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  • El arzobispo de Paraná devuelve al cura Jacob a un cargo de relevancia – Entre Ríos Ahora

    Concordia » Entre Rios Ahora

    Fecha: 14/12/2025 00:03

    El arzobispo de Paraná, Raúl Martín, designó al cura Eduardo Rafael Jacob, exrector del Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo, actual vicario en San José de Feliciano, en el cargo de vicario episcopal para el Clero. También, fueron nombrados el titular de Cáritas, Esteban Madrid Paez, como vicario de Pastoral, tarea que cumplirá junto al sacerdote Claudio Masutti. Los oficios de Vicarios Episcopales se constituyen para ayudar al obispo diocesano en el ejercicio de gobierno pastoral de la Diócesis, en un espíritu de comunión y de servicio al Pueblo de Dios. Eduardo Rafael Jacob nació el 6 de julio de 1971 en Aldea Santa María, a 60 kilómetros de Paraná. Culminó su formación sacerdotal en el mismo Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo y recibió la ordenación sacerdotal el 5 de abril de 1997. Esteban Madrid Páez nació el 24 de junio de 1983 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Realizó su formación en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo, siendo ordenado el 8 de noviembre de 2008. Obtuvo una Licenciatura y Doctorado en la Academia Alfonsiana, dependiente de la Pontificia Universidad Lateranense, en Roma. Finalmente, Claudio Germán Massutti nació el 9 de marzo de 1985. Tras completar su formación sacerdotal en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo, fue ordenado sacerdote el 5 de noviembre de 2011. Además de su ministerio, cuenta con una formación académica como Licenciado en Catequética. Respecto de Jacob, ocupó el cargo de rector del Seminario de Paraná, función que asumió en los primeros días de enero de 2013. Entonces, se conoció que el arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, aceptó la renuncia presentada por quien cumplía la función de rector del Seminario Arquidiocesano, Mario Alberto Haller, quien había asumido en el cargo en 2005, en reemplazo de Ramón Dus, entonces designado obispo de Reconquista, Santa Fe. Entre otras medidas que decidió entonces, luego de la implosión del caso del cura Justo José Ilarraz, Puiggari también relevó del cargo de delegado episcopal de Educación al exsacerdote José Francisco Dumoulin, y lo trasladó de Paraná a Villaguay. Luego, a finales de 2015, Dumoulin terminaría renunciando en medio de duras acusaciones por encubrimiento contra la cúpula de la Iglesia en torno al caso Ilarraz. También junto con esas medidas internas, la Iglesia aceptó la renuncia a su cargo de párroco en Nuestra Señora del Carmen de Nogoyá del cura Javier Balcar, quien luego fue trasladado a la Parroquia del Carmen, en Paraná, de donde también renunció. Luego de vivir bajo el ala de Puiggari en la casa episcopal de la Costanera, fue enviado a Lucas González, para cubrir la vacante que dejó el cura condenado por abusos a menores Juan Diego Escobar Gaviria. Jacob fue testigo en la investigación diocesana que ordenó realizar en 1995 el entonces arzobispo Estanislao Esteban Karlic, y que tuvo a su cargo el cura abogado Silvio Fariña Vaccarezza. Su testimonio quedó incorporado al expediente que la curia envió a la Justicia, y que se agregó al expediente “Ilarraz Justo José s/Promoción a la corrupción agravada”, una investigación penal que está a punto de ir a juicio oral. Karlic había puesto sobre los hombros de Fariña llevar adelante el sumario contra Ilarraz. La disposición se conoció el 5 de julio de 1995 ante la sospecha de que había cometido “delitos graves” mientras integró el equipo de superiores del Seminario Arquidiocesano. El día 24 de julio Karlic designó al sacerdote Luis Zanitti promotor de justicia y le asigna la tarea de revisar lo hecho por Fariña Vaccarezza en el caso Ilarraz; cinco días después, Zanitti informa a Karlic que se había actuado bajo normas, y recomienda elevar todo a Roma. Concluido ese proceso interno, de forma rápida, Karlic firmó el 18 de diciembre de 1996 un decreto sin numerar por el que dispuso una sanción muy leve: sólo le prohibió al cura “venir y permanecer en el territorio de la Arquidiócesis de Paraná, así como tener comunicación de cualquier tipo con los seminaristas”. En el expediente judicial se menciona que Jacob habló “también de ciertas conductas y acercamientos incómodos” hacia él mismo de arte de Ilarraz. «Se sentaba en mi cama, me acariciaba la cara, me pedía una amistad más cercana, y vi también que se sentaba en otras camas, pero no sé què es lo que les hacía», contó en aquella investigación que mandó a hacer Karlic y que reunió testimonios de seminaristas sin asistencia legal. A todos los que testimoniaron les tomaron dos juramentos: decir verdad y no revelar nada de lo que allí contasen. De la Redacción de Entre Ríos Ahora

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