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» TN
Fecha: 27/12/2025 05:43
El horizonte de 2026 encuentra a un mercado inmobiliario argentino que vuelve a tomar impulso tras el retorno de los créditos hipotecarios UVA (según la Fundación Tejido Urbano, hasta octubre ya se entregaron más de 35.000 préstamos en todo el país), consolidando la recuperación que comenzó 18 meses atrás. Luego de un año de mayor movimiento en el Real Estate, la oferta de financiamiento se desaceleró durante el proceso electoral. Pero ahora, las perspectivas vuelven a mejorar acompañadas por la expectativa de una economía más estable, aunque persiste una señal de alerta: varios bancos ya aumentaron sus tasas más de ocho veces desde mayo de 2024 y, en entidades como Galicia, Santander o Macro, los valores rozan el 15%. En contraste, el Banco Nación que sigue recibiendo unas 5.000 solicitudes mensuales mantiene la tasa más baja del mercado, con un 6% para clientes y 12% para no clientes. Leé también: El Gobierno busca evitar la entrega de acciones de Aerolíneas y el Banco Nación a un fondo buitre Entre los analistas del sector prevalece la idea de que la tendencia es positiva, aunque sujeta a la evolución macroeconómica y a la capacidad del sistema financiero de ampliar el fondeo disponible. Las tasas actuales todavía se mantienen por encima de los estándares internacionales, pero ya se mueven en un marco más ordenado y empiezan a insinuar un descenso paulatino. Si ese escenario avanza, 2026 podría transformarse en un punto de quiebre: el regreso del crédito como sostén estructural del mercado y no solo como una herramienta ocasional. Germán Gómez Picasso, de Reporte Inmobiliario, destacó: Las subas de tasas de los últimos meses no lograron que la demanda baje. Se solicitan créditos, sobre todo en la banca oficial, que mantuvo tasas más bajas en general. Hacia la normalización de las tasas En este capítulo, el comportamiento de las tasas refleja la búsqueda de un equilibrio dentro de un mercado históricamente sensible a los cambios macroeconómicos. La condición central es reducir el riesgo para que la oferta de financiamiento pueda sostenerse en el tiempo. El economista Federico González Rouco, especializado en mercado inmobiliario y de Empiria Consultores, analizó que lo del último año en el mercado de crédito hipotecario es que la gran mayoría de los bancos habían empezado a subir las tasas por liquidez, problemas para poder afrontar la demanda y la necesidad de empezar a hacer que sus tasas sean coherentes con los valores que se venían pagando en el mercado de activos indexados a la inflación. También remarcó que tras las elecciones, se descomprimen las tasas, bajó el riesgo país y empezó a haber un poco más de certidumbre. Ahora empieza la reacción a eso también. Las tasas deberían bajar. Quedaron muy altas en el largo plazo, pero también lo que vimos es que un banco en particular bajó la tasa, aunque en paralelo puso requisitos muy exigentes en términos de ingreso y de inversión. El movimiento más visible provino del Banco Nación, que ajustó su tasa del 4,5% al 6%. González Rouco explicó que esta suba funciona como una señal de sostenibilidad: una tasa tan baja como la anterior era difícil de sostener en un país con una macroeconomía más inestable que la de otros países de referencia. En cuanto a la tasa de equilibrio, proyectó: Creo que la tasa de largo plazo de Argentina, al menos por un tiempo, está más cerca del 7% u 8% que del 4%, pero muy por debajo del 12% o 15%. En el mediano plazo lo que vamos a ver es que las tasas deberían ir hacia esos niveles, siempre y cuando se consoliden estos actuales niveles como en el contexto financiero, con menor riesgo país y estabilidad. Hasta que eso esté garantizado, posiblemente vamos a ver la actividad de las tasas también y que no todas bajan al mismo ritmo. El desafío de la liquidez y la estructura financiera En paralelo, el crédito hipotecario sigue condicionado por cuestiones estructurales que exceden el corto plazo: liquidez limitada, ausencia de un mercado profundizado y carencia de mecanismos de fondeo de largo plazo. En este punto, Marta Liotto, presidenta del Colegio Profesional Inmobiliario porteño, aportó una mirada centrada en la demanda real: Para que 2026 sea un año verdaderamente superador, el objetivo fundamental es contar con líneas de créditos hipotecarios de largo plazo, entre 15 y 30 años, y con tasas mucho más bajas que las actuales. Todo depende de que tengamos un escenario estable y previsible. Liotto enfatizó que la incertidumbre es el principal freno para las familias: La gente tiene miedo. Son muchísimas las familias que se acercan a las inmobiliarias para preguntar cómo vemos el año que viene. Si no hay estabilidad política y económica, si no hay previsibilidad, es muy difícil que puedan cumplir el sueño de la vivienda propia. Según explicó, las inmobiliarias reciben consultas constantes incluso cuando los precios se perciben razonables: Si los créditos no se ajustan a la realidad de la clase media, clase media baja y clase baja, será difícil que puedan acceder. Necesitamos estabilidad a la vuelta de la esquina. Liotto también subrayó que el sistema financiero debe acelerar el proceso de dinamizar escrituras: El Banco Nación está trabajando para que las escrituras salgan más rápido y, si eso ocurre, es probable que otros bancos se sumen. Lo que necesitamos es disponibilidad real de crédito y tasas que vayan bajando de manera gradual. Perspectivas de precios, sueldos y escrituras En materia de precios y actividad, el mercado observa una recuperación sostenida que se potencia con el regreso de los créditos. Juan Manuel Tapiola, CEO de Spazios, sostuvo que la tendencia hacia tasas más bajas es firme, aunque todavía incipiente. Las tasas están altas. La evolución dependerá de la liquidez y de las expectativas: A medida que haya más liquidez en el mercado, las tasas van a empezar a bajar y probablemente converjan con las de la banca pública. Sobre 2026, se mostró optimista: Las perspectivas generales son buenas por el crédito hipotecario y porque esperamos que suban los precios. Habrá más rentabilidad y más proyectos. La demanda va a subir porque subirán los sueldos y eso permitirá que más gente acceda a la vivienda. Gómez Picasso coincidió en ese diagnóstico: El año termina con números únicos. La demanda actuó muy bien durante todo 2025 y las perspectivas para 2026 parecen ser muy buenas. Están dadas todas las condiciones. Leé también: La Casa Rosada acordó con otras dos provincias la eliminación de las retenciones al petróleo El movimiento en la provincia de Buenos Aires refuerza este escenario: octubre fue el mejor desde 2000, con más de 15.000 compraventas. Liotto destacó que este nivel de escrituras es un termómetro claro: Hoy vemos mucha más oferta, carpetas arriba del escritorio y diversidad de opciones, algo que no teníamos hace un tiempo. Según Gómez Picasso, la tendencia de tasas a la baja seguirá siendo gradual y marcará el ritmo del mercado. Concluyó: En un contexto de mayor oferta, más operaciones y expectativas de estabilidad, el crédito vuelve a posicionarse como una pieza central para el crecimiento del sector en los próximos años.
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