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» Diario Cordoba
Fecha: 25/11/2025 18:44
Los memes se han convertido en una lúcida abreviación del ingenio; unos haikus populares que desde el sarcasmo y el gracejo -a veces no exento de bilis negras- podrían ayudar a las generaciones venideras a comprender la esquizofrénica realidad de nuestro tiempo. De hecho, no se distancian tanto de los grafitis pompeyanos, pintadas sepultadas por la ceniza que, bajo la aparente gravedad del latín, escondían los chismorreos de la sociedad romana. Un escatológico ejemplo es la inscripción descubierta en la Casa de la Gema de Herculano: «Apolinar, el médico del emperador Tito, aquí se cagó bien». Uno de los memes más memorables, por su corrosiva y al tiempo respetuosa manera de desmontar el universo tolkiniano fue aquel en el que Gandalf fulminó el prosopopéyico linaje de Trancos. Cuando Aragorn comenzó a revelar su identidad, diciendo que era hijo de Arathorn, heredero de Isildur, señor de los Dunedain, heredero del trono de Gondor, el mago blanco cortó por lo sano tanta fanfarria espetándole el clásico código del rellano: ¿El de la Paqui? Ha vuelto la Paqui, aunque en realidad nunca se ha ido. La Paqui podría vivir en el tercero izquierda de una versión apócrifa de la Historia de una escalera de Bueno Vallejo; aguardando ese golpe de suerte y rutilancia que le permitiese una mejor vida al tiempo que engrosase la comidilla de las vecinas. Esta Paqui no mora en la Tierra Media. Su reino la transporta a las escaleras mecánicas de El Corte Inglés, con sus característicos pendones triangulares que son la penúltima fuente de cohesión nacional. Desde Navarra a Almería, allí se pluriemplea el genio de la lámpara, que sobrevuela sobre las secciones de menaje, lencería o primeras marcas para atender a señoras ávidas de fundirse la tarjeta. Tren de vida: ferroviaria y peyorativa expresión; el escarnio de la opulencia, la interesada asociación con los andenes y las últimas oportunidades para subirse, ahora o nunca, a tan desaconsejable vagón. Entre esos indicios delictivos que auguran a Cerdán un incierto futuro procesal puede que pese mucho la trazabilidad de la envidia; el guasapeo de señoras que, en cuestión de grandes almacenes, visualizan a la Paqui como a Pedro por su casa, materializando el eslogan «de lo bueno, lo mejor». Lo triste de estos mensajes interceptados por la UCO no es que denuncien una conducta reprochable, sino la descorazonadora evidencia de no haber sido la elegida para que te envuelvan cristalería de Bohemia o bandejas de plata. Desde la Gurtel hasta este soez juego de chistorras; desde los mamoneos especuladores del franquismo a los miserables tráficos de mascarillas en la pandemia, la corrupción no puede conjugarse como un mal menor de la gestión política. Su lucha se trata de un argumento incontestable para hacer caer un Gobierno, como ya lo atestiguó, por razones colaterales, el bolso de Soraya en el escaño vacío de Rajoy. Esta concatenación de manzanas podridas en la Secretaría de organización debería significar la purgación del sanchismo. Este país aún es muy propenso a confundir decencia e ingenuidad; a menospreciar la fortaleza de la coherencia y de una conciencia limpia frente a tanta confabulación de pecholatas que se atrincheran en relatos y engatusamientos. Por supuesto que hay otras Paquis; la que bajó a la condición de mortal a Aragorn; la que se gana la vida haciendo guardias en el Reina Sofía o fregando escaleras; la que también sube las escaleras mecánicas de El Corte Inglés, pero con la divisa «este pan para este queso» . *Licenciado en Derecho, graduado en Ciencias Ambientales y escritor.
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