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» InfoNews
Fecha: 27/12/2025 00:33
En un hecho que hace crecer el escándalo por el oro que el Banco Central envió fuera de la Argentina sin que se haya dado ninguna explicación, ahora la entidad oficial reconoce que no existen contratos que documenten el envío al exterior de lingotes de oro por casi USD 5.000 millones (aproximadamente 3.000 lingotes) por lo que no hay forma de saber con precisión dónde están ni en qué condiciones se encuentran esos activos estratégicos. El caso estalló cuando la Auditoría General de la Nación (AGN) informó a la Comisión Mixta Revisora ??de Cuentas del Congreso que el BCRA, conducido por Santiago Bausili, bloqueó las tareas de control sobre los lingotes de oro remitidos al exterior durante 2024, invocando confidencialidad y ofreciendo solo una consulta a pantalla sin posibilidad de copias, fotos ni toma de notas. Esa modalidad, advirtieron los auditores, regresaron técnicamente imposible elaborar un informe serio sobre el destino del oro argentino. Tras meses de intimaciones, la AGN recomendó al Congreso avanzar con una demanda judicial por entorpecimiento de la labor de control, mientras en paralelo la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal ordenó al Banco Central entregar la información vinculada al envío de lingotes al exterior. Sin embargo, la respuesta oficial del BCRA abrió un nuevo capítulo: la entidad comunicó que los contratos de colocación de esos lingotes no existen a la fecha ni los había al 31/12/2024. Esa admisión implica que no hay documentación contractual que respalde cómo, dónde y bajo qué términos se colocaron los lingotes equivalentes a 4.981 millones de dólares, ni con el Banco de Pagos Internacionales (BIS) ni con otros depositarios. El propio servicio jurídico del Central afirmó que tampoco emitió dictámenes porque no hay contratos, lo que deja al organismo sin soporte legal escrito sobre una operación de altísimo impacto patrimonial. Dentro de la AGN, la falta de contratos se disparó todo tipo de especulaciones: desde la imposibilidad lisa y llana de auditar la operatoria hasta la hipótesis de que parte del oro se haya transformado en liquidez financiera, algo que por ahora no puede comprobarse por la opacidad del BCRA. No podemos saber dónde está específicamente el oro, había graficado en septiembre Juan Manuel Olmos, presidente de la Auditoría, al describir el punto muerto en que había quedado el proceso de control. El escenario institucional se modificó en las últimas horas con la jura de los nuevos auditores de la AGN Mónica Almada, Pamela Calletti y Juan Ignacio Forlón, lo que habilita formalmente al organismo a impulsar acciones judiciales en defensa de sus facultades constitucionales y de las normas de acceso a la información pública. Pese a las trabas del Banco Central, la AGN ya cuenta con el cuerpo colegiado completo para avanzar en la investigación y exigir por vía judicial el esclarecimiento del derrotero de los lingotes. Para la Auditoría, el argumento de la confidencialidad no justifica el bloqueo actual: recuerdan que en otras auditorías sensibles, como la de las vacunas contra el Covid o el informe sobre los procedimientos de administración de reservas internacionales, el BCRA entregó documentación y evidencias en formatos que permitieron un análisis riguroso. La pregunta que ahora se abre, frente a una operatoria multimillonaria sin contratos identificables, es directa e inquietante: ¿qué pasó con el oro que el Banco Central envió al exterior y quién se hará responsable de explicar su desfile ante el Congreso y la sociedad?
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