29/12/2025 06:46
29/12/2025 06:45
29/12/2025 06:45
29/12/2025 06:44
29/12/2025 06:42
29/12/2025 06:41
29/12/2025 06:41
29/12/2025 06:39
29/12/2025 06:39
29/12/2025 06:39
» Nuevo Diario
Fecha: 29/12/2025 03:31
El cierre de 2025 encuentra a Salta frente a un escenario tan doloroso como preocupante para mujeres y disidencias. La violencia de género no sólo no cede: se profundiza, se diversifica y se vuelve más cruel, mientras las respuestas del Estado aparecen fragmentadas, tardías o directamente ausentes todo en línea con una realidad nacional igual o más dolorosa. En diálogo con la periodista feminista, Natalia Nieto, el repaso resulta urgente. Estamos hablando de un contexto nacional marcado por ajustes y recortes, pero también por una decisión política clara: las prioridades ya no son las de género, sintetizó Nieto. Y fue directa al núcleo del problema: Este gobierno nacional atacó sistemáticamente a mujeres de incidencia desde la campaña. Lo que parecían solo discursos de odio terminaron en hechos concretos: eliminación de programas, recortes presupuestarios y manos atadas para prevenir y erradicar la violencia de género, dijo en relación a los primeros dos años de la presidencia de Javier Milei. Violencia que escala y vidas que se pierden La periodista describió el impacto real de estas decisiones: Si aumentan los discursos de odio y se retrocede en derechos, aumentan las vulnerabilidades y las opresiones. Y eso se paga con la vida de las mujeres. En ese marco, recordó que en Argentina se registra un feminicidio cada 24 horas, una cifra récord desde el inicio de la democracia. En Salta, el panorama no es menos grave. Según el Registro Provincial de Femicidios y Muertes Violentas y Dudosas de Mujeres, actualizado al 17 de diciembre, se contabilizan 27 muertes violentas o dudosas en lo que va del año. Hoy las muertes dudosas se investigan como feminicidios a partir de los protocolos del Ministerio Público Fiscal. Eso amplía la mirada, pero también muestra la dimensión real del problema, explicó Nieto. No obstante, y en esa línea, advirtió que reducir el análisis a números sería un error: La violencia de género no es solo el femicidio. Es el ataque cotidiano, como el caso reciente de una mujer de 24 años agredida brutalmente por su expareja, que le cortó parte de las manos con un cuchillo. Es la cuota alimentaria que no se paga, el hostigamiento, el control, el miedo permanente. Disidencias bajo alerta: transfeminicidio y violencia institucional El balance se vuelve aún más crítico al incorporar la situación de las disidencias. Hay una alerta concreta desde la Mesa de la Diversidad en Salta, remarcó Nieto, al referirse al caso de Fernanda Arias, cuya muerte es denunciada por las organizaciones como un transfemicidio institucional. La consigna es clara: nadie se suicida en una comisaría, recordó la periodista, aludiendo a las sospechas que pesan sobre la Comisaría de Rosario de Lerma, donde Fernanda había sido demorada por una contravención y de donde salió muerta. La sospecha de crimen de odio es concreta y gravísima. Y esto ocurre en una provincia donde las tasas de ataques a mujeres y personas trans son históricamente más altas. Discursos de odio Para Nieto, el contexto político es un factor central. Ya no se trata solo de una cuestión regional o cultural. Hay un caldo de cultivo perfecto para la misoginia, fomentado desde los discursos del poder, sostuvo. Y fue explícita: Cuando desde arriba se naturalizan expresiones violentas, obscenas, sin límite, eso se traslada a lo concreto. La apología de la violencia termina en ataques reales. En ese sentido, advirtió sobre el peligro de minimizar el impacto simbólico de estos mensajes: Después nos preguntamos cómo alguien puede entrar a un lugar donde viven mujeres lesbianas y prender fuego todo por odio. Pero eso no surge de la nada, ello en relación al triple lesbicidio que sucedió en Barracas (CABA), despertando las alarmas sobre los crecientes discursos odiantes. Justicia que revictimiza y no protege Uno de los ejes más duros del diagnóstico de la comunicadora feminista fue el funcionamiento del sistema judicial. La justicia revictimiza de manera sistemática, afirmó Nieto. Las mujeres pasan por una verdadera picadora de carne: declarar una y otra vez, revivir el trauma, mientras los distintos fueros no se comunican entre sí. Describió situaciones recurrentes: Tenés una causa de violencia por un lado y, por otro, un juzgado de familia que otorga la responsabilidad parental al padre violento porque no sabía de la denuncia. Son universos paralelos que desgastan y destruyen, ejemplificando con casos emblemáticos. Las cifras confirman el colapso: en Salta se dictan entre dos y tres medidas de restricción por hora, pero muchas no se controlan ni se cumplen. El 17% de las víctimas tenía denuncias previas y el 10% contaba con medidas de protección al momento de ser asesinada. Eso habla de una ineficacia brutal del sistema, sentenció. Políticas desdibujadas El retroceso también se expresa en el plano institucional. La Secretaría de las Mujeres existe, pero no designar una sucesora es una señal política clarísima, sostuvo Nieto, en relación a la salida de la ahora ex titular del área Itatí Carrique en junio de este año. Si bien la dependencia continúa funcionando con programas formativos como Constructoras, entre otros, es cierto que el radio de alcance de las políticas no es abarcativo a la alarmante problemática. Recordó la comunicadora en ese sentido que Salta lleva once años en emergencia por violencia de género, pero el énfasis y los recursos no están a la altura de esa realidad. Aunque reconoció la continuidad de algunos programas, como el de formación en oficios para mujeres, fue clara: No alcanza. La tarea central es la prevención, la educación, la concientización. Y eso se debilita cuando se recortan fondos, se desmantelan políticas nacionales y se vacía la Educación Sexual Integral. Un 2026 que preocupa El balance de 2025 deja cifras estremecedoras: 174 femicidios directos en el país, 23 vinculados, 3 transfemicidios y 8 instigaciones al suicidio. Más de 170 niñas y niños quedaron sin sus madres este año. El impacto del femicidio no termina en la víctima: arrasa familias enteras, recordó Nieto. De cara a 2026, el panorama no es alentador. Se espera un recorte aún mayor en todo lo que tiene que ver con género. Y la violencia no baja: aumenta, advirtió. Sin embargo, también dejó una definición que funciona como anclaje frente al retroceso: Hay una gesta feminista permanente y fuerte. Y en ese aspecto destacó la importancia en la construcción de redes de contención, y el trabajo con instituciones, y en los mismos grupos de periodistas feministas. En un contexto de discursos de odio, justicia machista y políticas desdibujadas, ser feminista no es tan sencillo ni tan cómodo para muchos, agregó: defender derechos cuesta más, pero callar, no es una opción. Tal vez cambian las formas, pero el feminismo sigue siendo una perspectiva de derechos, la idea básica de que todas las personas somos iguales y merecemos vivir sin violencia, concluyó.
Ver noticia original