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» Diario Cordoba
Fecha: 24/02/2025 05:25
Aureliano Sáinz Martín reúne todas las cualidades para ser definido como un «hombre del Renacimiento». Natural de Alburquerque, un municipio de algo más de 5.000 habitantes enclavado en la Sierra de San Pedro de Badajoz –y del que también es oriundo Luis Landero, Premio Nacional de las Letras Españolas 2022–, este lector y melómano empedernido que suma ya 77 años es autor de numerosos artículos y publicaciones referidos al arte infantil, la imagen y la publicidad, como ¡Mírame! Teoría y práctica de los mensajes publicitarios. Comenzó su actividad profesional como arquitecto en el año 1975, labor que compatibilizó con la del diseño gráfico. Sus trabajos en este último ámbito se han centrado en el cartelismo, en el diseño de logotipos y de portadas de libros, así como en la maquetación de revistas. Miembro de diversos colectivos como Prometeo o Andalucía Laica, en el año 2000 recibió el Primer Premio de Investigaciones del Ayuntamiento de Córdoba por su obra Las ideas de la paz y de la violencia en los escolares. Análisis a través del dibujo. En la actualidad, Aureliano Sáinz imparte clases de Didáctica de la Expresión Plástica como profesor colaborador en la Facultad de Ciencias de la Educación y Psicología de la Universidad de Córdoba (UCO), donde ha ejercido como catedrático durante cerca de tres décadas. Padre de un hijo y abuelo de un nieto, Aureliano Sáinz presentó en 2022 Vida y muerte de don Álvaro de Luna. La historia del castillo de Alburquerque y la lucha para conservarlo, que bucea en la biografía del personaje más importante en el reino de Castilla en la primera mitad del siglo XV, además de recoger con detalle la lucha emprendida por la Asociación para la Defensa del Patrimonio para garantizar la conservación de la fortaleza que corona su ciudad natal. -¿Por qué decidió dedicar sus investigaciones al dibujo infantil? -Cuando accedí como docente a la Universidad de Córdoba, a finales de 1977, cayó en mis manos un libro magnífico sobre el arte infantil. Su autor era el psicólogo estadounidense de origen austríaco Viktor Lowenfeld y, su título en español, Desarrollo de la capacidad creadora. Esto me animó a seguir su línea, por lo que muy pronto comencé a investigar en las aulas, sea de modo directo o a través de mis alumnos, proponiendo a los escolares que realizaran de manera libre diversas temáticas aunque, con especial significación, dibujos sobre la familia. -En todo el tiempo que lleva dedicado a esta materia, ¿qué ha aprendido del dibujo infantil? -Mucho. Especialmente, que niños y niñas disfrutan verdaderamente cuando se les da libertad creativa y se les anima a que representen aquello que tienen en sus mentes, independientemente de sus niveles gráficos. Por otro lado, el dibujo de la familia es un medio singular para conocer sus desarrollos cognitivos y emocionales, al tiempo que nos muestran sus afectos con las personas que los rodean. -¿Cuáles son las principales emociones que pueden detectarse en el dibujo de un niño? -Al ser una actividad que realizan en el aula, manifiestan sus fantasías, sus deseos de ser queridos, sus necesidades de protección y sus niveles de autoestima. Pero también son capaces de transmitir o reflejar celos, miedos, rechazos hacia ciertos miembros del núcleo familiar y, en general, los problemas que surgen en cualquier hogar. En general, se aprecian las diversas formas familiares que se dan en la sociedad. -¿Y qué situaciones familiares se pueden estudiar en un dibujo? -Llevo muchos años investigando esta materia, de modo que tengo miles de dibujos archivados. Y sobre esa base documental puedo decir que aparecen todas las formas familiares que ahora conocemos, al tiempo que muestran, también, todo tipo de situaciones. -¿Considera el dibujo una herramienta eficaz para conocer los sentimientos de los niños? -Es una herramienta muy eficaz cuando se conoce la metodología de investigación y análisis que propongo en este libro. De lo contrario, si no se cuenta con la formación adecuada, se puede caer en la subjetividad y en la improvisación. Por otro lado, el dibujo es, muchas veces, el mejor medio para acceder a sus pensamientos y sentimientos, ya que ellos no son conscientes de que, a través de sus trazos, comunican sus ideas y sus emociones más recónditas. -¿Hay algún dibujo que recuerde especialmente? -Los dibujos que más me impactan son aquellos que manifiestan situaciones familiares muy dramáticas, como casos en los que se ha producido el fallecimiento del padre o de la madre. No obstante, debo apuntar que la mayoría de los niños son felices dentro de sus familias, por lo que expresan la vitalidad y la alegría del comienzo de la vida. Pero vaya, si tuviera que citar un dibujo, a modo de ejemplo, señalaría el primero de la portada del libro, obra de una chica de 13 años, que me parece una auténtica maravilla. -¿Ha podido constatar ya la incidencia que tiene el uso de los móviles entre los más pequeños? -Es cierto que la aparición de los móviles ha influido también en los niños, aunque conviene apuntar que en Andalucía está prohibido su uso en las aulas, por lo que la incidencia en clase no es tan significativa. No obstante, desde el punto de las escenas dibujadas, tiempo atrás comencé a ver que empezaban a aparecer dibujados los padres con los móviles, para pasar a casi todos los miembros en la actualidad. -¿En qué medida cree que afectan los dispositivos móviles a la salud mental o a la capacidad de concentración de los niños? -El uso abusivo de los móviles les está afectando de forma negativa. Es algo que está perfectamente estudiado, por lo que no son meras opiniones. Pierden capacidad de concentración, aumenta la irritabilidad e, incluso, algunos niños se vuelven agresivos si no se les deja el móvil. Creo que los padres deben ser conscientes de que en las primeras edades se juega gran parte del desarrollo cognitivo y emocional. Suscríbete para seguir leyendo
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