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  • El camino hacia la educación superior y la incertidumbre de elegir una carrera

    » La Capital

    Fecha: 23/02/2025 10:23

    En pleno febrero las instituciones públicas y privadas de educación superior continúan con la inscripción para sus distintas carreras. Las expectativas de salida laboral, la vocación y el interés intelectual son algunas de las claves que suelen determinan la elección por una u otra oferta académica, ya sea para un terciario o la universidad. Para Sergio Rascován, especialista en orientación vocacional, es necesario en este tiempo aprender a convivir con la incertidumbre e invita a escaparle a las "recetas" que anticipan certezas sobre el futuro de estudios de los jóvenes. "Yo trato de resistirme a la idea de pensar en términos de claves para la elección de una carrera, porque sería caer en la trampa de recetas que permitan facilitar a alguien una tarea compleja, como es la de decidir sobre qué estudiar", dijo Rascován, licenciado en psicología, magíster en salud mental comunitaria y expresidente de la Asociación de Profesionales de la Orientación de la República Argentina (Apora). "Hay un exceso tramposo de servicios que prometen algo que no se puede ofrecer, porque justamente la falta de certezas es inherente a la condición humana. La idea es convivir con la incertidumbre de no saber de manera categórica cuál es la carrera para cada uno, porque en realidad no la hay, es un proceso de exploración que tiene una apuesta cuando uno se inscribe", señaló a La Capital . En este sentido, advirtió que si bien el ingresante debe buscar referencias y tener la mayor cantidad de información, "cada carrera implica una experiencia académica nueva y lo mismo ocurre después con la experiencia profesional". Según una reciente encuesta nacional a estudiantes de quinto año de escuelas secundarias realizada por la Apora , respecto al rol asignado al estudio para el logro de las expectativas futuras, "estudiar" sin ningún agregado es concebido como importante y muy importante por el 79% de las y los estudiantes, el mismo porcentaje que "estudiar para obtener dinero". La importancia de "estudiar para conseguir un empleo" es del 76%, mientras que "estudiar para desarrollarse intelectualmente" es del 74%. Por su parte, "estudiar para obtener satisfacción personal" es del 72%. Debajo de estos guarismos se encuentran, con un porcentaje bastante inferior "estudiar para ayudar a cambiar algo de la realidad social" con solo el 53%, porcentaje similar al ítem "estudiar para inventar, descubrir o crear algo". Por su parte, "estudiar para desarrollar un autoempleo" es del 59%. Por último, la opción "estudiar para hacer algo que me permita ser famoso y sobresalir" es considerado entre importante y muy importante en tan sólo un 35%. Entre los ítems agregados en esta investigación figura "estudiar para conseguir empleo en otro país" que es considerado entre importante y muy importante en 6 de cada 10 encuestados. La encuesta fue difundida a fines de 2024, lleva por título "Las elecciones vocacionales de los jóvenes escolarizados" y tiene su antecedente en una investigación realizada por Rascován en el año 2002, actualizada y ampliada en 2006 y 2010. Imaginarios de una carrera "Si algo podemos aportar desde un lugar profesional es desestimar las expectativas de certeza sobre una carrera", señaló Rascován. Para el especialista, un camino paralelo a transitar está marcado por reconocer los imaginarios sociales relacionados con las distintas carreras, las expectativas económicas y hasta las familiares que a veces se generan. "No es lo mismo elegir algo cuando hay un estímulo o un aval familiar que cuando es más resistido", dijo. "La idea —agregó Racován—sería que quien quiere hacer una carrera pueda conectarse con estos distintos elementos que operan a la hora de elegir y que pueda tratar de ubicar qué se le juega a cada uno a la hora de tomar esa decisión, qué voy a priorizar, qué me motiva. Lo que cada uno va a poner en juego a la hora de elegir. Por eso lo que podemos hacer es invitar a los jóvenes a evitar hacerse trampas, en el sentido de elegir algo que sintonice con una expectativa social, cuando en realidad lo que los motive sea otra cosa. Y conversar sobre estos temas entre pares o en familia. Conversando es posible que se puedan ir aclarando cosas y nutrirse con otra mirada que puede colaborar a tomar una decisión. Porque después se trata de entrar a la cancha y jugar el partido".

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