26/11/2025 21:47
26/11/2025 21:47
26/11/2025 21:47
26/11/2025 21:46
26/11/2025 21:46
26/11/2025 21:46
26/11/2025 21:46
26/11/2025 21:45
26/11/2025 21:45
26/11/2025 21:45
Concepcion del Uruguay » Miercoles Digital
Fecha: 26/11/2025 20:19
El fantasmal colaborador de EL MIÉRCOLES nos acercó esta columna donde parece terciar en la polémica generada en Entre Ríos por el premio en el Salón de Arte Textil. Aquí anuncia que demandará al Estado provincial y otras cosas que no comprendimos muy bien respecto de reescrituras literarias y otros bordados. Todo, por supuesto, de la pluma de Isaías Gottlieb, en una suerte de carta abierta de cuya redacción y autoría responsabilizamos íntegramente a ese irresponsable. La Redacción no se hace cargo de nada. Obvio. Por ISAÍAS GOTTLIEB Estimados todos: Comunico a la comunidad artística (muy vasta, ya que en esta provincia todos son bastante artistas, convengamos, y cualquiera con algo de tiempo libre cree estar resignificando toda la historia del arte) que impugnaré los concursos más recientes realizados en el mundo editorial y visual. Ajá. Mi indignación es ancha y ajena. Rechazaron mi trabajo en el concurso Abelardo Castillo. Y luego me entero de que ese premio insigne quedó desierto. ¡Cómo desierto, carajo, si yo mandé mi bordado allí y era el mejor bordado del cosmos! Pero eso no es lo peor: en el concurso de Arte Textil, yo también me presenté. No con un bordado, sino con un cuento que me premiaron el año pasado en el de Arte Textual de Las Lechiguanas, y que, después de una atenta lectura del Pierre Menard de Borges, reeeescribí de cero (con varias “e” porque era la tercera o cuarta vez que lo hacía). Y eso es como bordar: textual, textil, las palabras también se bordan ¿o no? Eso sí, lo reescribí, palabra por palabra, con delectación de guevarista, siguiendo con porfiada rigurosidad cada morfema flexivo, cada morfema derivativo, cada signo de puntuación que ya había escrito antes, de modo de resignificar la jerarquía sintáctico-lógica de las proposiciones, y elevarla a un plano nuevo, casi metafísico. Tomá pa vo. Me dicen, los muy gronchos, que descalificaron mis obras en ambos concursos. En uno no premiaron a nadie, lo declararon desierto. En el otro, mirá si serán mersas, premiaron a Ferny Kosiak, que es como un Pierre Menard pero de sí mismo... y con hilo perlé. Valiente cosa. El caso es que he decidido demandar a la Fundación La Balandra (que convocó al premio Abelardo Castillo) y al Gobierno de Entre Ríos (por el de Arte Textil). A la vez, en el mismo juzgado y con el mismo abogado, mi letrado de confianza, el Dr. Caracara Plancus, más conocido como “Carancho” por sus amistades... y sus damnificados. Es más: cité a Ferny, el laborioso efebo bordador, para que me salga de testigo. Aun no ha respondido, pero no dudo de que lo hará, de tan transgresor que es. Kosiak que pasan. Lo que me agobia es que sé con certeza digna de las grandes almas que hay una conspiración homofóbica, antisemítica, posmodérnica, psicoanalista-lacaniana y neuropositivista y con algún toque vegano, contra mí y contra mi obra. Me agobia, sí, pero no me frena: mis valores éticos están por sobre todo. Así que voy a tratar de lograr que haya justicia. Es que mi obra, parafraseando al autor de Pierre Menard, y acaso sin quererlo, ha enriquecido mediante una técnica nueva el arte detenido y rudimentario del bordado de textos, en una aplicación infinita que nos insta a recorrer la China Iron como si fuera anterior al Martín Fierro, la Crítica de la Razón Pura como si fuera previa al insigne Gorgias, el I will survive como si fuera otra cosa que Sobreviviré y los bordados de Ferny Kosiak como si antecedieran, inadvertidamente, a los bordados de Ferny Kosiak. Y es que ¿no es todo esto una analógica renovación del Eterno Retorno de la Razón de la Sinrazón en la era de la IA como bailarina invitada, ieva ieva? Siento en ocasiones como esta que vivimos en una performance permanente. Eso sí: todos revolcaos en el mismo tapiz. Digo yo, no sé, me parece. Esta nota es posible gracias al aporte de nuestros lectores Sumate a la comunidad El Miércoles mediante un aporte económico mensual para que podamos seguir haciendo periodismo libre, cooperativo, sin condicionantes y autogestivo. Deja tu comentario comentarios
Ver noticia original