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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 23/02/2025 05:11
El ex presidente celebró un aniversario más de su primera posesión como presidente, el 18 de diciembre de 2024 en Chimoré, Bolivia (REUTERS/Patricia Pinto) Un clan familiar que tiene vigente y habilitada una sigla política en Bolivia, postulará al ex presidente Evo Morales (2006-2019) en las elecciones del 17 de agosto, pese a que existen fallos judiciales que impiden su candidatura. Morales perdió la jefatura del Movimiento Al Socialismo (MAS), que había liderado por más de 20 años, debido a un polémico dictamen del Tribunal Constitucional Plurinacional que validó el nombramiento de un aliado de Luis Arce para zanjar la disputa interna entre ambos por el control del partido. En ese marco, el ex mandatario anunció el jueves que participará en las elecciones a través de una alianza con el Frente Para la Victoria (FPV). Según registros oficiales, el FPV es una organización política vinculada a la familia Rodríguez Calle, que prácticamente no tiene militancia. Nació como organización política en 2009 luego de presentar algo más de 62 mil firmas válidas. Su antecesor es el Frente Patriótico Agropecuario de Bolivia (Frepab) -vinculado al peruano Frepap, de origen religioso y conservador- que dejó de existir luego de que perder las elecciones generales de 2005 sin llegar al mínimo requerido de votos para mantener vigente un partido en Bolivia. El candidato era Eliseo Rodríguez, un boliviano de padre peruano, que también era dueño del partido y que salió penúltimo en la votación con el 0,3% de los votos. Tras la pérdida esa sigla, la familia Rodríguez se puso en campaña para crear un nuevo partido y pocos años más tarde, Rodríguez junto a su esposa Gregoria Calle y sus hijos fundaron el FPV, con el que casi toda la familia ha candidateado a diferentes cargos. Eliseo Rodríguez, cuando era candidato a la Presidencia en 2005 por el partido Frepab, antecesor del Frente Para la Victoria (Foto: BBC) En el año 2010, el novel partido debutó en las elecciones regionales del país en medio de acusaciones de cobrar a los postulantes para mantener sus candidaturas. “Al parecer este partido es un clan familiar cuyo negocio es la personería jurídica”, declaró entonces el ex diputado Amilcar Barral, citado en la publicación “Análisis partidario rumbo a las Elecciones Generales de 2019”, del abogado e investigador Paul Coca. A nivel nacional, la organización política ha participado en las últimas dos elecciones, entre denuncias de plagio de un plan de Gobierno de un político peruano. En la votación de 2019, se presentó a la Presidencia uno de los hijos de Eliseo Rodríguez, Israel, que entonces tenía 31 años, y que en entrevistas de campaña se presentó como un joven “liberal y conservador”, y se declaró admirador de Donald Trump y Jair Bolsonaro. También fue crítico de Evo Morales, actual aliado de su familia. En un encuentro con los medios, dijo que si la elección iba a segunda vuelta, apoyaría a cualquiera que le pueda hacer frente al entonces jefe del MAS. En aquellas elecciones, Israel Rodríguez Calle, a quien nadie en Bolivia conocía hasta que su nombre apareció en los registros del Tribunal Supremo Electoral, salió último en la votación, con el 0,3% de los votos pero se salvó de perder la sigla gracias a que esas elecciones fueron anuladas por indicios de fraude. Un año más tarde, en las elecciones de 2020 que ganó Luis Arce, los Rodríguez postularon a Chi Hyung Chung como candidato del FPV, un empresario y pastor evangélico de origen coreano que el año anterior se había presentado a las elecciones con otro partido y salió tercero, presentándose como outsider con un discurso ultraconservador. Israel, hijo de Eliseo Rodríguez, cuando era candidato a la Presidencia en 2019 (Foto: APG) Para las elecciones venideras del 17 de agosto de 2025, el partido selló una alianza con el ex presidente Morales, un acuerdo con un futuro dudoso por los obstáculos legales que enfrenta el líder cocalero para postular a la Presidencia. De concretarse su candidatura, mediante algún artilugio jurídico poco viable, posiblemente tendrá que enfrentar desacuerdos y contrapesos con el jefe de su nuevo partido ya que según los estatutos del FPV quien toma las decisiones es Rodríguez, no el candidato de turno. Los límites internos no tardaron en aparecer. Al día siguiente del anuncio, uno de los hijos de Eliseo, Henry, subjefe nacional de FPV, aclaró que el acuerdo con Morales no implica entregarle el partido, que es solo un “invitado” y que las candidaturas a la vicepresidencia y al Órgano Legislativo serán tomadas de “manera consensuada”, en un escenario inédito para Morales, que hasta hace poco concentraba el poder del MAS y era por quien pasaban todas las decisiones. No es la primera vez que los Rodríguez “reciclan” a alguien de las filas masistas. En comicios anteriores, el ex vocero gubernamental de Morales, Álex Contreras, fue candidato a la Alcaldía de Cochabamba por el FPV, del cual terminó siendo expulsado por presuntamente haber hecho comentarios negativos contra la cúpula del partido. En declaraciones previas al anuncio de la alianza con el ex presidente, Contreras manifestó que no sería de extrañar que Morales firmara con el FPV a cambio de dinero. “No es préstamo, es alquilar la sigla por una buena cantidad de dólares americanos”, manifestó en declaraciones al canal DTV y dijo que lo afirmaba “conociendo los antecedentes del FPV”. Eliseo Rodríguez ha negado esa versión en una entrevista en el programa No Mentirás. Dijo que quienes lo acusan de tener un “taxi partido” dispuesto a venderse a al mejor postor, hablan “por ignorancia” de cómo funcionan los frentes políticos. El momento en el que Morales y Rodríguez se saludan tras anunciar el acuerdo político (Foto: Prensa Local) Aunque las condiciones del acuerdo no se han dado a conocer, los analistas consideran que este acuerdo es pragmático y no tiene una vinculación ideológica, pero plantea un nuevo desafío para el político experimentado que es Morales: o toma el control jurídico del partido o negocia las decisiones con la familia Rodríguez. Por los antecedentes y el estilo de liderazgo del ex presidente, el analista Carlos Saavedra cree que el acuerdo le dará ciertas libertades. “Evo no es muy amigo de negociar las cosas con nadie y le gusta tener más control, no creo que haya cerrado un acuerdo para estar negociando todo el tiempo”, manifestó en entrevista con Infobae. La definición del binomio y otras candidaturas darán las primeras señales.
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