco después de que llegara al poder, y ya nunca pudo remontar una situación adversa. Las urnas le han castigado sin medias tintas: el partido alcanzó el 16% de los votos, una caída en picado del 25,74% que logró en 2021. Es el peor resultado de esta formación desde su fundación en 1887. Desde entonces, tanto en la República de Weimar, en el periodo de entreguerras, como en los más de 75 años de la República Federal, los socialdemócratas siempre superaron el umbral del 20% de los votos. Otro gran derrotado en estos comicios son Los Verdes, socios de Scholz en el gobierno, que apenas alcanzan el 13,5% de los votos. Así, los socialdemócratas han pasado de ser la principal fuerza política, ganadora de unas elecciones generales, al tercer puesto del podio, superados incluso por la ultraderecha, que ha logrado el 20% de los votos.
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